El Ejército Popular de Liberación de China está realizando ejercicios con municiones reales y patrullas armadas en el oeste de la provincia de Yunnan, cerca de la frontera entre China y Birmania, mientras se recrudece la guerra civil en el país vecino.
La Armada del Comando del Teatro Sur del Partido Comunista Chino (PCCh) está llevando a cabo un ejercicio conjunto de tres días que comenzó el 27 de agosto, según un comunicado publicado en su cuenta oficial de WeChat.
El mismo comando había llevado a cabo patrullas armadas fronterizas y patrullas policiales terrestres conjuntas en los condados de Ruili y Zhenkang, en Yunnan, cerca de Birmania, también conocida como Myanmar, desde el 26 de agosto.
Intensificación del conflicto
La guerra civil en Birmania se intensifico este año a pesar de los esfuerzos de Beijing por ejercer su influencia tanto sobre la junta militar birmana como sobre los grupos rebeldes para mantener la estabilidad de los intereses económicos de China en la nación del sudeste asiático.
A principios de enero, un proyectil disparado desde Birmania cayó en Nanshan, ciudad fronteriza de la provincia de Yunnan, hiriendo a cinco ciudadanos chinos. Ese mismo mes, la junta militar birmana y tres grupos armados étnicos locales del norte del país —Kokang, Ta’ang y Arakan, conocidos como la Alianza de las Tres Hermandades— alcanzaron un acuerdo de alto el fuego con la mediación de Beijing.
Sin embargo, en abril estallaron de nuevo los combates entre el ejército birmano y el ejército de Arakan en el estado de Rakhine, lo que demostró la ineficacia de la mediación de Beijing.
En junio, el Ejército de Liberación Nacional Ta’ang de la Alianza de los Tres Hermanos, con el apoyo de las fuerzas armadas locales, reanudó sus ataques contra bastiones de la junta en el noreste del estado de Shan y en la región adyacente de Mandalay, fronteriza con China, Laos y Tailandia.
Con estos acontecimientos, el acuerdo de alto el fuego colapsó, y la guerra civil en el país se intensificó desde julio.
Min Aung Hlaing, el general del ejército birmano que gobierna el país desde el golpe de febrero de 2021 acusó a fuerzas extranjeras no identificadas de proporcionar armas, tecnología y otro tipo de ayuda a los diversos grupos rebeldes de Birmania. Para algunos, se refería a China, que mantiene desde hace tiempo estrechas relaciones con grupos étnicos rebeldes en las zonas fronterizas entre China y Birmania.
El PCCh negó cualquier implicación en la guerra civil birmana cuando su ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, visitó el país el 14 de agosto.
Motivos geopolíticos y económicos
Sun Kuo-hsiang, profesor de asuntos internacionales y negocios en la Universidad Nanhua de Taiwán, declaró a The Epoch Times el 27 de agosto que la probabilidad de que Beijing envíe tropas a Birmania es baja. «El envío de tropas a Birmania atraería la atención internacional y podría arrastrar a China a conflictos regionales de mayor envergadura, lo que no está en consonancia con los intereses estratégicos de Beijing», declaró.
Según él, es más probable que el PCCh influya en la situación de Birmania y proteja sus intereses proporcionando inteligencia, apoyo logístico e incluso asistencia militar secreta a cualquier bando que le resulte beneficioso.
Además, «el PCCh intenta desempeñar el papel de ‘estabilizador’ de la situación en Birmania para asegurarse de que la nación no se inclina hacia los países occidentales por el interés geopolítico del PCCh», afirmó Sun.
China es el mayor inversor en Birmania, y entre sus proyectos se encuentra el Corredor Económico China-Myanmar, de importancia estratégica, que incluye oleoductos energéticos y la construcción de infraestructuras a gran escala.
Chung Chih-tung, investigador adjunto del Instituto de Investigación sobre Defensa y Seguridad Nacional de Taiwán, declaró a The Epoch Times el 27 de agosto que las actividades militares del PCCh cerca de la frontera eran una oportunidad para entrenar tropas y una demostración de su capacidad y voluntad de intervenir militarmente en la guerra civil de Birmania.
Pero Chung dijo que, a menos que la situación en Birmania sea completamente incontrolable y los países occidentales intervengan, «enviar tropas para unirse a la guerra civil de Birmania es el último recurso para el PCCh».
Jugando en diferentes bandos
Sun señaló que el PCCh está haciendo equilibrios dentro de Birmania.
«Mantiene una relación de cooperación a largo plazo con el gobierno militar birmano y, al mismo tiempo, mantiene contactos con grupos étnicos rebeldes del norte del país, como los kokang y los ta’ang», afirmó.
Chung afirmó que Beijing sigue apoyando al gobierno militar birmano, pero que también necesita encontrar un equilibrio.
«Tanto si se trata de los rebeldes como del gobierno militar, si todos cuentan con el apoyo de Beijing, puede demostrarse el dominio de Beijing en Birmania», afirmó.
Sun afirmó que la comunidad internacional había tomado algunas medidas para apoyar la democratización de Birmania y contrarrestar la influencia del PCCh, pero el efecto era limitado debido a los impedimentos de Beijing. Moscú, aliado clave de Beijing, también apoya desde hace tiempo a la junta birmana.
«China y Rusia siempre se han opuesto a las sanciones contra el régimen militar de Birmania en el Consejo de Seguridad de la ONU y otras organizaciones internacionales», afirmó Sun.
«El gobierno militar de Myanmar depende del apoyo económico y diplomático del PCCh para mantener su dominio».
Chung está de acuerdo en que Occidente tiene una influencia limitada sobre Birmania en comparación con el dominio del PCCh, y añade que la democratización de Birmania no favorece su control sobre la nación.
«El PCCh seguirá apoyando a la dictadura militar birmana, que es más fácil de controlar», afirmó.
Con información de Luo Ya
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