Cómo manejar las conversaciones difíciles

La conexión es crucial, incluso cuando se trata de dar malas noticias

Por SCOTT MANN
27 de agosto de 2020 9:16 PM Actualizado: 01 de septiembre de 2020 2:03 PM

El otro día, estaba en una llamada con el líder de una empresa de fabricación y comentaba cómo esta pandemia ha puesto un gran freno a su negocio. Uno de sus desafortunados roles como líder de esta compañía es ser el portador de malas noticias y tener difíciles conversaciones sobre despidos con sus empleados. Incluso después de hacer que algunos de esos empleados pudiera regresar, lo evitaban y lo miraban como si fuese la cara de la muerte.

Las conversaciones difíciles son parte de nuestra realidad cuando las restricciones económicas de esta pandemia empiezan a darse a conocer. Por eso, pensar en la conexión humana es crucial. En este nuevo escenario, tenemos que pensar en cómo nos conectamos para ser pertinentes con el otro. La gente va a ser despedida, y como somos seres sociales, emocionales y buscadores de significados, que prosperan en la conexión, nuestra cartera de relaciones es nuestro mayor activo, especialmente en una crisis.

Si eres un líder y realmente valoras a la gente, no hay nada fácil en esto. Incluso si eres bueno en ello, te costará mucho dinero. Entonces, ¿cómo podemos tener estas conversaciones difíciles y, aun así, mantener la relación intacta? Tenemos que desarrollar la mentalidad de dar malas noticias con dignidad y respeto.

Lo primero que hay que hacer, si sabes que se avecina una conversación difícil, es prepararse. Automáticamente, entrará en estado de alerta. Entrará en estado de lucha, huida o congelación, en el que sus ansiedades aumentarán. Prepárese para bajar esa energía, para establecer una temperatura emocional que sea más manejable para la conversación. La preparación previa al encuentro es una gran manera de hacerlo. Toma menos de cinco minutos.

De cinco a diez minutos antes de la conversación, vaya a un lugar tranquilo donde no lo interrumpan, cierre los ojos, haga tres respiraciones profundas y diga lentamente: «Tengo tiempo». Repita este proceso tres veces. Luego pregúntese y respóndase las siguientes preguntas en voz alta: «¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué necesitan de mí?». Finalmente, abra los ojos y haga algún movimiento brusco, como flexiones, saltos o estiramientos.

Cuanto más directo puedas ser, mejor. La gente no espera que sea amable con ellos, pero espera que sea directo con ellos. Eso no significa que herimos sentimientos o que somos fríos, simplemente significa que estamos en el nido. Anidar tus acciones en el contexto de los objetivos generales de la organización es siempre una mentalidad útil y será un gran punto de anclaje en una conversación difícil.

También hay que tener cuidado de no dañar la identidad de la persona. Todos analizamos nuestro valor en ese contexto. Sin quererlo, puede hacer un comentario hiriente sobre el desempeño o la relevancia económica de alguien de forma «innecesaria», en muchos casos, puede ser perjudicial. Debemos tener cuidado con el uso de las palabras en este contexto, porque, como humanos, nos tomamos las cosas muy a pecho.

Hace unos años, entrenando a un oficial del ejército afgano acerca de cómo sus compañeros no estaban llevando bien la seguridad en las patrullas. Él se lo tomó como que dañé su derecho de identidad. Debería haber empezado esa conversación diciendo: «Oye, tus soldados son grandes soldados. Están motivados y trabajan duro. Hay algunas pequeñas áreas en las que necesitan trabajar. ¿Estaría bien si comparto eso con ustedes?¿Ves la diferencia?».

Si va a tener una conversación difícil, es importante que ensaye. En general, no ensayamos lo suficiente para nuestros compromisos de alto riesgo. Tomarse el tiempo para ensayar el encuentro antes de que ocurra es fundamental.

Después de la difícil conversación, tenga un pequeño momento de  recuperación, aunque sea apagando las luces de su oficina y respirando profundamente para volver a un estado corporal de descanso. Dese permiso para recuperarse y metabolizar esa ansiedad fuera de su cuerpo. De lo contrario, comienza a acumularse, especialmente si tiene que mantener muchas conversaciones difíciles.

Estos son algunos consejos que puede poner en práctica de inmediato para mejorar su mentalidad respecto a las conversaciones difíciles. Prepárese, sea directo, anide sus acciones con el objetivo general de la organización, tenga cuidado de no dañar la identidad de la persona, ensaye y recupérese. Espero que le sirva, en estos tiempos difíciles, y recuerde: El miedo es contagioso, pero también lo es el liderazgo.

Scott Mann es un Exboina Verde que se especializó en misiones no convencionales de alto impacto y en la construcción de relaciones. Es el fundador de Rooftop Leadership y aparece con frecuencia en la televisión y en muchos programas de radio sindicados. Para obtener más información, visite RooftopLeadership.com


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