La meditación puede ayudar a las personas a superar sus miedos, pequeños y grandes. Un estudio encontró que ayudó a los sobrevivientes de cáncer a superar su miedo a la recurrencia. Otro analizó cómo ayuda con el miedo al dentista.
Otros la han encontrado efectiva contra el miedo a la muerte.
Brinda una «estabilidad interna» que ayuda a enfrentar las incertidumbres de la vida y los miedos que las acompañan, dijo Kelvin Chin, quien ha estado meditando durante más de 50 años y fue sujeto de prueba en uno de los primeros estudios médicos sobre meditación en Estados Unidos en 1971.
“Siempre le digo a la gente que no podemos deshacernos de la incertidumbre, pero podemos deshacernos del miedo asociado con ella”, dijo Chin en la conferencia anual de la Asociación Internacional de Estudios Cercanos a la Muerte en 2021.
En la silla del dentista
Mucho antes de que la meditación fuera una palabra familiar en Occidente y antes de que uno pudiera encontrar estudios de yoga en cada esquina, un profesor de psicología y un profesor de la escuela de odontología se unieron para probar la técnica como una forma de ayudar a los pacientes odontológicos asustados por las agujas anestésicas.
“El concepto subyacente involucrado es que el miedo y la relajación no pueden ocurrir simultáneamente”, escribieron Donald R. Morse de la Escuela de Odontología de la Universidad de Temple y Bernard B. Cohen de la Universidad Estatal de West Chester, en un artículo de 1983.
“En la práctica, el objeto temido se presenta al sujeto en pasos gradualmente crecientes mientras el individuo está profundamente relajado”, dijeron.
El experimento consistía en que el paciente repitiera un mantra de meditación mientras se le reintroducía en el equipo o en los procedimientos dentales. El paso más fácil podría ser reclinarse en la silla del paciente, llegando gradualmente al punto de poder recibir anestesia.
Al final del estudio, una de las conclusiones extraídas fue: “La meditación-hipnosis es una técnica ansiolítica rápida y eficaz que se puede utilizar en la desensibilización sistemática”.
El miedo de los sobrevivientes de cáncer a la recurrencia
Un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard analizó diferentes técnicas de la mente y el cuerpo para aliviar el miedo a la recurrencia del cáncer, y la meditación fue una técnica eficaz.
En algunos casos extremos, el miedo a la recurrencia del cáncer podría resultar en «desesperanza, desmoralización e incluso ideación suicida», escribieron en su estudio publicado en la revista Psycho-oncology.
Algunas de las técnicas utilizadas para combatir este miedo incluyen la relajación y la meditación: «meditación de atención plena, meditación sentada y/o movimiento meditativo como yoga, tai chi y qigong».
Los resultados mostraron que «aplicar habilidades de mente y cuerpo para abordar FCR [miedo a la recurrencia del cáncer] parece ser eficaz, aunque con espacio para un mayor refinamiento».
“Técnicas de meditación de Kundalini Yoga para la psicooncología y como terapias potenciales para el cáncer”, escrito por David S. Shannahoff-Khalsa, registra el proceso y los resultados de la investigación realizada en pacientes con cáncer que usaron la meditación para ayudar a aliviar sus miedos relacionados con el cáncer.
Shannahoff-Khalsa escribió que esta técnica de meditación se puede utilizar para pacientes con diversas necesidades, incluido el alivio de la “fatiga, la ansiedad, la depresión, el miedo y la ira, enfrentar desafíos mentales y convertir los pensamientos negativos en pensamientos positivos”.
“En 1990 tuve mi primera oportunidad de probar el ‘manejo de miedos’. Lo probé con una mujer de 38 años que me preguntó si podía enseñarle algo que la ayudara con el terrible miedo a la muerte que estaba experimentando… Cuando terminó, el esposo dijo: «Cariño, no te he visto sonreír hace 2 a 3 meses». Ella respondió: «Todos mis pensamientos negativos estaban cambiando a pensamientos positivos”, escribió Shannahoff-Khalsa.
Como en cualquier tipo de objetivo, lo más difícil es perseverar hasta el final. Shannahoff-Khalsa compartió que en sus observaciones, algunos de sus pacientes se detienen cuando ven una mejoría suficiente para poder seguir adelante, mientras que solo un pequeño porcentaje continúa hasta que están 100 por ciento mejor.
“El desafío más común es hacer que las personas practiquen de forma regular e independiente. Los pacientes con cáncer pueden estar más motivados que algunas poblaciones cuando las personas se dan cuenta del alivio y beneficio inmediatos que pueden lograr a través de la práctica, especialmente si el paciente tiene un fuerte deseo de llevar una vida ‘normal’”, escribió.
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