La gente me ha dicho a menudo que se sorprende de lo mucho que hago durante la semana. No lo digo para presumir, sino para contar que se me olvida cuánto trabajo he hecho para poder tener un mayor impacto en el mundo.
Así que en este artículo, me gustaría compartir algunos de mis secretos.
En realidad, no son secretos, sino cosas que probablemente hayas oído antes. Dicho esto, espero que algo de lo que aquí expongo pueda servirte de inspiración para poner en práctica una idea clave.
¿Por qué hacer las cosas?
No soy miembro del culto a la productividad, que cree que hay que hacer las cosas sólo para sentir que estás optimizando tu vida o para sentirte bien contigo mismo. He sido miembro del culto a la optimización, pero ahora lo rechazo de plano.
Ser productivo por el mero hecho de serlo, o porque es «bueno hacerlo», no tiene sentido. Nos convierte en máquinas que sólo producen cosas sin sentido, lo que conduce al agotamiento y a una sensación de inutilidad.
En cambio, a mí me importa el impacto y el significado. Mi misión es crear un cambio en el mundo, ayudar al mundo a abrirse a la incertidumbre, y eso me parece muy significativo. Al servicio de esa misión, me comprometo a crear cosas como este artículo, mi podcast, mi Fearless Living Academy y todos los cursos que contiene, y mi grupo de coaching Fearless Mastery y toda la transformación que está ocurriendo allí. Esas creaciones servirán para el impacto con el que estoy comprometido.
Por eso hago las cosas, porque me importa mucho el impacto que quiero causar en el mundo. Es importante no perderlo de vista.
Fijar objetivos y planificar con regularidad
Es fácil perderse en las tareas, los correos electrónicos y los mensajes, y olvidar hacia dónde nos dirigimos cuando nos ponemos a realizar tareas. Esto nos lleva a malgastar muchos esfuerzos.
Si quieres conseguir el máximo impacto, establece objetivos para saber hacia dónde te diriges.
Esto es lo que yo hago:
Anualmente: Cada diciembre, paso revista al año anterior y reflexiono sobre los objetivos que quiero alcanzar el año que viene.
Mensualmente: Al final de cada mes, hago un repaso del mes anterior y me marco objetivos para ese mes. En la medida de lo posible, los alineo con mis objetivos anuales.
Semanalmente: Todos los lunes por la mañana repaso la semana anterior y me marco objetivos para la semana en curso. Intento alinearlos con mis objetivos mensuales, de modo que cada semana me acerque más a los objetivos mensuales.
A diario: Cada día planifico lo que quiero hacer en el día. No siempre lo consigo, pero no se trata de eso. Lo tengo claro. Y trato de alinear mis objetivos diarios con mis objetivos semanales.
Puedes ver que esto me alinea con hacia dónde quiero ir a largo plazo, de modo que incluso si me pierdo en mis tareas y correos electrónicos, puedo confiar en que estoy avanzando con lo que importa.
También puedes ver que hay revisiones integradas en este sencillo sistema. Me ayudan a darme cuenta de cuándo me desvío del camino y a retomarlo.
Rendición de cuentas
Junto con las revisiones y el establecimiento de objetivos, me hago responsable ante un grupo de amigos empresarios, ante mi entrenador y ante mi equipo. A veces, hago cosas para rendir cuentas a mi familia (en el caso de los retos de fitness) o al público, si eso me sirve.
La rendición de cuentas, como mencioné en un episodio reciente del podcast, no consiste en castigarme si no hago algo. Por el contrario, me ayuda a ver claramente dónde me estoy desviando, dónde me estoy bloqueando y dónde necesito comprometerme más. Más información al respecto a continuación.
La rendición de cuentas me hace avanzar hacia mis grandes intenciones cuando siento que me quedo en mi zona de confort.
Sesiones de enfoque para la resistencia
Cuando siento resistencia, lo que sucede a menudo, utilizo una sesión de enfoque para avanzar. Tengo sesiones de enfoque establecidas en mi Fearless Living Academy y en Fearless Mastery. Funcionan como magia.
La forma en que funcionan es que te pones en una videollamada con una o más personas, luego cada persona dice al comienzo de la llamada en qué se va a enfocar. Tú te quedas mudo, te concentras en lo que se te resiste y al final de la llamada cuentas cómo te ha ido.
Siempre me ayuda a superar mis resistencias. Cuando trabajo con la resistencia, también me gusta notar la incertidumbre que siento en mi cuerpo. Lo noto como una ternura en el corazón y, a menudo, como una opresión en el pecho. No es un problema, sólo una sensación de incertidumbre. Respiro y me dejo llevar por ella. Luego me vuelvo hacia mi trabajo.
Flujo diario
Empiezo las mañanas con una sesión de planificación, como he dicho, que me lleva unos cinco minutos. Me gusta bloquear cosas en el calendario para saber que estoy dedicando tiempo a lo importante. Si sé que un par de tareas se me resisten, las reservo para la sesión de planificación del día.
Siempre dejo espacio para hacer ejercicio, descansar, cuidarme y meditar.
El desarrollo del resto del día depende de lo que tenga en el calendario. Si hay un montón de llamadas y reuniones, no tengo muchas sesiones de concentración largas; quizá una corta por la mañana y otra a última hora de la tarde. Si tengo menos llamadas, intento dedicar una buena cantidad de tiempo a las cosas importantes para avanzar en mis objetivos.
Termino mi jornada laboral con un breve repaso y una revisión con mi equipo. Después, tiempo para la familia. Ese es mi flujo diario habitual, aunque cambia mucho si hay otras cosas en marcha, como si la familia está de visita o viajo para dar una charla o dirigir un retiro.
Trabajar con mis bloqueadores
Si me detengo en un área —no avanzo o la evito— en lugar de ignorarla, me resulta muy útil analizarla. Esto me ayuda a aprender del bloqueo y a utilizarlo como un área de crecimiento, en lugar de pensar que es algo malo de mí que tengo que juzgar o arreglar.
Lo primero que haré será reflexionar sobre ello, o si me parece poco claro, se lo comentaré a mi coach (incluso los coaches pueden utilizar coaches). ¿Qué noto en este bloqueador? ¿Qué miedos tengo? ¿Qué sentimientos me produce?
Una vez hecho esto, intentaré ser más consciente en el momento en que me estoy bloqueando. En ese momento, hay una serie de cosas que puedo hacer si tengo conciencia: respirar, traer algo de compasión si estoy sintiendo algo, elegir algo nuevo y más.
Con el tiempo, y con la práctica, lo que sea que me bloquea se vuelve cada vez menos y esta parte de mi vida se vuelve más fácil.
Aprendizaje continuo
Como puedes ver en la última sección, cada obstáculo se convierte en una lección para mí. Así que intento sacar enseñanzas de todo lo que me ocurre y aportar curiosidad.
La principal forma que tengo de hacerlo es con las revisiones. Como has visto en la sección «Fijación de objetivos y planificación periódica», hago revisiones periódicas: cada día, cada semana, cada mes y cada año. Las revisiones diarias son breves, de apenas cinco minutos. Las semanales y mensuales tampoco son largas, entre 10 y 15 minutos. Pero a la anual le dedico más tiempo (días o más de una semana).
Todo esto significa que a menudo capto lo que ocurre y lo utilizo como aprendizaje. Estoy lejos de ser perfecto en esto, pero incluso cuando me quedo corto, es un lugar de aprendizaje.
Todo son lecciones para mí. Esto me ayuda a mejorar en todo esto y a profundizar en mi aprendizaje de la vida. Y para mí, eso es mucho más gratificante que ser productivo.
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