Cientos de migrantes centroamericanos que buscan llegar a Estados Unidos cruzaron este jueves el poco caudaloso río Suchiate y entraron a México desde Guatemala, aprovechando al parecer la presencia de tropas mexicanas en la frontera.
Sin embargo, más adentro, en la carretera que conduce a la Ciudad Hidalgo, decenas de miembros de la Guardia Nacional de México con equipos antidisturbios y vehículos del Instituto Nacional de Inmigración les cerraban el camino.
Los migrantes, en su mayoría hondureños, se aprestaron desde las 4:30 de la mañana a reanudar su marcha atravesando el río, pero escogiendo un sector de este territorio en el estado de Chiapas en que no había guardias mexicanos.
Sin embargo, en esta parte el agua llegaba hasta la cintura y los más jóvenes entraron primero en el río para formar una cadena humana y ayudar a las mujeres y los niños.
Según la agencia AP, cuando los primeros migrantes cruzaron a las seis de la mañana aún era noche cerrada.
En pocos minutos iniciaron la marcha formando una columna por la carretera, portando banderas de Estados Unidos y Honduras a la cabeza de la procesión.
El lunes, unos 500 migrantes consiguieron cruzar a México por la misma zona, pero ese grupo fue detenido más tarde en un control de carreteras.
Otros que lograron entrar a México la semana pasada fueron interceptados por las autoridades mexicanas, que les ofrecieron diversas opciones como pedir refugio o aceptar trabajos en programas sociales, en el sur de México y en sus países.
Sin embargo, los migrantes piden que les permitan circular libremente por México para llegar a Estados Unidos, donde quieren pedir refugio alegando que escapan de la violencia y la pobreza de sus países.
Desde entonces, México reforzó fuertemente la seguridad en la frontera, lo que pareció por momentos disuadir a los migrantes, que se replegaron a la cercana localidad guatemalteca de Tecún Umán.
La caravana de miles de personas partió la semana pasada de Honduras con la esperanza de que México les permitiera el paso, y en Guatemala sus filas fueron creciendo con guatemaltecos, salvadoreños y nicaragüenses.
El martes, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, expresó dijo que su gobierno estaba intentando proteger a los migrantes al impedirles viajar ilegalmente por el país.
“Si no los cuidamos, si no sabemos quiénes son, si no tenemos un registro, pasan y llegan al norte, y los atrapan las bandas de delincuentes y los agreden, porque así era antes también”, afirmó.
La caravana es un nuevo desafío a la estrategia del presidente Donald Trump de exigir a otros gobiernos que detengan el flujo de migrantes con destino a Estados Unidos.
El miércoles, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos lanzó un aviso de que “cualquier miembro de la caravana que llegara a la frontera entre Estados Unidos y México, será procesado en consecuencia y rápidamente será separado, devuelto o repatriado».
.@DHS_Wolf: “Should any members of the caravan reach the U.S-Mexico border, they will be processed accordingly and quickly removed, returned or repatriated.» https://t.co/jaDr3W41Ks
— Homeland Security (@DHSgov) January 22, 2020
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