El régimen comunista de China tiene la intención de actuar contra Taiwán usando un «calendario mucho más rápido» de lo que se creía anteriormente, dijo el Secretario de Estado, Antony Blinken, al advirtir que el líder chino Xi Jinping está decidido a arrebatar el control de la isla autónoma, posiblemente por la fuerza.
Blinken hizo estas declaraciones el 17 de octubre en un acto organizado conjuntamente por la Institución Hoover y la Universidad de Stanford junto a la exsecretaria de Estado, Condoleezza Rice.
El secretario de Estado se adentró en el tema de los conflictos geopolíticos abordando en primer lugar la situación en Ucrania, afirmando que «nos molesta profundamente a todos» que Rusia intente cambiar las fronteras por la fuerza y «someter a otro país a su voluntad».
Blinken se refirió entonces a China, diciendo que el país bajo Xi se ha vuelto «más represivo en casa» y «más agresivo en el extranjero».
«En muchos casos, eso plantea un desafío a nuestros propios intereses, así como a nuestros propios valores», dijo a continuación, argumentando que Estados Unidos busca mantener el orden internacional liberal posterior a la Segunda Guerra Mundial, mientras que China pretende imponer un «orden profundamente antiliberal» en los asuntos mundiales.
Durante décadas y bajo las administraciones tanto demócratas como republicanas, un sello distintivo de la política estadounidense ha sido el compromiso con una resolución pacífica en cuanto a las diferencias entre China y Taiwán, indicó Blinken, añadiendo que este enfoque ha sido, hasta hace poco, «increíblemente exitoso».
Aunque Estados Unidos puso fin a los lazos diplomáticos formales con Taiwán en 1979 y cambió su reconocimiento por el de Beijing en el marco de la política de «una sola China», Washington ha mantenido una sólida relación no oficial con Taipei y está legalmente obligado a proporcionarle las armas necesarias para defenderse.
Blinken dijo que la política estadounidense sobre Taiwán se ha gestionado bien y de una manera que ha evitado el conflicto con Beijing al tiempo que ha permitido al pueblo de Taiwán «prosperar realmente». Pero eso está cambiando ahora.
«Ha habido un cambio en el enfoque de Beijing hacia Taiwán en los últimos años», dijo Blinken.
«En lugar de mantener el statu quo establecido de forma positiva, se ha tomado la decisión fundamental de que el statu quo ya no es aceptable y que Beijing está determinado en alcanzar la reunificación en un plazo mucho más rápido», continuó.
«Si los medios pacíficos no funcionan, entonces emplearía medios coercitivos y posiblemente, si los medios coercitivos no funcionan, tal vez medios de fuerza, para lograr sus objetivos, y eso es lo que está alterando profundamente el statu quo y creando tremendas tensiones», añadió Blinken.
Sus declaraciones se produjeron un día después de que Xi dijera en el congreso del Partido Comunista, celebrado el 16 de octubre, que «las ruedas de la historia están rodando hacia la reunificación de China» con Taiwán, considerada por Beijing como una provincia rebelde.
Aunque Xi dijo que la mejor manera de poner a Taiwán bajo el control de Beijing sería de forma pacífica, afirmó que el régimen comunista se reserva «la opción de tomar todas las medidas necesarias».
Funcionarios de la administración Biden acusaron en repetidas ocasiones a Beijing de flexionar su músculo militar en el estrecho de Taiwán en un intento de cambiar el equilibrio de poder en la región a favor de China.
El presidente Joe Biden prometió en varias ocasiones que Estados Unidos ayudaría a Taiwán a defenderse de una invasión de las fuerzas comunistas chinas.
Las tensiones entre Estados Unidos y China aumentaron desde que la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, visitó Taiwán en agosto y Beijing respondió con una oleada de ejercicios militares, incluido el lanzamiento de misiles en las aguas que rodean la isla.
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