RIGA, Letonia— Cuando Letonia decidió organizar este mes un espectáculo de una compañía artística con sede en Nueva York, la pequeña nación europea se encontró bajo una inesperada presión diplomática de una gran potencia lejana: China.
En noviembre de 2024, apenas dos meses antes de que el Teatro Dailes —el mayor teatro profesional de Letonia— acogiera por primera vez a Shen Yun Performing Arts, el teatro recibió una carta de nueve páginas de la Embajada china en Letonia. La carta contenía una «amable recomendación», instando al teatro a «reconsiderar» su programa para el espectáculo, según el director del teatro, Juris Zagars.
«Por supuesto, nosotros no respondimos», dijo el Sr. Zagars durante una comparecencia en el medio local TV3 el 15 de diciembre. «Porque creemos que es absolutamente inaceptable que la embajada de un país nos dicte qué repertorio nos convendría y cuál no».
El Sr. Zagars reveló a continuación que se había puesto en contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores de Letonia para pedir consejo y que se enteró de que este tipo de presión diplomática sobre Shen Yun no es inusual.
El director del teatro declaró a TV3 que también recibió una invitación de la embajada china local para hablar de lo que denominó oportunidades de cooperación. Cuando pidió aclaraciones sobre la naturaleza de la cooperación, no hubo respuesta de la embajada, según Zagars.
Shen Yun, que recorre el mundo cada año bajo el lema «China Antes del Comunismo», es ahora uno de los principales objetivos del Partido Comunista Chino (PCCh), que considera que la exhibición de la cultura tradicional china por parte de la compañía de artes escénicas es una amenaza para su control. El PCCh ha utilizado diversas tácticas para intentar sabotear las actuaciones de la compañía, desde presiones diplomáticas y cortes en las ruedas de los autobuses turísticos hasta el envío de amenazas de bomba a los teatros y el encarcelamiento de los familiares de los artistas que viven en China.
No obstante, como informaron los medios letones, este incidente supone la primera vez en los últimos años que una embajada extranjera intenta influir en la dirección artística de un teatro letón.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Letonia confirmó posteriormente que se había puesto en contacto con la embajada china, recordándole el compromiso de la nación con la libertad de opinión y expresión artística.
Antes del estreno, el presentador de Shen Yun en Letonia declaró a The Epoch Times que se había puesto en contacto con la policía local, que le aconsejó que denunciara cualquier intento de perturbar el show.
El Ministerio de Cultura letón ya había comunicado al presentador local de Shen Yun que «la libertad de palabra y de expresión son valores fundamentales muy apreciados» en Letonia, según una carta consultada por The Epoch Times.
Las presentaciones de Shen Yun siguieron adelante sin alteración alguna. Del 5 al 7 de enero, miles de letones acudieron al histórico Teatro Dailes para ver el espectáculo de danza clásica china acompañada por su orquesta en vivo.
Después de ver el show, algunos espectadores expresaron su consternación por los intentos de Beijing de censurar Shen Yun.
«China debería estar orgullosa de que estos artistas muestren su cultura de una forma tan hermosa», declaró el empresario letón Juris Birznieks a The Epoch Times tras asistir al espectçaculo nocturno del 5 de enero. El Sr. Birznieks calificó de «increíblemente miserables» los intentos de Beijing de cancelar Shen Yun.
Los países bálticos —Letonia, Estonia y Lituania— fueron anexados por la fuerza a la Unión Soviética en 1940 y permanecieron ocupados hasta que recuperaron su independencia en 1991.
Aumento de la presión
La preocupación por los continuos esfuerzos de Beijing para reprimir la libertad de expresión artística está en aumento. En Estados Unidos, un informe del Departamento de Estado, publicado en junio de 2024, destacó los persistentes esfuerzos de Beijing por censurar a Shen Yun, afirmando que muchos de sus artistas practican Falun Gong.
Falun Gong, también conocida como Falun Dafa, es una antigua disciplina de meditación que consiste en enseñanzas morales basadas en Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Ha sido brutalmente atacada por el régimen comunista chino desde 1999, después de que entre 70 y 100 millones de personas la practicaran, según estimaciones oficiales de entonces, superando el número de miembros del PCCh.
En los últimos 25 años, los practicantes que se negaron a renunciar a su fe se enfrentaron a largos encarcelamientos, torturas físicas y mentales e incluso la sustracción forzada de órganos. Algunas de las actuaciones de Shen Yun representan escenas de la actual campaña persecutoria del PCCh contra Falun Gong.
Un informe de marzo de 2024 publicado por el Centro de Información Falun Dafa, una organización sin ánimo de lucro que vigila la persecución a Falun Gong, documentó desde 2007 más de 100 casos sobre Shen Yun, en 38 países .
Esta represión transnacional se ha intensificado en los últimos años.
En diciembre de 2024, The Epoch Times informó de que en una reunión de alto nivel celebrada en octubre de 2022, el líder chino Xi Jinping ordenó personalmente una nueva estrategia para eliminar a Falun Gong en el extranjero. La nueva campaña es multifacética, incluyendo el uso de batallas legales en Estados Unidos y la organización de una campaña de desinformación a través de personas influyentes en las redes sociales y algunos medios de comunicación occidentales que parezcan independientes del régimen.
Uno de los principales objetivos de la campaña es Shen Yun.
Falsas amenazas de bomba y presión diplomática
Solo durante la gira mundial de Shen Yun en 2024, la compañía fue blanco de falsas amenazas de bomba y presiones diplomáticas en múltiples ciudades europeas.
En mayo de 2024, el teatro Galaxie de Francia recibió una amenaza de tiroteo masivo si no se cancelaban los espectáculos de Shen Yun. El director del teatro alertó a la policía, que respondió con rapidez. Las funciones se celebraron sin incidentes.
El pasado marzo, mientras Shen Yun actuaba en la Sala de Conciertos CKK Jordanki de Polonia, el director cultural y de conferencias del teatro, Grzegorz Grabowski, declaró a The Epoch Times que funcionarios consulares chinos habían intentado interferir en el espectáculo en dos ocasiones distintas.
En enero de 2024, dos representantes consulares presionaron al teatro para que cancelara el espectáculo. Tras ser rechazados, al mes siguiente, el cónsul chino solicitó personalmente que se cancelara el contrato, pero fue rechazado de nuevo.
El Sr. Grabowski dijo entonces que el teatro ya había firmado un contrato con Shen Yun y, lo que es más importante, se habían vendido todas las entradas.
«No podía cancelar ni rescindir el contrato», declaró el director.
«Ninguna presión puede eximirnos de nuestra responsabilidad» de dejar que Shen Yun actúe según lo previsto, dijo Grabowski. «Así son las cosas».
Con la colaboración de Petr Svab y Dorothy Li.
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