El almirante estadounidense Craig Faller advirtió que el régimen chino buscar seguir avanzando en su «influencia coercitiva» en Latinoamérica explotando la corrupción en la región y los recursos naturales.
Craig Faller, jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, dijo que el Partido Comunista Chino (PCCh) está aumentando dramáticamente el comercio y la inversión en América Latina, aprovechándose así de la «corrupción generalizada» en la región para conseguir beneficios lucrativos.
«China ha mejorado su juego mil a mil, ofreciendo amplias oportunidades de educación militar, becas de ingeniería cibernética y paquetes anuales de cooperación en seguridad ‘sin condiciones'», dijo Faller en una entrevista con Politico el 12 de agosto.
«Las empresas chinas estatales y privadas a menudo explotan la corrupción generalizada en la región para socavar las prácticas de contratación justa. (…) Una táctica común que utilizan es proporcionar beneficios lucrativos a los funcionarios locales a cambio de acuerdos favorables», agregó.
A pesar que Faller reconoció que una inversión en la región es necesaria para recuperarse de los impactos económicos del COVID, enfatizó que el régimen chino «busca crear dependencias, no asociaciones de confianza», y crea condiciones para sus socios, en cuales estos últimos se ven obligados a «elegir un bando».
«Beijing quiere crear un sistema global en el que los regímenes autoritarios sean vistos como formas legítimas de gobierno. Un sistema donde se sofocan el estado de derecho, los derechos humanos y la libertad de expresión. Un sistema donde las normas internacionales se manipulan para su propio beneficio, y eso está sucediendo ahora», señaló.
Asimismo, resaltó que el PCCh se siente «más cómodo» negociando en Latinoamérica con regímenes autoritarios como el suyo.
«El comportamiento de China en Venezuela proporciona un ejemplo de ello. No es una coincidencia que las empresas chinas brinden obsequios y comisiones ilícitas como soborno mientras hacen negocios con el régimen de Maduro, que, al igual que el suyo, abusa sistemáticamente de los derechos humanos».
El almirante relató que durante sus viajes a la región, vio docenas de proyectos chinos en diversas industrias y diferentes tamaños; como la presencia de barcos pesqueros chinos frente a las costas de Ecuador, Perú, Chile, Argentina, y empresas chinas en el Canal de Panamá y la Zona Libre de Colón.
«Estos puertos están diseñados para ayudar a alimentar el apetito de China por alimentos y recursos, que está causando un daño real al medio ambiente de la región. Contribuye a la deforestación en la Amazonía, la minería y la tala ilegales con una supervisión ambiental laxa y la sobrepesca», dijo.
«Un recurso importante que busca China en esta región es el agua», agregó Faller, y enfatizó que América Latina y el Caribe cuentan con el 30 por ciento de agua dulce en el mundo, comparado con solo el 8 por ciento de China.
«Esto ayuda a explicar el creciente interés de China en América Latina y el Caribe: la región proporciona el agua y las tierras cultivables que tanto necesita, que pueden ayudar a China a alimentar a su población», manifestó.
Actualmente, Beijing está buscando puertos de aguas profundas en República Dominicana, Argentina, El Salvador, entre otros.
Beijing ha hecho de esta región un foco particular de expansión en los últimos años. Sin embargo, la influencia china en la región también abarca la actual situación del virus del PCCh.
Un experto en China advirtió hace un tiempo que Beijing está utilizando la grave situación de Latinoamérica ocasionada por la pandemia, para el “avance predatorio” de sus intereses comerciales y geopolíticos a través de la diplomacia de las vacunas chinas.
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