El régimen chino está utilizando operaciones de influencia en Estados Unidos para distorsionar las percepciones del público y alterar las decisiones sobre política y negocios. Según un nuevo informe del Pentágono, China lo hace para “lograr resultados favorables a sus objetivos de seguridad y estrategia militar”.
El informe anual de 2019 del Departamento de Defensa al Congreso, publicado el 2 de mayo, tiene una sección especial sobre las operaciones de influencia del Partido Comunista Chino (PCCh). Ofrece una visión general de los tipos de operaciones que está llevando a cabo el PCCh para alterar la percepción pública y explica cómo están involucrados las agencias gubernamentales y militares.
La breve sección comienza con un corto resumen de la estrategia de las Tres Guerras del PCCh, que está operativa militarmente desde al menos 2003. Las Tres Guerras son la guerra psicológica, para alterar la forma en que un objetivo interpreta la información; la guerra de opinión pública, también conocida como “guerra mediática”, para controlar la información divulgada al público; y la guerra legal, para manipular el derecho internacional y nacional.
Según el informe, el PCCh utiliza la estrategia junto con sus operaciones cibernéticas y militares. Dice que el ejército chino “probablemente busca usar actividades de influencia en Internet” para apoyar su estrategia de las Tres Guerras y “para socavar la determinación de un adversario ante una contingencia o conflicto”.
Además de la estrategia para su ejército, el PCCh tiene programas para influir los medios de comunicación, empresas, académicos y círculos que forman políticas en Estados Unidos.
El informe afirma que “China lleva a cabo operaciones de influencia contra instituciones culturales, organizaciones mediáticas y las comunidades empresariales, académicas y políticas de Estados Unidos, de otros países e instituciones internacionales”. Dice que el propósito de estos programas es “lograr resultados favorables a sus objetivos de seguridad y estrategia militar”.
“El PCCh busca condicionar a las instituciones políticas nacionales, extranjeras y multilaterales y a la opinión pública para que acepten el relato de China en torno a sus prioridades”, afirma, señalando ejemplos como la apropiación del territorio por parte del PCCh en el Mar Meridional de China y su iniciativa de desarrollo internacional de “La Franja y la Ruta”.
El informe menciona al infame Departamento del Frente Unido del PCCh, que recibió poca atención pública hasta hace poco: “Las operaciones de influencia china son coordinadas en un alto nivel y ejecutadas por una serie de actores, como el Departamento de Trabajo del Frente Unido, el Ministerio de Propaganda y el Ministerio de Seguridad del Estado”.
El Departamento del Frente Unido trabaja para extender el poder político del PCCh a otros países, estableciendo un “frente unido” de chinos que viven en el extranjero. La rama del PCCh trabaja a través de los consulados chinos, que a su vez gestionan las “tongs” (asociaciones fraternales y de ciudad natal chinas), las “tríadas” (organizaciones mafiosas chinas que operan con algunas tongs), las Asociaciones de Estudiantes y Académicos Chinos (CSSA, por sus siglas en inglés) y los Institutos Confucio. El PCCh utiliza esta red para controlar comunidades chinas en el extranjero y para subvertir sociedades extranjeras.
“China también utiliza a veces la coerción o la extorsión para manipular a ciudadanos chinos en el extranjero a fin de realizar operaciones de influencia en nombre de China, como por ejemplo, amenazar a los uigures que viven en Estados Unidos con el encarcelamiento de sus familiares”, dice el informe. “Los servicios de inteligencia chinos suelen facilitan estas operaciones”.
El informe señala que mediante los programas como el Programa de los Mil Talentos, el PCCh utiliza esta red para el robo económico. A través de esto, el régimen “prioriza el reclutamiento de personas de ascendencia china o de emigrantes chinos recientes cuyo reclutamiento es considerado por el gobierno chino como necesario para la modernización científica y técnica de China, especialmente en lo que respecta a la tecnología de defensa”.
El PCCh también utiliza esta red para “aprovecharse de las instituciones académicas y educativas, los centros de estudio y los medios de comunicación estatales para hacer avanzar su campaña de poder blando en apoyo de los intereses de seguridad de China”.
A modo de ejemplo, el informe señala que “los estudiantes chinos en el extranjero y las organizaciones académicas son utilizados para difundir el relato del Partido sobre el Tíbet y el Dalai Lama”. Dice que los CSSA y los Institutos Confucio “organizan eventos para apoyar los reclamos de soberanía de China y presentar reclamos y organizar protestas contra las instituciones académicas que llevan a cabo actividades que difieren de las políticas de China”.
Además, señala que a partir de 2018, la principal agencia de noticias estatal del PCCh, Xinhua, ignoró una solicitud del Departamento de Justicia de Estados Unidos de registrar a su personal de EE. UU. como agente extranjero en virtud de la Ley de Registro de Agentes Extranjeros.
Como bien evalúa el informe, “los líderes de China probablemente consideran que las democracias abiertas son susceptibles a las operaciones de influencia, incluyendo a Estados Unidos”. Tal como informó anteriormente La Gran Época, la estrategia en juego es el lema del PCCh de “estrangularte con tus propias instituciones”, utilizando la idea de que la naturaleza abierta de las sociedades occidentales hace que sean fáciles de manipular.
Las operaciones de influencia del PCCh se centran principalmente en “establecer y mantener agentes de poder dentro de un gobierno extranjero”, señala el informe. Utiliza esto para “promover políticas que China cree que facilitarán el ascenso de China, a pesar de la posición declarada de China de no interferir en los asuntos internos de los países extranjeros”.
Para lograr esto, destaca el informe, el PCCh dirige sus operaciones diplomáticas para construir una “buenas relaciones personales con personas influyentes”, brindar “asistencia” y ofrecer programas sobre comercio y diplomacia bajo el pretexto de acuerdos en los que “todos ganan”. El informe dice: “Este método permite a China ofrecer logros rápidos y a pequeña escala a sus socios en el extranjero, a menudo a cambio de gestos aparentemente simbólicos que apoyan los objetivos estratégicos a largo plazo de China”.
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