Un tribunal chino confirmó este martes la pena de muerte contra el ciudadano canadiense Robert Schellenberg, condenado por cargos de drogas en China.
Schellenberg está detenido en China desde 2014. Originalmente fue condenado a fines de 2018 a 15 años de prisión, pero en 2019, poco después de la detención en Canadá de la ejecutiva de Huawei, Meng Wanzhou, fue llevado de nuevo a los tribunales y se le impuso la pena de muerte en un nuevo juicio de un día de duración.
La decisión del tribunal de mantener la sentencia de muerte de Schellenberg se produjo en un momento crítico en el caso de Meng en Canadá, ya que ella está luchando contra una solicitud de extradición de Estados Unidos por cargos de fraude, relacionados con la violación de las sanciones de Irán.
El tribunal superior de la provincia nororiental de Liaoning atendió el recurso de Schellenberg contra la sentencia de muerte en mayo de 2020 y el veredicto fue confirmado el martes.
El embajador de Canadá en China, Dominic Barton, tras asistir a la audiencia condenó la decisión en una llamada telefónica con los periodistas.
«No es una coincidencia que esto ocurra justo ahora, mientras el caso se desarrolla en Vancouver», dijo Barton, refiriéndose tanto al caso de Schellenberg como al de otro canadiense, Michael Spavor, actualmente detenido en China por cargos de espionaje.
El ministro de Asuntos Exteriores de Canadá, Marc Garneau, dijo en una declaración que el país condena enérgicamente la decisión de China de mantener la sentencia de pena de muerte contra Schellenberg.
«Nosotros expresamos en repetidas ocasiones a China nuestra firme oposición a este castigo cruel e inhumano y seguiremos dialogando con los funcionarios chinos al más alto nivel para que concedan clemencia al Sr. Schellenberg», dijo Garneau.
«Nos oponemos a la pena de muerte en todos los casos y condenamos el carácter arbitrario de la sentencia del Sr. Schellenberg», añadió el ministro canadiense.
China rechazó la sugerencia de que los casos judiciales de los canadienses en China estén relacionados con el caso de Meng en Canadá, aunque China advirtió de consecuencias no especificadas a menos que Meng sea liberada.
También se espera que el veredicto de Spavor se anuncie en los próximos días. Spavor y el canadiense Michael Kovrig fueron detenidos en China en diciembre de 2018 y fueron acusados formalmente de espionaje en junio de 2020.
Los documentos de la Procuraduría Popular de la Municipalidad de Beijing dicen que Kovrig, un investigador erudito y exdiplomático, está acusado de «espionaje de secretos de Estado e inteligencia». Los documentos de la Procuraduría Popular de Dandong dicen que Spavor, un empresario, está acusado de «espionaje y suministro ilegal de secretos de Estado».
El juicio de Kovrig se celebró en marzo. No está claro cuándo será sentenciado.
Tras la nueva decisión del tribunal, el medio de comunicación chino afiliado al Estado, Global Times, dijo en Twitter que el caso de Schellenberg «goza de un amplio apoyo» por parte de la opinión pública china porque «ellos creen que la clemencia con los narcotraficantes equivale a la violación de los derechos de los chinos».
Margaret McCuaig-Johnston, profesora de la escuela de posgrado de asuntos públicos e internacionales de la Universidad de Ottawa, dijo a The Guardian que el caso de Schellenberg es un caso típico de «diplomacia de rehenes«.
«Está muy claro que esto se está utilizando como palanca para intentar que la señora Meng sea enviada a su casa en China», añadió.
Además de Schellenberg, en los últimos dos años, los ciudadanos canadienses Fan Wei, Ye Jianhui y Xu Weihong también fueron condenados a muerte por cargos de drogas en China.
Con información de Reuters.
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