El régimen comunista chino ha suspendido la expedición de visados de corta duración a ciudadanos surcoreanos y japoneses, en una medida de represalia contra los países que han impuesto restricciones de entrada relacionadas con el COVID a los viajeros procedentes de China continental.
La medida se tomó después de que el ministro de Asuntos Exteriores chino, Qin Gang, expresara por teléfono a su homóloga surcoreana, Park Jin, su preocupación por las normas de entrada de Corea del Sur. Park respondió que las normas se basaban en «pruebas científicas».
El 10 de enero, la embajada china en Corea del Sur anunció a través de la aplicación de mensajería WeChat que suspendería la expedición de visados de corta duración a los ciudadanos surcoreanos, reportó la agencia de noticias Yonhap.
China impuso medidas similares a los visitantes japoneses, reportó el Japan Times, citando fuentes del sector turístico local.
Las medidas, que también se aplican a las visitas con fines comerciales y de atención médica, estarán en vigor hasta que Corea del Sur elimine sus «restricciones de entrada discriminatorias contra China», según la embajada.
Al comentar las medidas, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Lim Soo-suk, declaró a la prensa que Corea del Sur seguiría manteniendo una estrecha comunicación con Beijing, al mismo tiempo que mantendría su postura sobre las medidas de entrada.
Corea del Sur y Japón han endurecido las restricciones a los viajeros procedentes de China, exigiéndoles que se sometan a una prueba de COVID-19 antes de partir, y han suspendido temporalmente el aumento de vuelos procedentes de China. Corea del Sur también anunció la suspensión temporal de los visados de corta duración para los ciudadanos chinos.
Otros países —entre ellos Estados Unidos, Australia, Canadá, Japón y Malasia— impusieron requisitos de pruebas PCR para todas las llegadas procedentes de China después de que el Partido Comunista Chino (PCCh) relajara su política de cero-COVID. Marruecos ha prohibido la entrada a todos los viajeros procedentes de China.
El 9 de enero, el gobierno de Tailandia revocó bruscamente su reciente decisión de exigir a los viajeros extranjeros que presentaran pruebas de vacunación contra el COVID, ante la preocupación de que las normas pudieran poner en peligro la recuperación de su industria turística.
131 visitantes chinos dan positivo
El número de casos importados de COVID en Corea del Sur el 3 de enero fue de 172, el más alto en tres meses, de los cuales 131 (76.2%) procedían de China, según la Agencia de Control y Prevención de Enfermedades de Corea (KDCA, por sus siglas en inglés).
La KDCA declaró que el 31% de los casos importados de COVID en la semana anterior procedían de China. El 2 de enero, Corea del Sur empezó a realizar pruebas de detección de la enfermedad a todos los viajeros procedentes de China.
Cho Kyu-hong, ministro de Salud y Bienestar y primer director de la KDCA, dijo en una reunión el 4 de enero: «Tenemos que estar en alerta máxima por la pandemia en China en este momento».
El PCCh abolió su política de cero contagios a principios de diciembre. En medio de un importante brote en China, la comisión de salud del régimen suspendió la publicación de datos diarios sobre la pandemia el 25 de diciembre. La Organización Mundial de la Salud ha pedido reiteradamente a las autoridades chinas que compartan información específica sobre el brote en tiempo real.
Además, hay escasez de medicamentos para el resfriado y la fiebre tras el brote en China continental. El gobierno surcoreano ha manifestado su preocupación por la falta de medicamentos para el resfriado en el país debido a las compras masivas de medicamentos por parte de los chinos. El 30 de diciembre, las autoridades establecieron un límite de compra de medicamentos para el resfriado vendidos en farmacias, al mismo tiempo que intensificaron sus esfuerzos para acabar con el contrabando de medicamentos para el resfriado a través de aeropuertos y paquetes.
Con información de Lisa Bian.
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