Los informes de las últimas décadas muestran que las mujeres tienen menos hijos que nunca. Esta tendencia hace que la tasa de natalidad en muchos países desarrollados caiga muy por debajo de la tasa de reemplazo natural, y sigue cayendo en picado hasta niveles que los sociólogos de décadas pasadas nunca habrían predicho.
Lo que viene a continuación es una incógnita. Las intuiciones parecen coincidir con lo que sugieren ahora los expertos —la disminución de la población podría acarrear costos que muchos de nosotros no hemos tenido en cuenta.
Aparte de las implicaciones económicas, me parece triste y extraño considerar este cambio desde el punto de vista general de la historia de la humanidad. Pasamos miles de años saliendo de un estilo de vida de subsistencia, esforzándonos por alcanzar el tipo de riqueza que nos proporcionaría seguridad, ocio, mayor esperanza de vida y más protección frente a muchas tragedias.
Y justo cuando entramos en una era de abundancia, en la que tantas personas de todo el mundo tienen acceso a este tipo de riqueza, empezamos a dar por terminado el gran proyecto humano. Dejamos de invertir en el futuro de la forma que más importa.
Vida: trasmítela
Si hoy estás vivo, disfrutas de tu vida y aprecias formar parte de la sociedad humana, quizá quieras plantearte qué papel puedes o debes desempeñar para transmitir ese don a otra generación. Comprendo que no todo el mundo decida criar a sus hijos o se preocupe por el futuro de la tierra cuando ellos ya no estén. Sin embargo, llama la atención que tanta gente piense ahora que no merece la pena tener hijos o elija una familia mucho más pequeña que una grande. En los márgenes actuales, me gustaría animar a más de nosotros a adoptar una postura a favor de los hijos.
Simplemente cambiando la narrativa y las normas culturales en torno a los niños, creo que podemos empezar a dar un empujón hacia un creciente aprecio por tener hijos. Cuantas más personas elijan este camino, más aceptado será y más personas considerarán la posibilidad.
Ni siquiera es necesario tener hijos para participar en este cambio cultural. He aquí algunas ideas especulativas sobre cómo podríamos contribuir todos a fomentar una cultura que valore y apoye la fertilidad.
5 consejos sobre el fomento de los hijos
1. Elogie abiertamente la idea de tener hijos
Una de las cosas más importantes para apoyar el crecimiento de las familias es cambiar la forma de hablar de la paternidad y de quienes deciden tener más hijos. Estas personas deben ser elogiadas por su buen y duro trabajo. Deberíamos tratar activamente de elevar el estatus de todos los buenos padres, convirtiéndolo en un objetivo colectivo.
2. Implíquese más en la vida de los niños que conoce
Todos los buenos padres que conozco desean que sus hijos tengan más influencias positivas de los adultos. Usted puede hacer esto por sus niños. Es tan sencillo como formar parte de sus vidas, interesarse por sus intereses y ofrecerles pasar tiempo juntos cuando sea oportuno. Los padres de niños pequeños siempre agradecen a los adultos de confianza que puedan proporcionarles un descanso necesario.
3. Ofrézcase como voluntario en actividades y eventos adaptados a los niños
Sé por experiencia que la crianza de niños pequeños puede ser una tarea agotadora. Agradezco que varias organizaciones y clubes ofrezcan a otros adultos la posibilidad de supervisar, entrenar y pasar tiempo con mis hijos de forma significativa. Su contribución puede ser cualquier cosa, desde entrenar a un equipo de béisbol hasta dar una clase en la escuela dominical o ser voluntario para leer cuentos en la biblioteca. Todas estas actividades estructuradas hacen del mundo un lugar más fácil para criar a los hijos.
4. Invite a las familias a traer a sus hijos y planifique en consecuencia
Si desempeña algún papel de liderazgo en el trabajo o en su comunidad, considere la posibilidad de invitar proactivamente a los niños a participar cuando y donde tenga sentido. Una de las cosas más difíciles de ser padre de una familia numerosa es encontrar formas de salir de casa y socializar, en las que los niños sean bienvenidos. Eso significa crear un entorno en el que ser un poco más ruidoso y un poco más desordenado no sea un problema.
5. Predicar el valor de una vida con sentido por encima de una vida fácil
Creo que el declive de la religión organizada deja un vacío en la sociedad que se llena con una combinación de aspiraciones a conseguir más y un deseo de maximizar el tiempo libre. Estas aspiraciones no son intrínsecamente erróneas, pero su crecimiento quizá haya desplazado otros valores, como el deseo de crear una vida con sentido mediante la creación de una familia numerosa y un hogar feliz. Hoy en día hay poca gente que predique de forma persuasiva estos valores, y me encantaría ver a más gente defendiéndolos.
Una nota personal
Me gustaría terminar con una nota personal compartiendo que mi mujer y yo estamos criando a nuestros cuatro hijos. Es una de las aventuras más grandiosas de mi vida y también una de las cosas más difíciles que hago. Fundamentalmente, una de las mejores cosas que puedes hacer para animar a otros a tener hijos es tener más hijos tú mismo y ser un ejemplo vivo de que es posible y de que tu vida puede seguir siendo buena —llena de todo tipo de cosas que hacen que la vida tenga sentido y sea agradable.
Si puede, le animo a que considere hacer lo mismo. Pero si no, explorar las opciones sobre las que he escrito más arriba sigue siendo una forma importante y eficaz de moldear nuestra sociedad en la dirección que queremos. Si usted también defiendes estos valores, lo animo a que los ponga en práctica.
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