China y sus aproximadamente 1400 millones de ciudadanos son el mayor consumidor de energía del mundo. A medida que el consumo de energía de la nación crece, Beijing está ansioso por desarrollar fuentes alternativas. La Agencia Internacional de Energía (AIE) predijo que China superará a Estados Unidos como el mayor productor de energía nuclear para 2030.
Las ambiciones nucleares de China se han extendido más allá de sus fronteras. Recientemente, el 29 de julio, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, anunció un plan para construir la cuarta planta de energía nuclear de ese país en un trabajo conjunto con China, según el sitio de noticias turco Ahval.
Sin embargo, China no ha llegado a donde está solo como resultado de su propia investigación y desarrollo. De hecho, la industria nuclear del país ha crecido por medios tanto justos como sucios.
Robo de tecnología
La Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos recientemente expresó su preocupación por el robo de tecnología nuclear estadounidense mediante ciberataques chinos, en su informe de investigación de la «Sección 301» que se publicó en marzo, el cual analiza las prácticas de propiedad intelectual China.
El informe menciona un caso que involucra a Westinghouse, un proveedor estadounidense líder de productos y servicios de energía nuclear.
En 2010, Westinghouse estaba construyendo conjuntamente cuatro plantas nucleares AP1000 en China, en colaboración con la estatal State Nuclear Power Technology (SNPTC), dice el documento.
El contrato para construir las cuatro plantas –reactores de agua a presión con estrictas normas de seguridad diseñadas por Westinghouse– se anunció en 2006. Como parte del acuerdo, Westinghouse debió transferir la tecnología del AP1000 para obtener acceso al mercado nuclear de China.
Según el informe de la Sección 310, entre mayo de 2010 y enero de 2011, Westinghouse sufrió cuatro incidentes de intrusión cibernética por el 3PLA o el Tercer Departamento del Estado Mayor del ejército chino, equivalente a la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA).
Los ataques dieron como resultado que el 3PLA obtuviera al menos 1,4 gigabytes de datos, incluidos secretos comerciales, especificaciones técnicas y de diseño del AP1000, además de correos electrónicos confidenciales pertenecientes a altos ejecutivos de Westinghouse, relata el documento.
China no ocultó sus motivos con respecto al AP1000. Por ejemplo, declaró que debe «dominar completamente» el diseño AP1000 y completar «de manera autóctona» los diseños estándar completos en sus instalaciones nacionales, tal como está descrito en el «12º Plan Quinquenal de Ciencia y Tecnología», una política nacional emitida en julio de 2011.
El robo continuo de tecnología estadounidense por parte de China es una de las principales razones por las que la administración del presidente Donald Trump ha impuesto aranceles y puesto en marcha la guerra comercial sino-estadounidense. Sin embargo, la presión que la administración Trump puede aplicar al sector nuclear de China parece ser mínima, ya que solo unos pocos productos nucleares fabricados en China, incluidos reactores nucleares, piezas de reactores nucleares y uranio, se encuentran entre los aproximadamente 1300 productos sobre los que se impusieron los aranceles del 25 por ciento, de acuerdo al sitio web de USTR.
El uranio, un material necesario para alimentar un reactor nuclear, desempeña un papel relativamente menor en el comercio entre los dos países. Según estadísticas del gobierno de Estados Unidos, EE. UU. importa la mayor parte de su uranio de Canadá, Rusia y Kazajstán. Mientras tanto, en 2015 China importó el 30 por ciento de su uranio enriquecido de Estados Unidos.
Según un informe de análisis del 30 de julio publicado por la revista China Energy Store, el impacto de la guerra comercial en el sector nuclear de China, en términos de importaciones y exportaciones, sería marginal porque la nacionalización de los equipos nucleares ha alcanzado más del 70 por ciento.
A mayo de 2018, China tenía 38 plantas nucleares operando, con una capacidad de aproximadamente 37 gigawatts (GW), mientras que otras 18 plantas están en construcción, con una capacidad de 21 GW, según el periódico estatal Diario del Pueblo.
Un cinturón, un camino
Mientras tanto, la construcción de reactores nucleares para otros países es un elemento clave del proyecto de infraestructura «Un cinturón, un camino» (también conocido como Cinturón y Camino) de China.
Cintura y Camino es un ambicioso proyecto de inversión que Beijing ha promovido como un renacimiento de la antigua ruta comercial conocida como la Ruta de la Seda entre China y Europa. El régimen chino planea construir infraestructura a lo largo de la ruta, abarcando países de Asia Central, Medio Oriente, Europa y África.
En Pakistán, China está construyendo dos reactores Hualong-1 en Karachi. Otro en Chashma está en sus etapas de planificación.
Hualong-1, el reactor de tercera generación de China desarrollado conjuntamente por la Corporación Nuclear Nacional de China (CNNC) y el Grupo General de Energía Nuclear de China (CGN), ha sido promocionado en los países interesados desde su presentación oficial en marzo de 2016.
Según un artículo publicado en mayo de 2017 por la agencia estatal Xinhua, el primer ministro chino Li Keqiang calificó a Hualong-1 como un «proyecto histórico» integral de la política «Hecho de China 2025». La política se emitió en mayo de 2015 y describe las ambiciones de China de mejorar 10 sectores tecnológicos nacionales y ponerse al día con competidores extranjeros, dominando finalmente el mercado mundial para el año 2025.
En noviembre de 2017, Argentina anunció que comenzaría a construir dos reactores nucleares, uno de ellos Hualong-1, según un acuerdo que firmó con CNNC en 2015. Según Reuters, el costo de las dos plantas superaría los USD 13.000 millones en 10 años, con un 85 por ciento financiado por instituciones chinas.
En un artículo del 18 de mayo, Xinhua explicó la ventaja competitiva que tienen los reactores nucleares chinos con respecto a los de otros países: los bancos de China pueden brindar un fuerte apoyo financiero.
En junio de 2014, el estatal Banco Industrial y Comercial de China (ICBC) acordó financiar el proyecto nuclear de CGN en Rumania por 10.000 millones de euros (unos USD 11.600 millones), según Xinhua.
Proyecto de reclutamiento en el extranjero
China también ha estado reclutando agresivamente talentos extranjeros y chinos para impulsar el desarrollo de su industria nuclear.
En 2008, el régimen chino introdujo el plan «Mil Talentos», una política nacional que busca atraer profesionales prometedores en ciencia y tecnología para trabajar en China ofreciéndoles un paquete financiero y empleo garantizado con un puesto de liderazgo o profesional en una universidad, instituto de investigación o empresa estatal.
Tres empleados de CNNC fueron contratados a través del Plan de los Mil Talentos en 2013, según el sitio web oficial de la Comisión de Supervisión y Administración de Activos Estatales (SASAC).
Entre los tres se encontraba Cui Daqing, un ex científico investigador del Real Instituto de Tecnología de Estocolmo, Suecia, y del Instituto de Elementos Transuránicos (ITU), un centro de investigación dependiente de la Unión Europea. Cui recibió un pago único de 1 millón de yuanes (USD 146.417) cuando tomó el trabajo de CNNC.
Otro reclutado es Michael Scott Smith, un ex líder de grupo y científico distinguido del Laboratorio Nacional de Oak Ridge, un laboratorio estadounidense patrocinado por el Departamento de Energía de EE. UU. (DOE). Smith recibió un pago único de 500.000 yuanes (USD 73.208).
Antes de que Yun Di regresara a China en 2015 y se convirtiera en profesor en la Facultad de Energía e Ingeniería Eléctrica de la Universidad Jiaotong de Xi’an, en la provincia de Shaanxi, trabajó en el Laboratorio Nacional Argonne, otro de los laboratorios nacionales del DOE, de acuerdo con el sitio web oficial de la universidad.
Según el sitio Internet oficial del Plan de los Mil Talentos, el centro estatal de investigación nuclear de China, el Instituto de Tecnología de Seguridad de la Energía Nuclear, contrató con éxito a cuatro expertos extranjeros en agosto de 2013.
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