WASHINGTON – El año pasado, la segunda economía más grande del mundo experimentó su crecimiento interno más lento en casi tres décadas. Pero aunque los problemas económicos de China son profundos, no son producidos por la guerra comercial con Estados Unidos, dice un experto.
El debilitamiento de la economía china no tiene nada que ver con la disputa entre Estados Unidos y China, según Derek Scissors, catedrático residente en el American Enterprise Institute (AEI) y economista jefe del “China Beige Book”.
China “Tiene que lidiar con el fracaso de larga data de no realizar la reforma pro-productividad”, dijo en un evento de la Heritage Foundation el 30 de mayo.
Las fuentes de crecimiento -la innovación, el capital, la mano de obra y la tierra- estaban todas en “mal estado”, y no había ningún movimiento hacia el cambio, agregó.
Según Scissors, los datos oficiales de la expansión económica muestran una tendencia bastante clara, donde el crecimiento del producto interno bruto (PIB) cayó al 6,6 por ciento en 2018 desde el 14,2 por ciento en 2007.
Sin embargo, los problemas económicos de China pueden ser más graves de lo que indican los datos oficiales. La riqueza nacional como un indicador alternativo puede ser mucho más informativo que el PIB, dijo.
Según un informe del Instituto de Investigación del Credit Suisse, la riqueza nacional total de China creció un 26 por ciento entre finales de 2013 y mediados de 2018. Sin embargo, en los cinco años anteriores, tras la consecuencia de la crisis financiera, el crecimiento fue del 132 por ciento.
En los últimos 4 años y medio, en comparación, la riqueza total de Estados Unidos aumentó más rápidamente que la de China, con un 29 por ciento.
“Por lo tanto, China tiene un problema de crecimiento y está subestimado por el PIB oficial”, dijo Scissors.
Según Scissors, el ingreso disponible oficial en China es una novena parte del nivel de Estados Unidos.
“No está ni cerca de ser un país rico. Se endeudó mucho en los últimos nueve [o] 10 años, y el crecimiento se desaceleró dramáticamente en ese mismo período”, dijo.
Hay un aumento preocupante de los niveles de deuda, a pesar de la campaña en curso de Beijing para reducir los riesgos. Según el Instituto de Finanzas Internacionales, la relación deuda/PIB de China se acerca al 300 por ciento.
En la última década, el régimen chino dependía en gran medida de la deuda para impulsar las inversiones y el crecimiento económico. Desde 2016, Beijing estuvo tratando de reducir su dependencia de la deuda a través de sus esfuerzos de desapalancamiento. Sin embargo, es probable que la reciente guerra comercial menoscabe el proceso de reducción de la deuda.
“Supongo que el conflicto comercial podría hacer que China solicite prestamos aún más rápidamente”, dijo Scissors. “Eso es lo que pasó en lo que va de año. Ya se habían obtenido prestamos hasta la muerte antes de esto”.
Además, China es vulnerable a la presión cambiaria de Estados Unidos, agregó.
Problemas demográficos
El envejecimiento de la población china también crea nuevos desafíos para el régimen. La población en edad de trabajar entre los 20 y los 64 años comenzó a disminuir en 2017.
Y se pronostica que la edad media de China aumentará a 47 para 2033 y 56 para 2050, según Yi Fuxian, investigador principal de la Universidad de Wisconsin-Madison. En comparación, la edad media en Estados Unidos será de 41 años en 2033 y de 44 años en 2050.
La demografía va a afectar a la economía china mucho más que la guerra comercial, dijo Scissors.
Aunque el comercio bilateral entre China y Estados Unidos es significativo, ninguna de las dos economías depende del comercio para el crecimiento interno.
El año pasado, el comercio de bienes y servicios de Estados Unidos con China ascendió a un total de 739.000 millones de dólares, lo que convierte a China en el mayor socio comercial. Las exportaciones fueron de 180.000 millones de dólares y las importaciones de 559.000 millones de dólares. Sin embargo, el flujo comercial total con China equivale solo al 3,6 por ciento del PIB de Estados Unidos.
Estados Unidos es también el mayor socio comercial de China; sin embargo, el comercio total de bienes de Estados Unidos representó solo el 4,9 por ciento del PIB de China en 2018.
La creciente represión de la administración Trump contra la inversión china en Estados Unidos, así como los controles de exportación, también agravan los problemas económicos de China.
La nueva legislación de Estados Unidos, que se promulgó en 2018, otorgó más poder al Comité de Inversión Extranjera en Estados Unidos (CFIUS) para supervisar las inversiones extranjeras en Estados Unidos. Además, la administración Trump también tomó medidas para imponer más restricciones a las exportaciones de productos de alta tecnología a China.
Según Scissors, es demasiado pronto para cuantificar los efectos de estos cambios en la economía china.
“Todavía no tenemos los reglamentos de aplicación”, dijo. “Necesitamos ver los reglamentos, que se publicarán a lo largo de este año. Y luego necesitamos un año de datos para ver el impacto”.
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