China y Rusia realizaron en 2022 simulacros militares conjuntos a mayor escala que hace dos décadas, según un reporte de Bloomberg del 15 de julio, lo que hace temer un posible aumento de las tensiones.
Los dos países realizaron seis ejercicios militares conjuntos el año pasado, el mayor número de los últimos 20 años, reportó Bloomberg, citando datos del Centro para el Estudio de los Asuntos Militares Chinos de la Universidad de Defensa Nacional de Estados Unidos.
Esta cifra representó dos tercios del total de ejercicios militares de China con fuerzas armadas extranjeras en 2022, la mayoría de los cuales tuvieron lugar después de que Rusia lanzara una guerra en toda regla contra Ucrania.
En dos de estos simulacros conjuntos participaron las fuerzas armadas de Siria e Irán, según el informe.
El 16 de julio, el Ministerio de Defensa chino declaró que una flotilla naval china compuesta por cinco buques de guerra y cuatro helicópteros partió para unirse a las fuerzas navales y aéreas rusas en el Mar de Japón para realizar ejercicios militares.
Dos buques de guerra rusos que participan en el simulacro habían realizado a principios de este mes un entrenamiento separado con la armada china en Shanghái sobre movimientos en formación, comunicación y rescates marítimos.
Antes de tocar puerto en el centro financiero de Shanghái, los mismos buques habían pasado por Taiwán y Japón, lo que llevó tanto a Taipéi como a Tokio a vigilar a los buques de guerra rusos.
«Una nueva era de crisis»
Japón había expresado su alarma por la cooperación militar de China con Rusia en su proyecto de informe anual de defensa, afirmando que Beijing y Moscú habían realizado cinco vuelos conjuntos de bombarderos cerca del país desde 2019.
El documento advierte de que la comunidad internacional ha entrado en «una nueva era de crisis» en medio de la actual guerra de Rusia en Ucrania, que, según él, ha perturbado el orden internacional que abarca Europa y Asia.
«Rusia parece haber sufrido daños sustanciales en sus fuerzas militares convencionales, lo que plantea la posibilidad de que su fuerza nacional disminuya a medio y largo plazo y de que cambie el equilibrio militar con los países vecinos», afirma.
El Kremlin y el Partido Comunista Chino (PCCh) declararon una asociación «sin límites» pocos días antes de que Rusia invadiera Ucrania el 24 de febrero de 2022. Desde entonces, el PCCh se ha abstenido de condenar a Rusia por su invasión de Ucrania, citando como justificación las «legítimas preocupaciones de Rusia en cuestiones de seguridad».
Según su declaración conjunta, Rusia reconocerá a Taiwán como «parte inalienable de China» y rechazará la independencia de Taiwán «en cualquiera de sus formas», mientras que el PCCh respalda la oposición de Rusia a la ampliación de la OTAN.
La invasión rusa de Ucrania ha alimentado las especulaciones de que el líder del PCCh, Xi Jinping, seguiría el ejemplo del presidente ruso, Vladimir Putin, decidiendo invadir Taiwán. En enero, el ministro de Asuntos Exteriores taiwanés, Joseph Wu, advirtió de que es «más probable» que el régimen chino realice un movimiento militar contra la isla en 2027.
El 6 de julio, Xi inspeccionó el Mando del Teatro Oriental del ejército chino, responsable de las operaciones en zonas como el estrecho de Taiwán, e instó al ejército a «profundizar en la planificación de la guerra y el combate» para aumentar las posibilidades de victoria en el combate real.
El director de la CIA, William Burns, declaró en febrero que China representa el «mayor desafío geopolítico» para Estados Unidos y que la competencia global con el PCCh podría ser «más intensa» de lo que fue con la Unión Soviética.
«La competencia con China es única por su escala y porque realmente se desarrolla en casi todos los ámbitos, no sólo el militar y el ideológico, sino también el económico, el tecnológico, desde el ciberespacio hasta el propio espacio», declaró en un acto celebrado en la Universidad de Georgetown, en Washington.
Con información de Frank Fang y Reuters.
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