Según Reporteros sin Fronteras (RSF) del 25 de abril, China sigue siendo uno de los países que más abusa de la libertad de prensa en el mundo y recluyó al mayor número de periodistas en sus cárceles. Además, el organismo de control de libertad de prensa advirtió que los países autoritarios de toda Asia que intentan consolidar aún más su gobierno están copiando el modelo de control y censura de los medios de comunicación de Beijing.
En su recién publicado Índice Mundial de Libertad de Prensa 2018, Reporteros sin Fronteras evaluó la libertad periodística de 180 países y el grado en que los gobiernos de todo el mundo censuran a su propia prensa. China ocupa el puesto 176, con solo Siria, Turkmenistán, Eritrea y Corea del Norte en peor posición.
“China es la mayor cárcel del mundo para periodistas profesionales y no profesionales”, declaró Margaux Ewen, director ejecutivo de Reporteros sin Fronteras para América del Norte, durante la presentación del índice 2018 de la organización en Washington D.C.
Según el índice, los medios de comunicación estatales y privados de China están ahora bajo el control estricto del Partido Comunista Chino (PCCh). Los periodistas extranjeros que intentan hacer reportajes en China se encuentran cada vez con más dificultades debido a la censura y represión del régimen.
Más de 50 periodistas y blogueros chinos están actualmente detenidos en condiciones que representan una amenaza para sus vidas, según el índice. Así lo demuestra el hecho que, dos blogueros encarcelados murieron el año pasado debido a un cáncer no tratado mientras estaban detenidos.
Ewen también informó que una grave preocupación para la libertad de prensa en la región de Asia y el Pacífico es la exportación de la “explotación del modelo autoritario de información” del régimen chino. Camboya y Vietnam adoptaron este modelo e impuesto una amplia supresión a los medios de comunicación.
Camboya, por ejemplo, cerró más de 30 medios de comunicación en 2017, y el Primer Ministro de Camboya, Hun Sen, había insultado “completa y abiertamente” a los medios de comunicación y a la libertad de los medios de comunicación, según Ewen. Entre los países del sudeste asiático, se considera en general que Camboya fue arrastrada lo más cerca posible a la órbita de China.
El índice también describe que bajo las estrictas regulaciones de Internet de Beijing, los ciudadanos chinos ahora pueden ser encarcelados por los comentarios que hacen sobre noticias que publican en la red social o servicio de mensajería, o incluso por compartir contenido que el régimen no aprueba.
El índice de Reporteros sin Fronteras se hace eco de otro informe publicado el 25 de abril por Freedom House antes del Día Mundial de Libertad de Prensa, según el cual, la censura y la vigilancia de Internet alcanzaron nuevos niveles en China en 2017. El régimen chino siguió censurando y arrestando a blogueros y usuarios de redes sociales chinos por sus comentarios críticos en la web o sus esfuerzos por compartir información sobre los derechos humanos.
Taiwán, la nación insular democrática que Beijing afirma que forma parte de su territorio, ocupa el puesto 42º en el último Índice Mundial de Libertad de Prensa, lo que supone una mejora de tres puestos con respecto a 2017 y es la mayor puntuación para la libertad de prensa en Asia. El índice señala que la principal amenaza a la libertad de los medios de comunicación que enfrenta Taiwán proviene de China, que estuvo ejerciendo una creciente presión económica y política sobre los medios de comunicación taiwaneses.
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