Con el propósito de diversificar sus fuentes de financiamiento, el gobierno argentino no encontró mejor solución que recurrir a China. Debido a la vigencia del acuerdo de asociación estratégica integral china-argentina, recientemente ratificado, la posibilidad de emitir títulos de deuda argentina en yuanes (los denominados Bonos Panda) para colocarlos en entidades financieras chinas enciende la luz de advertencia en base a una serie de antecedentes del gigante asiático.
China está obligada a salir a buscar al exterior recursos naturales para cubrir sus apremiantes necesidades alimentarias y energéticas. Experiencias en varios lugares del mundo demuestran que tener como socio al gigante asiático implica una (casi inevitable) relación asimétrica con el país receptor de sus préstamos e inversiones, con consecuencias inesperadas por este último.
Pero las repercusiones no solo quedan en los ámbitos financieros y económicos. Al estar vinculadas a la extracción de recursos naturales, las inversiones chinas generalmente conllevan un fuerte impacto ambiental. También muchos convenios exigen la contratación de empresas y mano de obra china. Por último, esta dependencia termina generando la intromisión de la influencia comunista china en los ámbitos judiciales, académicos y culturales. A continuación, detallamos los cinco riesgos que un país asume al tomar empréstitos chinos.
El intercambio comercial de Argentina con China se puede resumir de la siguiente manera: exportamos menos mientras que importamos cada vez más
1) Déficit comercial y endeudamiento: una dependencia peligrosa
El intercambio comercial de Argentina con China se puede resumir de la siguiente manera: exportamos menos mientras que importamos cada vez más. Vendemos materias primas carentes de valor agregado a cambio de comprar productos manufacturados chinos produciendo un déficit en la balanza de pago que se hace más abultado año tras año. De esta manera el mecanismo de recurrir a préstamos foráneos se acrecienta a tal punto de vernos obligados a pedir prestado a cualquier banco dispuesto a entregar efectivo para cubrir las deudas generadas por el bache del intercambio.
China tiene un engranaje bien aceitado: compra materia prima, vende sus productos “made in China” y encima financia el déficit comercial. Una verdadera ganga
China con su ‘capitalismo de Estado’ alimenta un engranaje bien aceitado, fomentado con el cuento chino del espejismo de hacer negocios, el gigante va alcanzando su propósito de quedarse con todo. Compra materia prima, vende sus productos “made in China” y encima financia el déficit comercial. Una verdadera ganga.
La aspiración expansionista del gigante asiático y la de ejercer una mayor influencia en el mundo para alcanzar el objetivo del abastecimiento es notoria, incluso hasta la de ocupar territorialmente con bases militares camufladas de científicas en los países considerados estratégicos. Por ejemplo como sucedió en Argentina con la instalación de la supuesta base espacial controlada por el Ejército Popular de Liberación.
2) Beneficios con contrapartidas nefastas: el caso de Ecuador
Aún no sabemos los detalles y las garantías implicadas en los acuerdos alcanzados por los préstamos chinos en Argentina, sin embargo los antecedentes de lo que sucedió en Ecuador pueden ayudar a brindar una idea de cuál es la verdadera intención del dragón asiático.
Ecuador ya ha otorgado al gigante asiático una cantidad de petróleo por un valor de hasta diez veces más que el requerido para el pago del capital y la suma de los intereses
Sin mediar licitación alguna, a precios descontados y en condiciones desfavorables, a cambio de acceder a financiamiento chino, Ecuador tuvo que poner como garantía su preciado recurso estratégico, el petróleo. El resultado es que según cálculos de especialistas, el país andino ya ha otorgado al gigante asiático una cantidad de petróleo por un valor de hasta diez veces más que el requerido para el pago del capital y la suma de los intereses. De este manera, comprando petróleo barato a cambio de préstamos leoninos, China se convirtió en un abrir y cerrar de ojos en el mayor acreedor del país andino y además se quedó con su recurso energético.
«La firma de la asociación estratégica y la dependencia del mercado chino para la colocación de commodities así como la dependencia financiera no le dará demasiado margen de maniobra a la Argentina” (Mauricio Claverí).
En el caso de Argentina el acuerdo de asociación estratégica integral con China, realizado por la anterior gestión gubernamental y ratificado por la actual –con mínimas modificaciones- resulta ser un convenio que favorece sobre todo al país asiático. China podrá realizar en Argentina inversiones directas como obras adjudicadas sin licitaciones y financiadas con préstamos chinos, otorgados a empresas chinas, con la contratación de mano de obra china.
En este marco, la emisión de deuda argentina en yuanes (Bonos Panda) trae aparejada “una mayor dependencia de los capitales chinos, lo que implica menor capacidad de negociación con el Gobierno chino que buscará ventajas para sus empresas en el mercado argentino”, señaló a La Gran Época Mauricio Claverí, coordinador de proyectos de la consultora Abeceb. “La firma de la asociación estratégica y la dependencia del mercado chino para la colocación de commodities así como la dependencia financiera no le dará demasiado margen de maniobra a la Argentina”, enfatizó Claverí.
3) Inversiones chinas: necesidad de recursos naturales e impacto medioambiental
China es uno de los países más contaminados del planeta. Su aire, agua y tierra están afectados de una manera alarmante. El aire en muchas ciudades es irrespirable y la desertificación y la destrucción de los bosques avanza. Además es conocida la postura del régimen de no haber suscripto ningún convenio internacional importante para reducir el constante deterioro medioambiental mundial. Esa poca importancia que da China al medioambiente parece verse reflejada en el exterior…
Hay numerosos evidencias en Latinoamérica y África que demuestran claramente cómo China condiciona al país receptor con los supuestos beneficios de las inversiones perjudicando su futuro. La modalidad de las inversiones y de los préstamos chinos persigue la misma lógica del pasado colonialista pero en una nueva dimensión nunca antes vista, abarcando no solo el plano económico-comercial y financiero sino también involucra otros sectores sensibles como son la contaminación y el impacto medioambiental.
El modus operandi es realizar inversiones a través de empresas chinas destinadas a sectores estratégicos vinculados al abastecimiento de los recursos naturales, generando contaminación y degradación del medio ambiente.
Las consecuencias del impacto ambiental de la explotación petrolera (Sinopec, por ejemplo) y minera de parte de empresas chinas en Argentina así lo demuestra. Asimismo ONGs ambientalistas vienen alertando sobre el efecto irreparable que tendrá la construcción de dos enormes represas hidroeléctricas en el sur del país.
Un informe reciente de la Universidad de Boston demuestra que la expansión del área de cultivo de soja es la causa principal de deforestación en la Amazonia, así como también son los caminos, canales y vías férreas construidos y financiados por China para transportar las materias primas a los puertos de embarque. Argentina sigue cosechando el monocultivo de la soja para vendérsela a China para que engorde su ganado porcino mientras el medio ambiente irremediablemente es dañado.
Las cifras de la composición de las exportaciones de Argentina a China son contundentes. Del total exportado, el poroto de soja en el intercambio comercial representó 50% en el período 2001-2004, 70% en el 2010-2013 y finalmente se llega al 80% en el 2014-2016. Según recientes estudios, cada kg de soja producido insume de 5000 litros de agua.
4) “Te presto pero tienes que contratar trabajadores chinos y seguir la legislación laboral china”
El dragón rojo asiático invierte y presta con el propósito de desarrollar determinados emprendimientos que le sean afines a sus propios intereses y con la condición de que sean ejecutados por empresas chinas (centrales nucleares, represas hidroeléctricas, el tren Belgrano Cargas, etc.) y a veces también con la exigencia de la contratación de mano de obra china.
En el caso argentino, no tardaron en levantarse las voces contrarias a los acuerdos alcanzados con el gigante asiático desde el lado industrial, advirtiendo que la relación con China era totalmente desfavorable para el país, “implica 90% de exportación en commodities contra 90% de importación en manufacturas”, dijo José Ignacio De Mendiguren (UIA) en el diario La Nación. Los sindicatos argentinos también manifestaron que el convenio “abre la puerta para una oleada de trabajadores chinos y pone en riesgo contratos para empresas de capitales nacionales“, como afirmó Gerardo Martínez -titular de la UOCRA-.
África es otra región en la que China está pisando fuerte. La situación de extrema pobreza junto a la notable extensión de sus tierras vírgenes la convierten en una presa fácil y en una candidata idónea para las aspiraciones expansionistas del país del lejano oriente. África sigue estando sumida en una situación crítica. Por unos pocos supuestos beneficios futuros entrega sus preciados recursos corriendo el riesgo de hipotecar hasta la riqueza de su suelo.
“Las multinacionales chinas operan como bucaneros buscadores de oro» expresó a The Economist el ministro de Medio Ambiente de Zimbawe al respecto. Son conocidas las condiciones de miseria y explotación inhumanas que ejercen las empresas chinas sobre la mano de obra local sumada a la destrucción medioambiental.
Un informe del 2011 de Human Rights Watch detalla sobre las condiciones laborales en las minas de propiedad china en Zambia. El título del reporte describe un panorama de explotación colonial: «Si se niega, lo echamos». «Las relaciones laborales en Zambia muestran todo tipo de abusos, sea respecto al sueldo que muchas veces está por debajo del salario mínimo, a las condiciones de seguridad y sanitarias o bien a la represión de la actividad sindical», reconoce Merlin Linehan, el director de China en África.
5) Los intereses ocultos del Partido Comunista Chino
La injerencia del gigante asiático a través de sus préstamos no solo queda en el plano financiero o económico sino que hay vastas experiencias de cómo el régimen chino ha ejercido presión en los ámbitos académicos, judiciales y hasta culturales de los países en los que se iba convirtiendo en su principal acreedor.
Las causas judiciales iniciadas en Argentina y España por delitos de lesa humanidad que están ocurriendo en China fueron boicoteadas y hasta archivadas debido a la presión ejercida por el Partido Comunista Chino. No es casualidad que en los últimos años justamente China se convirtió en el principal socio comercial de estos dos países.
Los acuerdos de los Instituto Confucio con las universidades que los acogen son poco transparentes e incluyen cláusulas que pueden suponer un desafío a la libertad de cátedra en esas universidades (Juan Pablo Cardenal)
En el ámbito académico, los Institutos Confucio, alojados en universidades alrededor del mundo como caballos de Troya, cumplen la función de difundir una supuesta cultura que no está arraigada en los valores de la cultura tradicional china, sino que por el contrario, divulgan contenidos maquillados como si fueran parte del bagaje cultural chino que solo embrollan la mentalidad de los que acuden a sus puertas. En Canadá, por ejemplo, los profesores universitarios incentivaron el cierre del Instituto Confucio al rechazar las prácticas inadecuadas de contratación y reclutamiento y por la restricción a la discusión de temas considerados controvertidos a las directivas del régimen comunista chino.
“Los acuerdos de los Instituto Confucio con las universidades que los acogen son poco transparentes e incluyen cláusulas que pueden suponer un desafío a la libertad de cátedra en esas universidades y la culpa hay que trasladarla sobre todo a esas instituciones académicas que acceden a las condiciones de los IC a cambio de que éstos financien los programas”, expresó el periodista español especialista en China, Juan Pablo Cardenal a La Gran Época.
Volviendo a Sudamérica, a Ecuador no le salió “barato” hacer negocios con el régimen comunista. La embajada de China en ese país presionó (logrando su cometido) para cancelar el espectáculo de danza clásica china “El Rey Mono” de la compañía Shen Yun Performing Arts de New York –que recorre el mundo con la misión de revivir los valores de la cultura milenaria china-. Mientras que en España quiso hacer lo mismo pero resultó en un intento fallido- ya que salieron a la luz las presiones del régimen por prohibir la presentación de Shen Yun en ese país- y finalmente la compañía se presentó en Barcelona a sala llena.
Con “discreción y cara amable”- como afirma el catedrático Dr. Julián Pavón- el gigante asiático ejerce su influencia buscando quedarse con los preciados recursos de todo país necesitado de divisas frescas. Sin embargo, las necesidades apremiantes nunca condujeron a buen puerto y por lo general, no llevan a generar negocios prósperos a largo plazo, por más que en lo inmediato puedan aparentar todo lo contrario.
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