«¿Qué necesitan comprender los inversionistas, aquellos inversionistas que están pensando que tal vez uno querría involucrarse en las inversiones en empresas chinas?», preguntó Maria Bartiromo el 14 de julio durante su programa Mornings with Maria de Fox Business.
La respuesta es que Beijing está en camino de expropiar las acciones que tienen los extranjeros en las empresas tecnológicas chinas. Las complicadas estructuras financieras que estas empresas han utilizado para atraer la inversión extranjera son cuestionables según la legislación china y dan a Xi Jinping, el gobernante chino, una excusa para comenzar ahora una campaña de confiscación.
Comenzamos con los sorprendentes ataques regulatorios de Beijing a DiDi Global. Las acciones de la empresa se empezaron a cotizar el 30 de junio en el Big Board, llegando a recaudar 4400 millones de dólares en una oferta pública inicial (OPI). Dos días después, la Administración del Ciberespacio de China detuvo las descargas de DiDi Chuxing, la popular aplicación de transporte de DiDi Global.
A continuación, los organismos reguladores chinos iniciaron una investigación tras otra, atacando duramente a la empresa. Por ejemplo, el 16 de julio, la Administración del Ciberespacio y otros seis organismos gubernamentales chinos —el ministerio de Seguridad Pública, el ministerio de Seguridad del Estado, el ministerio de Recursos Naturales, el ministerio de Transporte, la Administración Fiscal del Estado y la Administración Estatal de Regulación del Mercado— iniciaron «una inspección de ciberseguridad in situ» de DiDi Chuxing.
¿Por qué DiDi? Para empezar, la empresa tiene una estructura de «entidad de interés variable» (VIE), que las empresas tecnológicas han utilizado para cotizar en bolsas extranjeras. Las entidades de interés variable, como se las conoce, evaden la legislación china, que prohíbe la propiedad extranjera de las empresas tecnológicas chinas. Sin embargo, a través de una serie de intrincados acuerdos contractuales, estas estructuras otorgan a los extranjeros los beneficios económicos de la propiedad.
La prohibición de la propiedad extranjera es la razón por la que los inversores de la empresa que gestiona los negocios de Alibaba en China —en una de las más esperadas OPI de la historia— no compraron acciones. En su lugar, en 2014 compraron acciones de Alibaba Group Holding Limited, constituida en las Islas Caimán. Alibaba Group Holding Limited encabeza una complicada estructura VIE.
La VIE de Alibaba era dudosa. El Tribunal Popular Supremo de China, el más alto tribunal de la República Popular, declaró en 2012 que los acuerdos contractuales considerados en el caso Chinachem, similares en efecto a las estructuras VIE, eran ilegales según la Ley de Contratos de China.
Chinachem, una empresa de Hong Kong, indirectamente realizó una inversión en China Minsheng Banking Corp. Después de que el valor de las acciones de Minsheng se disparó —la participación de Chinachem se multiplicó casi por 64— las partes chinas de la empresa eliminaron a Chinachem, confiscando sus intereses en el banco.
La decisión en cuanto a Chinachem, sostenía que los esquemas complicados no serían respetados si estos evaden la clara intención de la ley china. China es una jurisdicción de derecho civil, por lo que la decisión no sienta técnicamente un precedente, pero el razonamiento del tribunal es sólido y coherente con la jurisprudencia de otros países. No es de extrañar que las sentencias arbitrales dictadas en Shanghai sobre las estructuras VIE hayan llegado al mismo resultado.
Los accionistas de Minsheng no son los únicos actores evasores. Jack Ma, cofundador de Alibaba y en otrora su líder, ofreció una estructura VIE para persuadir a Yahoo! de que comprara una importante posición minoritaria en Alibaba en 2005. En una transacción en dos etapas en 2009 y 2010, Ma transfirió Alipay, la entonces plataforma de pagos en línea de Alibaba, a una entidad en la que tenía una participación sustancial. ¡Ma no informó a Yahoo!
Cuando Yahoo! se enteró de las transferencias disimuladas, Ma dijo que el Banco Popular de China, el banco central del país, le había exigido que las hiciera para obtener una licencia. Por lo tanto, Ma argumentó que Alipay no podía operar su negocio debido al acuerdo de estructura VIE que había hecho.
Además, los funcionarios chinos declararon ilegales las VIE en otros sectores. La Administración General de Prensa y Publicaciones, por ejemplo, en la primera década de este siglo, llegó a prohibirlas en un sector en el que ya se habían utilizado en ofertas extranjeras.
También está el caso de China Unicom. A mediados de la década de 1990, el gobierno central chino permitió a las empresas extranjeras comprar acciones de ese negocio de telecomunicaciones a través de la estructura China-China-Foreign, que, al igual que las VIE, evadía las normas chinas inequívocas contra la inversión en el extranjero. Posteriormente, Beijing obligó a deshacer ese acuerdo, lo que perjudicó a los inversores extranjeros de Unicom.
¿Acaso el gobierno chino, a pesar de todos estos desarrollos legales, ha bendecido ahora a las VIE al permitir que las ofertas en los mercados extraterritoriales sigan adelante? «Casi todas las empresas chinas que cotizan en Estados Unidos y que los inversores extranjeros, como los fondos de pensiones y las dotaciones, pueden comprar, cotizan a través de una estructura VIE», dijo Winston Ma, de la Universidad de Nueva York y autor de «The Digital War» (La Guerra digital), a Wall Street Journal.
De hecho, el planteamiento en efecto ha sido lo suficientemente bueno para los inversores extranjeros, como demuestra una serie de ofertas recientes, incluida la de DiDi Global. Los extranjeros están desesperados por entrar en el sector tecnológico de China y desdeñan las leyes de ese país.
Sin embargo, el ambiente en Beijing está cambiando. «Los anteriores dirigentes chinos lo habían visto como una forma de que las empresas chinas ganaran prestigio internacional, pero los actuales dirigentes han desaprobado cada vez más el modelo por el creciente temor a que la información sensible caiga en manos extranjeras», informó Wall Street Journal, refiriéndose a la estructura VIE.
Por lo tanto, no debería sorprender que la Administración del Ciberespacio de China esté examinando ahora a las empresas VIE y que los reguladores chinos hayan apuntado recientemente a esas empresas —y aparentemente solo a empresas— con estas dudosas estructuras. LinkDoc, una empresa china, acaba de desechar una oferta que dependía de una VIE.
Por el momento, los reguladores chinos están pensando en exigir la aprobación previa de las operaciones VIE, no en deshacerlas.
¿Será el próximo paso la eliminación de las VIE existentes? El Partido Comunista ha estado despertando la ira contra los extranjeros, que ya bulle en la sociedad china. Por ello, los funcionarios están examinando de nuevo los acuerdos de las VIE, sobre todo porque Beijing quiere mantener en casa los beneficios generados en el mercado chino.
La gente cree que si Beijing declarara públicamente que una VIE es ilegal —en otras palabras que expropia la propiedad extranjera— sería como activar un arma nuclear, cerrando el paso a nuevas empresas chinas a los mercados de valores extranjeros. Por lo tanto, creen que no podría ocurrir. Sin embargo, la cancelación de última hora de la OPI del Grupo Ant en Hong Kong y Shanghái el pasado mes de noviembre, demuestra que Xi Jinping está dispuesto a hacer todo lo posible para proteger su sistema.
Muchos olvidan que el comunismo chino es intrínsecamente hostil al sector privado en general y a los extranjeros en particular. La llamada «era de la reforma» —las tres décadas posteriores a 1978 en las que los líderes chinos liberalizaron su economía y su sistema financiero y lo abrieron al mundo— ya terminó y este período esperanzador empieza a parecer una aberración en la historia del comunismo chino.
«Había un enfoque, o había una voluntad de trabajar con el mercado», dijo Fraser Howie a John Batchelor del programa CBS Eye on the World, el 12 de julio. «Con las restricciones, por supuesto, nunca fue un mercado abierto y libre en China, entonces Xi Jinping simplemente cambió las reglas del juego y ya no estamos en la era de la reforma. Ahora él está mucho más centrado en la seguridad, en la ideología, en la disciplina del Partido».
Howie, el coautor de «Red Capitalism: The Fragile Financial Foundation of China’s Extraordinary Rise» (Capitalismo rojo: la frágil base financiera del extraordinario auge de China), dijo: «El Partido básicamente dice ‘nosotros sabemos más, esto es lo que nos importa y vamos a seguir adelante sin importar las bajas'».
Xi Jinping cree que ya hay demasiada influencia extranjera en la sociedad china, por lo que limitará al máximo la propiedad extranjera de las empresas chinas. Como parte de este esfuerzo, creo que intensificará una larga campaña de acoso a las empresas extranjeras y empezará a forzar la salida de los inversores offshore de su país. La cuestionable estructura VIE da a Xi la excusa perfecta para expropiar ahora la propiedad extranjera de las exitosas empresas tecnológicas chinas.
Los inversores extranjeros olvidan a menudo, que el gobernante de China es voluntarioso y hará lo que quiera. «Lo que Xi Jinping dice, Xi Jinping lo hace», señaló correctamente Bartiromo, «y eso es lo que dice la ley».
Gordon G. Chang es un distinguido investigador senior del Gatestone Institute, miembro de su Consejo Asesor, y autor de «The Coming Collapse of China» (El colapso que viene de China). Siga a Gordon en GordonChang.com y en Twitter @GordonGChang
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.