Cómo encontrar paz y prosperidad con la permacultura

En las primeras semanas de asistir a un curso o una conferencia sobre permacultura, puede ocurrir algo poderoso. Lo vi en los ojos de otros participantes que tuvieron las mismas revelaciones que yo. La sensación de desesperación e impotencia ante el estado del mundo empezó a disiparse a medida que nuestros proverbiales cinturones de herramientas empezaban a llenarse.

Los «Permies», como se les llama cariñosamente, son personas que buscan soluciones positivas a los problemas más graves del mundo. Resulta que las respuestas pueden ser mucho más sencillas de lo que pensábamos.

La permacultura nació como una filosofía de diseño agrícola basada en la imitación de la naturaleza. Originalmente era una combinación de «permanent» (permanente) y «agriculture» (agricultura), pero con los años ha ido adquiriendo significados y aplicaciones más amplios y ahora se considera una forma de cultura permanente. Permanente porque se alinea con los patrones duraderos de la naturaleza.

Puede que los bosques de alimentos, la energía limpia, la recogida de agua de lluvia y una vida más sencilla no parezcan la revolución que imaginaba, pero cambiar la forma en que interactuamos con la tierra, con otras criaturas y entre nosotros puede transformar la forma en que pasamos nuestros preciosos momentos en este increíble planeta.

Aunque no disponga de un gran terreno, puede empezar plantando plantas comestibles y perennes en su jardín o terraza para saborear alimentos ecológicos cultivados en casa. Incluso una planta en una maceta es un comienzo significativo.

Si lo hace, es posible que empiece a ver el mundo lleno de potencial. Al instalar un paisaje comestible que continúe produciendo más alimentos cada año ─reduciendo así los costes de los alimentos y los viajes a los supermercados─ se convierte en parte de una transformación desesperadamente necesaria.

Entonces, ¿qué puede hacer usted en su casa?

La respuesta es mucho más larga de lo que permite el espacio de un artículo, pero esto le ayudará a crecer en la dirección correcta.

Conozca su espacio

La permacultura empieza observando e interactuando con su propio espacio exterior. El objetivo es alinearse con la naturaleza y, para ello, primero hay que observarla. ¿Cómo y dónde se mueve el sol en las distintas épocas del año? ¿Dónde están los puntos calientes y los rincones frescos? ¿Dónde tiende a acumularse el agua del deshielo o la lluvia? ¿Qué está creciendo ya? ¿Puede identificar las plantas, insectos y otras criaturas que comparten su espacio?

Este es un buen momento para empezar con la identificación básica de las plantas para asegurarse de que no está arrancando valiosos comestibles. Tome algunas fotos para que pueda mirar hacia atrás y ver hasta dónde ha crecido. Cuando empecé mi huerto, el ecosistema estaba formado por colillas, excrementos de perro y hormigas. Ahora me alegro de lo lejos que ha llegado mi pequeño jardín.

Empiece por la tierra

Si su tierra no es fértil, pida que se la traigan de un centro de jardinería local o añada compost para darle nutrientes y capacidad de retención de agua. Todo empieza con la tierra y el sol.

Pero, ¿cómo saber qué aspecto tiene un suelo «bueno»?

Cave en el suelo y eche un vistazo. ¿Es oscura y está llena de pequeños insectos y hongos? Es una buena señal. Si parece arena o limo con poco más, necesitará crear un entorno propicio para los microbios beneficiosos y los pequeños gusanos llamados nematodos. Para ello, puede añadir materia orgánica, como compost, humus de lombriz y mantillo.

Cultive un poco de tierra

Si no posee un sistema de compostaje, ahora es el momento de ponerlo en marcha. Independientemente de la situación en la que viva, hay un compostador que le vendrá bien. Si vive en un apartamento, puede poner en marcha un pequeño vermicompostador que utilice lombrices diminutas para acelerar el proceso. Aunque solo se puedan compostar de uno a dos litros de restos de comida a la semana, la experiencia le encenderá la chispa cuando vea a estos diminutos ayudantes convertir sus desechos en una valiosa enmienda para el suelo. Si tiene un jardín más grande, hay muchas opciones, desde un volteador que no esté en el suelo para mayor orden hasta un sistema de tres cubos para gran volumen.

Enriquezca su ecosistema

Seleccione algunas de sus plantas perennes comestibles favoritas. Estas plantas vuelven a crecer cada año. Vivir en armonía con su ecosistema significa que es importante conocer lo que ya crece allí. Lo ideal son las plantas perennes comestibles y las autóctonas de la zona.

Hay mucho que aprender de la naturaleza, así que acepte desde el principio que nunca lo sabrá todo y que no pasa nada. Acepte también que cometerá errores. Solo enfóquese en honrar la tierra y cuidar de los seres vivos con los que la comparte, y sin duda estará en el buen camino.

Empiece por plantar plantas de alto mantenimiento en las zonas más cercanas a los lugares por los que camina a menudo y continúe con plantas de bajo mantenimiento, como el ajo.

Siembre más de las que crea que va a necesitar y comparta las sobrantes con vecinos y amigos.

Planifique las próximas temporadas

¿Desea ampliar su temporada de cultivo? Consiga un pequeño invernadero para los días más fríos y oscuros de la primavera y el otoño. Colóquelo en un lugar donde reciba mucha luz solar a principios de primavera, cuando el sol se acerca al horizonte en los climas septentrionales. Pero tenga cuidado, porque incluso los invernaderos sin calefacción pueden calentarse mucho. Obsérvelo de cerca y asegúrese de que tiene corriente de aire.

Un invernadero puede darle la sensación de tener más control sobre su situación, lo que también es bueno para calmar el estrés.

Intente «apilar funciones»

En la permacultura hablamos de «apilar funciones», lo que significa que intentamos trabajar lo menos posible y asegurarnos de que nuestros sistemas hacen más de una cosa. Así es como funciona la naturaleza y es lo que hace que la permacultura sea tan enriquecedora.

Para ello, tenga en cuenta los ciclos de su ecosistema. ¿Está plantando árboles en una zona donde las hojas que caen le proporcionarán fácilmente mantillo para el año siguiente, o tiene que rastrillarlas y trasladarlas a otro lugar? El objetivo de la permacultura es minimizar los insumos ─incluida la mano de obra─ y generar productos útiles que alimenten el sistema. Tal vez quiera seleccionar un árbol que siga creciendo para poder cortarlo y utilizar la madera como abono.

También puede plantar flores variadas que florezcan durante toda la temporada. Así tendrá muchos polinizadores y pájaros, un sinfín de entretenimiento, flores para regalar a los amigos y alimentos, como capuchinas comestibles. Las flores también atraen a la gente y pueden estimular la interacción con los vecinos, lo que crea oportunidades para establecer vínculos comunitarios.

Practique actividades al aire libre y desarrolle su resiliencia

La gente quiere y necesita estar más tiempo al aire libre. Y nuestras actividades al aire libre pueden ayudar más a la gente de nuestra comunidad. En mi ciudad natal, algunos amigos y yo hemos utilizado los principios de la permacultura para crear huertos en pequeñas parcelas de propiedad municipal. Estos jardines públicos requieren un mantenimiento mínimo y ofrecen a los residentes un lugar donde obtener productos frescos gratis.

Todos tenemos esta inspiradora oportunidad de hacer de nuestras ciudades algo mejor, más reflexivo y más resistente. Ahora está más claro que nunca que es necesario un cambio.

Así que si su instinto le dice que cultive alimentos, confíe en él. Son sus instintos de supervivencia. Lo más sorprendente es que puede que también disfrute de una vida más sencilla.

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