Cómo las bebidas energéticas están drenando la energía de su cerebro

Por Michelle Standlee
08 de agosto de 2023 7:26 PM Actualizado: 08 de agosto de 2023 7:26 PM

Pase por delante de una nevera de bebidas en cualquier tienda y se verá sorprendido por rayos y letras en negrita que gritan: «¡Energía!».

Los fabricantes de estas bebidas prometen que ingredientes como la cafeína, los aminoácidos y los extractos de hierbas proporcionarán una concentración y una motivación sobrehumanas a sorbos. Sin embargo, bajo la etiqueta se esconde un peligro que puede superar cualquier estímulo que ofrezca la bebida. Es importante preguntarse: «¿Y si el costo de esta explosión de energía no es sólo dinero?».

La evolución de las bebidas energéticas

Los orígenes de las bebidas energéticas se remontan a décadas antes de su popularización masiva.

En 1929, la bebida a base de glucosa Lucozade Energy (anteriormente Glucozade en 1927) se introdujo en el Reino Unido como suplemento nutricional para pacientes hospitalizados que se recuperaban de enfermedades, incluida la gripe.

Más tarde, en 1949, Dr. Enuf, que contenía una mezcla de cafeína, vitaminas del grupo B y azúcar, se convirtió en la primera bebida energética carbonatada de Estados Unidos cuando se lanzó en Chicago.

Sin embargo, no fue hasta las masivas campañas de marketing de Red Bull en Austria y más allá, a finales de los años 80-90, cuando las bebidas energéticas despegaron realmente en todo el mundo. Red Bull, una mezcla de cafeína, taurina, vitaminas del grupo B y azúcar, estableció la fórmula estándar de bebida energética que muchas marcas imitan hoy en día.

En la actualidad, el mercado mundial de las bebidas energéticas y deportivas está valorado en más de 159,000 millones de dólares, de los cuales casi 14,000 millones corresponden a Estados Unidos.

Además de los adultos, los adolescentes se sienten atraídos por estos tónicos energizantes para el rendimiento académico o deportivo. Algunos colegios empezaron a prohibir las bebidas energéticas por su alto contenido en azúcar y cafeína, que pueden provocar un bajón de energía, dificultando la concentración y el estudio a largo plazo.

El lado siniestro de los dulces subidones de energía

Aunque las bebidas energéticas pueden proporcionar beneficios a corto plazo, como el estado de alerta y la concentración, las investigaciones indican que también pueden tener repercusiones negativas para la salud.

«La cantidad y la calidad de la cafeína que contienen las bebidas energéticas constituyen una falsa fuente de energía», explica a The Epoch Times Omar Eliwa, farmacéutico colegiado de Wisconsin. «Está ingiriendo más de lo que su cerebro puede soportar. Será perjudicial a largo plazo para la memoria, el envejecimiento de las células, el agotamiento de nutrientes, y hace que no quiera comer, por lo que también afecta al metabolismo».

Cómo afectan al cerebro las bebidas energéticas

Los investigadores están obteniendo más información sobre cómo afecta al cerebro la combinación de ingredientes de las bebidas energéticas, y no es un panorama alentador.

1. Trastornos neurodegenerativos y envejecimiento cerebral

Las bebidas energéticas con cafeína pueden provocar cambios neurodegenerativos en el hipocampo, una estructura esencial para la memoria a largo plazo, en ratas albinas macho, según un estudio del 2020 publicado en la revista Anatomy and Cell Biology.

El consumo elevado de azúcar también se relacionó con un mayor riesgo de resistencia a la insulina. La resistencia a la insulina impide que las células de todo el cuerpo, incluidas las del cerebro, absorban adecuadamente la glucosa. Con el tiempo, el deterioro de la señalización de la insulina puede contribuir a la neurodegeneración y al envejecimiento acelerado del cerebro.

Además, la resistencia a la insulina contribuye al avance de la enfermedad de Alzheimer a través de diversos mecanismos, entre ellos la intensificación del estrés oxidativo, como indica un estudio publicado en el International Journal of Molecular Sciences en 2021.

«Las bebidas energéticas suelen estar envasadas en aluminio, una neurotoxina que se relacionó con la enfermedad de Alzheimer«, explicó a The Epoch Times la doctora Aruna Tummala, psiquiatra integrativa de Trinergy Health y fundadora de Psychiatry 2.0.

2. TDAH

Los colorantes alimentarios como el colorante rojo 40, también conocido como Allura Red AC, son comunes en las bebidas energéticas y deportivas, y pueden disminuir la absorción de minerales como el zinc y el hierro necesarios para el crecimiento y el desarrollo.

Algunas investigaciones sugieren que los colorantes alimentarios artificiales como el colorante rojo 40 pueden exacerbar los síntomas del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en los niños. En 2007, un ensayo controlado aleatorizado realizado en el Reino Unido reveló que el consumo de colorantes artificiales y/o el benzoato de sodio, un conservante muy utilizado, estaba relacionado con mayores niveles de hiperactividad en los niños.

Un metaanálisis realizado en 2012 estimó que alrededor del 8 por ciento de los niños con TDAH experimentan síntomas asociados al consumo de colorantes alimentarios e indicó los beneficios potenciales de eliminar los colorantes artificiales de sus dietas.

3. Fatiga, insomnio y dolores de cabeza

«Los bajones de azúcar y cafeína son muy reales», declaró Aidan Prud’Homme, estudiante de secundaria, a The Epoch Times. Consumía una o dos bebidas energéticas al día para mantenerse concentrado y con energía en la escuela. Algunos de los efectos secundarios eran fatiga prolongada, dolores de cabeza y problemas de sueño.

Como diurético, la cafeína de las bebidas energéticas puede provocar deshidratación al aumentar la diuresis. Una hidratación adecuada es fundamental para el correcto funcionamiento del cerebro, ya que las células cerebrales están formadas principalmente por agua. Por tanto, la deshidratación provocada por las bebidas energéticas puede causar fatiga y falta de concentración.

Según el Dr. Tummala, las bebidas energéticas pueden provocar insomnio a largo plazo debido a la cafeína que contienen. La cafeína favorece la vigilia al aumentar los niveles de histamina y glutamato, neurotransmisores que alteran los ciclos del sueño.

Dejar de consumir bebidas energéticas puede provocar síndrome de abstinencia a la cafeína, que a menudo causa dolores de cabeza, afirma el Dr. Tummala. Al dejar de consumir cafeína, los vasos sanguíneos se ensanchan, provocando un aumento del flujo sanguíneo y dando lugar a un aumento de la presión que desencadena el dolor de cabeza.

4. Ansiedad

Las bebidas energéticas pueden aumentar el nivel de catecolaminas, neurotransmisores que intervienen en la respuesta del organismo al estrés. El pico de estas sustancias químicas aumenta el ritmo cardíaco y el flujo sanguíneo, desencadenando una respuesta de lucha o huida en algunas personas, lo que provoca ansiedad.

5. Convulsiones

Cada vez preocupa más la relación entre las bebidas energéticas y el aumento de las convulsiones. La cafeína de las bebidas energéticas favorece la liberación de glutamato y dopamina, neurotransmisores excitadores, y reduce la capacidad de respuesta al GABA, un neurotransmisor inhibidor del sistema nervioso central, reduciendo así el umbral de las convulsiones, según un reciente artículo de revisión Nutrition. Las convulsiones cesaron cuando los individuos se abstuvieron de consumir bebidas energéticas.

Cómo afectan las bebidas energéticas al resto del organismo

La preocupación por los efectos generales de las bebidas energéticas sobre la salud ha ido en aumento en todo el mundo. Polonia, por ejemplo, acaba de prohibir la venta a menores de 18 años de bebidas energéticas que contengan taurina y cafeína.

1. Diabetes

El alto contenido en azúcar de las bebidas energéticas puede provocar resistencia a la insulina, lo que se traduce en niveles elevados de glucosa en sangre que, con el tiempo, pueden desembocar en prediabetes y diabetes de tipo 2.

Las propiedades adictivas de la cafeína hacen de estas bebidas una preocupación notable para los niños.

«Los niños están recibiendo un subidón repentino de azúcar, sentando las bases para la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2», advirtió el Dr. Tummala.

2. Estrés

La cafeína y otros ingredientes estimulantes de las bebidas energéticas incitan a las glándulas suprarrenales a liberar cantidades excesivas de cortisol, la hormona del estrés. Con el tiempo, esto puede sobrecargar de trabajo a las glándulas suprarrenales, pudiendo provocar agotamiento suprarrenal (pdf), fatiga y alteración de la respuesta al estrés.

3. Problemas cardiacos

El alto contenido en cafeína de las bebidas energéticas se asocia a arritmias cardiacas y muerte súbita cardiaca», afirma el Dr. Tummala. Según un estudio experimental realizado en 2022 con corazones de conejo, la cafeína y la taurina afectan al ritmo y la repolarización cardíacos, facilitando la arritmia. Al menos un informe de un caso humano también ha relacionado el consumo excesivo de bebidas energéticas con la insuficiencia cardíaca aguda.

Alternativas saludables

Tras enfrentarse a los molestos efectos secundarios, Aidan, estudiante de secundaria, acabó optando por bebidas más saludables.

Las alternativas más sanas pueden proporcionar energía y concentración sostenidas sin los riesgos. El agua con gas con un chorrito de zumo de fruta, por ejemplo, es una bebida refrescante, parecida a un refresco, repleta de antioxidantes. Las infusiones de hierbas como el hibisco y el rooibos también contienen antioxidantes y fitoquímicos beneficiosos.

Incluso mejor que una bebida es una actividad física como caminar, que se demostró que reduce el estrés, aumenta los niveles de energía y favorece la salud cerebral.

Vale la pena destacar este tipo de solución para los niños de hoy, que pasan más tiempo sentados frente a pantallas que moviéndose con sus amigos como hacían las generaciones anteriores.

Los expertos en salud subrayan la importancia de la concienciación de los padres sobre las bebidas que eligen los niños. «Uno de los puntos críticos que tengo contra las bebidas energéticas es el método engañoso de comercialización para el consumidor, que puede no saber lo que se le está presentando», dijo el Sr. Eliwa. «Tenemos que prestar atención a los pequeños detalles. Comprobar las etiquetas», añadió. «Tenemos que proteger a nuestros hijos».


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