Investigadores del Instituto Weizmann de Ciencias de Israel crearon «modelos de embriones» humanos completos sin utilizar esperma ni óvulos, cultivándolos fuera del útero durante 14 días.
Los modelos embrionarios, también conocidos como embriones sintéticos, no son equivalentes a los embriones humanos reales. Su aspecto es similar al de las primeras fases del desarrollo humano, pero no muestran signos del inicio de un cerebro o de un corazón latiente. Los investigadores consiguieron crear «modelos de embriones» desarrollados a partir de células de la piel extraídas de un adulto.
Tras la extracción, la célula de la piel se sometió a determinados procesos biológicos y químicos que la transformaron de nuevo en una célula madre, que luego se desarrolló fuera del útero hasta alcanzar el estado de embrión humano a los 14 días.
Los embriones sintéticos contenían «todas las estructuras y compartimentos característicos de esta etapa, incluida la placenta, el saco vitelino, el saco coriónico y otros tejidos externos que garantizan el crecimiento dinámico y adecuado de los modelos», según un post publicado el 6 de septiembre por el instituto.
La investigación es crucial, ya que se sabe muy poco sobre las primeras etapas de un embrión, pues son difíciles de estudiar.
«El drama está en el primer mes, los ocho meses restantes de embarazo son sobre todo de mucho crecimiento», afirma el profesor Jacob Hanna.
«Pero ese primer mes sigue siendo en gran medida una caja negra. Nuestro modelo de embrión humano derivado de células madre ofrece una forma ética y accesible de asomarse a esa caja. Imita fielmente el desarrollo de un embrión humano real, en particular la aparición de su arquitectura exquisitamente fina».
El Sr. Hanna señaló que varios fracasos del embarazo se producen en las primeras semanas. Y la mayoría de las veces, las mujeres afectadas ni siquiera son conscientes de que están embarazadas.
Es durante estas primeras semanas cuando se desarrollan muchos de los defectos congénitos, algunos de los cuales sólo pueden descubrirse mucho más tarde.
«Nuestros modelos pueden utilizarse para revelar las señales bioquímicas y mecánicas que garantizan un desarrollo adecuado en esta fase temprana, así como las formas en que ese desarrollo puede ir mal», afirma.
Los modelos de embriones humanos de Weizmann pueden arrojar luz sobre las causas de varios defectos congénitos y tipos de infertilidad, así como conducir al desarrollo de tecnologías para cultivar órganos y tejidos para trasplantes, afirmó el instituto.
También abre vías de investigación que serían imposibles con embriones naturales. Por ejemplo, los modelos embrionarios pueden utilizarse para determinar los efectos de la exposición a fármacos u otras sustancias en el desarrollo del feto.
Cuestiones legales y morales
Los modelos embrionarios crecieron fuera del útero durante ocho días, alcanzando una fase de desarrollo equivalente a 14 días de desarrollo embrionario humano natural tras la fecundación. Este es el momento en el que los embriones naturales adquieren las estructuras internas necesarias para evolucionar hasta convertirse en órganos corporales.
Catorce días es también la fecha límite legal para la investigación embrionaria en muchos países. El trabajo del Instituto Weizmann también plantea la cuestión de si se puede imitar el desarrollo embrionario después del límite de 14 días.
Es posible que esta medida no sea ilegal en algunos países, ya que los modelos de embriones son jurídicamente distintos de los embriones naturales. Cuanto más se parezcan estos modelos al proceso natural, más dilemas éticos planteará la investigación.
«Cuanto más se parezcan los modelos de embriones humanos derivados de células madre a los embriones humanos, más importante será contar con normas y directrices claras sobre su uso», declaró a la BBC el profesor James Briscoe, del Instituto Francis Crick.
Subrayó la necesidad de proceder con «cautela, cuidado y transparencia» en este campo para evitar cualquier «efecto amedrentador» entre el público.
También está la cuestión de si los embriones humanos sintéticos deben tener el mismo estatus y los mismos derechos, incluidas las protecciones, que se conceden a los embriones naturales.
Hay quien sostiene que normalizar la creación de embriones sintéticos con fines de investigación puede acabar trivializando la vida humana al considerarla una mercancía o un recurso. La manipulación de estos embriones sintéticos también implica cuestiones sobre la dignidad humana y el respeto a la vida.
La tecnología abre interrogantes sobre la ingeniería genética y las posibles aplicaciones en clonación, que ya son cuestiones moralmente complicadas.
Aunque existieron intentos de hacer modelos de embriones humanos en el pasado, no podían considerarse «genuinamente precisos», ya que carecían de tipos celulares críticos como los que acaban formando la placenta, según el post del Instituto Weizmann.
Además, estos modelos no tenían la «organización estructural» de un embrión normal y no mostraban ninguna «capacidad dinámica» que les permitiera evolucionar a la siguiente fase de desarrollo.
Los modelos de embrión humano desarrollados por el equipo de investigación del Weizmann tienen una «auténtica complejidad», se afirmaba.
La investigación «logró, por primera vez, una construcción fiel de la estructura completa de un embrión humano a partir de células madre» en el laboratorio, declaró a la BBC el profesor Alfonso Martínez Arias, de la Universidad Pompeu Fabra (España).
De este modo, se abre la puerta «al estudio de los acontecimientos que conducen a la formación del plan corporal humano», afirmó.
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