El Partido Demócrata se está fracturando, con algunos tratando de retener la plataforma más centrista del liberalismo, y con otros empujando al Partido hacia la izquierda dura del socialismo.
Una parte importante de esto son los Socialistas Democráticos de América (DSA), que ganaron una gran influencia dentro del Comité Nacional Demócrata (DNC), según Trevor Loudon, autor, cineasta y columnista de La Gran Época.
“Los DSA han hecho básicamente un gran esfuerzo, trabajando en conjunto con el Partido Comunista de Estados Unidos y la Organización Socialista Camino de la Libertad –ambos pro-chinos por cierto. Están tomando el control del Partido Demócrata desde la base”.
Además señaló que el control de DSA se suma a otras facciones que ganaron influencia sobre el DNC.
En “El Partido de las Sombras”, los autores David Horowitz y Richard Poe explican cómo el financiero multimillonario demócrata George Soros también ganó influencia sobre el Partido Demócrata. Y en “Hacks”, Donna Brazile, expresidenta interina del DNC, explica cómo la familia Clinton compró el control del DNC al rescatarlo financieramente.
“Hay varias facciones compitiendo por el control del Partido Demócrata. A menudo se superponen”, dijo Loudon, señalando que el control de Clinton les dio la capacidad de hacer de Hillary Clinton la candidata elegida en 2016; y la influencia de Soros utilizó dinero para asignar a ciertas personas en distintos cargos.
Con los DSA, dijo, su toma de poder pasó por alto los principales puestos de poder y, en su lugar, se centraron en el enfoque de abajo hacia arriba.
“En todo Estados Unidos y en los 50 estados, los socialistas democráticos de Estados Unidos tienen alrededor de 60.000 miembros y están poniendo a su gente en el Partido Demócrata en los niveles inferiores”, dijo Loudon.
Agregó que desde sus posiciones controladas en los niveles inferiores, los DSA están “usando a esas personas para luego elegir a los comisionados de los condados, representantes estatales, miembros del Congreso, y también para influenciar a los senadores y candidatos presidenciales”.
Como ejemplo, señaló a Tiffany Cabán, quien ganó un escaño como fiscal de distrito en Queens, Nueva York, y que hizo campaña para despenalizar la prostitución, poner fin al procesamiento por delitos de drogas, y terminar con la fianza en efectivo, incluso por delitos violentos.
“Ella venció a un candidato demócrata consolidado con bastante facilidad”, dijo Loudon. “Y ese es solo el último ejemplo de lo que está pasando en todo el país”.
Un partido cambiado
El Partido Demócrata se transformó radicalmente desde sus pasadas posiciones en el liberalismo, y entre los rasgos clave de este cambio están sus políticas para aceptar el socialismo.
Sin embargo, incluso con estos cambios, hay remanentes de los dirigentes del DNC que ven que la plataforma socialista es demasiado radical para ganar elecciones importantes.
Una nueva encuesta interna sobre los votantes indecisos que circuló entre los principales demócratas fue revelada recientemente por Axios, y supuestamente preocupa a los líderes del DNC. Se descubrió que a los votantes indecisos no les gusta el socialismo: el 69 por ciento ve al socialismo de manera desfavorable, y solo un 18 por ciento ve al socialismo de manera favorable.
La encuesta también encontró que los votantes indecisos ahora están identificando al DNC con las novatas de la Cámara de Representantes conocidas como “El Escuadrón” (The Squad), que incluye a las representantes Ilhan Omar por Minnesota y Alexandria Ocasio-Cortez por Nueva York, quienes están presionando fuertemente a favor de las políticas socialistas a las que se oponen los votantes indecisos.
Loudon señaló que los DSA existen hace mucho tiempo. Miembros de DSA estuvieron cerca de Bill Clinton durante su presidencia, y miembros de DSA participaron en el grupo de trabajo de cobertura de salud de Hillary Clinton cuando era secretaria de Estado con Barack Obama.
El gran cambio en el Partido Demócrata, sin embargo, tuvo lugar alrededor de 1994 y 1995. Loudon dijo que hasta ese momento, los sindicatos estadounidenses estaban dirigidos principalmente por moderados, como el difunto Lane Kirkland. Sin embargo, dijo, “un grupo de miembros de DSA, miembros importantes de sindicatos y líderes sindicales organizaron un golpe, y pusieron a sus hombres”.
Uno de los principales cambios fue cuando John Sweeney, expresidente de la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO por sus siglas en inglés), eliminó la cláusula anticomunista de la organización, “y los marxistas inundaron de vuelta los sindicatos”, dijo Loudon.
Ahora, señala, los socialistas tienen un amplio control de los sindicatos en Estados Unidos. “El punto clave aquí es este: si controlas a los sindicatos, controlas al Partido Demócrata”.
“Debido a que se apoderaron de la AFL-CIO, pudieron apoderarse de la dirección del Partido Demócrata y a menudo determinar quién es elegido y qué políticas se adoptan”, dijo Loudon.
Esto fue evidente en los cambios de política tanto de los sindicatos como del DNC. Loudon señaló que “antes de 1994, los sindicatos estadounidenses y el Partido Demócrata se oponían enérgicamente a la inmigración ilegal. Puedes buscarlo. En realidad, los Clinton eran muy contrarios a la inmigración ilegal. Incluso hasta Obama, algunos de sus primeros discursos fueron muy contrarios a la inmigración ilegal”.
“No sé si la gente se olvida de esta historia o qué”, dijo, y añadió: “Si veías C-Span en los años 90, Bill Clinton y Harry Reid sonaban como los tipos del Tea Party. Hablaban constantemente de lo mala que era la inmigración ilegal: le quitaba el trabajo a los trabajadores estadounidenses, era un riesgo para la seguridad nacional, un desastre”.
Sin embargo, después de que los DSA se apoderaron de la AFL-CIO alrededor de 1994 y 1995, los temas de discusión y las políticas cambiaron. “La AFL-CIO cambió su política un 100 por ciento de oponerse a la inmigración ilegal a apoyar la inmigración ilegal”, afirma Loudon.
Entre los puntos impulsores de este cambio en la política, explica, estaba que se consideraba que los demócratas estaban yendo demasiado hacia la izquierda, lo que les estaba causando la pérdida de los votantes demócratas en el Medio Oeste de Estados Unidos, y que necesitaban la inmigración ilegal para encontrar nuevos votantes.
Señaló que en 2009, el activista sindical mexicano-estadounidense Eliseo Medina dejó en claro esta política, al abogar por la amnistía para los inmigrantes ilegales como una de las principales prioridades del movimiento progresista. Esto se basó en la observación de que Obama ganó dos tercios del voto latino en 2008, y que otorgar amnistía a por lo menos once millones de trabajadores indocumentados en Estados Unidos podría añadir ocho millones de votantes para el Partido Demócrata.
“Eliseo Medina era el asesor de inmigración de Barack Obama”, dijo Loudon, y señaló que esto demostró la influencia que los DSA lograron tener en los niveles más altos de la política a través de su control de los sindicatos. “Los DSA revirtieron la política demócrata sobre la inmigración ilegal, así como nos dieron Obamacare y un montón de otras cosas”.
Tal como están las cosas, dijo Loudon, los DSA tienen “una enorme influencia en cada nivel del Congreso del Partido Demócrata, a través del Caucus Progresista del Congreso, hasta varios de los aspirantes presidenciales demócratas de este momento. Y las bases les pertenecen a ellos. Por eso la política del Partido Demócrata es idéntica a la política de los DSA en prácticamente todos los aspectos”, dice Loudon.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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