Cómo el New York Times distorsiona el éxito de Shen Yun en su último artículo de ataque

El artículo ataca el éxito de la compañía de artes escénicas desde un enfoque antirreligioso dirigido contra Falun Gong

Por Petr Svab
31 de diciembre de 2024 2:22 PM Actualizado: 31 de diciembre de 2024 2:22 PM

NUEVA YORK— Mientras que la mayoría de las compañías de artes escénicas pasan apuros económicos y dependen de subvenciones públicas o corporativas para funcionar, Shen Yun Performing Arts ya superó todas las adversidades con un modelo de negocio autosuficiente que le ha permitido pasar de ser una sola compañía a ocho, que actualmente realizan giras por todo el mundo.

La compañía fue fundada por practicantes de la disciplina espiritual Falun Gong con la misión de revivir la cultura tradicional china. A través de su arte, Shen Yun también sensibiliza sobre la persecución que sufre Falun Gong en la China comunista.

Sin embargo, este éxito artístico y financiero ha provocado repetidos ataques del New York Times, con al menos nueve artículos dirigidos contra la compañía en menos de cinco meses, varios de ellos esta semana.

En esta ocasión, The New York Times criticó a la empresa por mantener reservas de efectivo. El artículo también intentó explicar el éxito de Shen Yun diciendo que algunos practicantes de Falun Gong han ofrecido voluntariamente tiempo o dinero para acoger y promover espectáculos de Shen Yun.

En sus primeros párrafos, The New York Times llega a sugerir que Shen Yun «puede haber» obtenido dinero ilegalmente, pero luego deja la acusación sin fundamento.

Los periodistas del New York Times también hicieron declaraciones falsas en el artículo y ocultaron a los lectores que ellos fueron informados de las inexactitudes antes de su publicación, según información recbida por The Epoch Times.

«Es cierto que nuestra compañía ha experimentado un éxito notable», dijo Shen Yun en una declaración.

«También es cierto que hemos construido, por nuestra cuenta, la compañía de artes escénicas de más rápido crecimiento en la historia de Estados Unidos».

«Lo que el [New York] Times entiende completamente equivocado es por qué y, en muchos aspectos, cómo lo hemos hecho».

Shen Yun se ha convertido en un gran fenómeno cultural: cada año presenta una nueva producción de danza clásica china que muestra «China antes del comunismo», como reza su eslogan. Sus grupos de danza, cada uno acompañado por una orquesta, actúan ante un público mundial de aproximadamente un millón de personas cada año.

La policía detiene a un practicante de Falun Gong en la plaza de Tiananmen de Beijing el 1 de octubre de 2000. (Chien-min Chung/Foto AP)

Contrarrestar la persecución religiosa

Falun Gong, que consistente en ejercicios de meditación y en las enseñanzas de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, se hizo inmensamente popular en China en la década de 1990. El gobierno chino calculaba que entre 70 y 100 millones de personas se unieron a esta práctica. En 1999, el entonces líder del PCCh, Jiang Zemin, acusó a Falun Gong de competir con la ideología comunista oficial y lanzó una campaña de represión. El régimen acorraló y envió a millones de practicantes a las cárceles y campos de trabajo, a menudo para morir torturados o para extraerles órganos destinados a la entonces floreciente industria china de trasplantes.

Una parte significativa de los practicantes de Falun Gong en China y en todo el mundo han participado activamente en sensibilizar sobre la persecución, a menudo en nombre de familiares encarcelados o víctimas de abusos en China. Prácticamente todo este trabajo se ha llevado a cabo de forma voluntaria.

«Los practicantes de Falun Gong han tratado de organizarse y encontrar formas creativas y no violentas no sólo para ayudar a sus familiares y creyentes en China, sino también para ayudar a los chinos y a todo el mundo a dejar de participar en la persecución y a ver lo que hay detrás de la propaganda dañina y falsa del PCCh», dijo el Centro de Información Falun Dafa (FDIC), una organización sin ánimo de lucro que monitorea la persecución de Falun Gong.

«Esto se deriva de una creencia profundamente arraigada —común en muchas religiones— de que las buenas acciones son recompensadas y las malas —especialmente la persecución violenta y el asesinato de personas inocentes— son castigadas, si no en esta vida, después de la muerte», declaró el grupo en un comunicado de prensa.

A pesar de la enorme magnitud de la persecución en China y de los esfuerzos de la sociedad civil por denunciarla, los medios de comunicación estadounidenses tardaron en ocuparse del asunto, con algunas excepciones, como la serie de artículos sobre el tema publicados por Ian Johnson para The Wall Street Journal, que le valieron el Premio Pulitzer en 2001.

En el New York Times, en lugar de informar sobre una noticia importante de derechos humanos, adoptaron el enfoque contrario, según un análisis de la FDIC publicado a principios de este año. En los primeros años, el periódico repitió una y otra vez la propaganda del PCCh contra Falun Gong. Después, prácticamente ignoró el asunto, a pesar de que cada vez había más pruebas de los abusos.

En los últimos años, el periódico ha pasado a atacar directamente a la diáspora de Falun Gong en Estados Unidos, en particular a Shen Yun.

La FDIC cuestionó el momento en que se publicó la última serie de artículos —que coincide con declaraciones de informantes de que el PCCh lanzó una nueva campaña para «eliminar» a Falun Gong en el extranjero, «incluso a través de artículos de medios de comunicación sin vínculos visibles con el régimen», dijo la FDIC en un comunicado del 29 de diciembre.

«La caracterización que hace el Times de Shen Yun pasa por alto toda la historia real, una historia de sangre, sudor y lágrimas de valientes hombres y mujeres que huyen de la persecución en China», dice la declaración de Shen Yun.

El edificio del New York Times en Nueva York el 5 de febrero de 2024. (Samira Bouaou/The Epoch Times)

Esfuerzos populares

Muchos practicantes de Falun Gong perciben el éxito de Shen Yun como un gran avance para crear conciencia sobre la persecución en curso, declaró Gail Rachlin a The Epoch Times.

Rachlin es una agente inmobiliaria afincada en Nueva York y exejecutiva de American Airlines, FedEx y Hilton. Fue una de las primeras voluntarias de Falun Gong en crear conciencia al público estadounidense.

«Cuando llegó Shen Yun, pensé: ‘Dios mío, es una oportunidad increíble para contar a la gente acerca de quiénes somos’», dijo Rachlin.

Gracias a su experiencia en la organización de eventos corporativos, Rachlin se ofreció inmediatamente a ayudar a presentar el espectáculo en Nueva York.

«Shen Yun es nuestra mejor manera de expresar lo que nos pasa. Es nuestra libertad expresada», afirmó Rachlin.

El espectáculo recibió críticas muy favorables y fue elogiado por su mensaje edificante, su alto nivel artístico y su impecable producción. Cada temporada, Shen Yun incluye una o dos piezas de danza que representan la persecución. Sus maestros de ceremonias también comparten con el público que ésta es la razón por la que Shen Yun no puede actuar en China.

Normalmente, un grupo de practicantes de Falun Gong que vive en una zona invita a Shen Yun, normalmente a través de una organización local sin ánimo de lucro, a actuar en el teatro más importante de su localidad.

Los ingresos de la venta de entradas se utilizan para cubrir los gastos de la organización anfitriona y los honorarios de la actuación contratada pagada a Shen Yun.

En algunos casos, los anfitriones locales promocionan el espectáculo por su cuenta y luego se reembolsan a sí mismos una vez que se vendieron las entradas.

The New York Times utilizó uno de estos casos en Indiana durante la temporada 2017/2018 para afirmar falsamente que los espectáculos no generaron suficiente dinero para que los anfitriones recuperaran sus gastos iniciales y que utilizaron subvenciones del gobierno para hacerlo años después.

Sin embargo, el presidente de la organización anfitriona, la Asociación Falun Dafa de Indiana, informó a los reporteros del New York Times en una declaración enviada por correo electrónico antes de la publicación del artículo, que esto era falso.

«Yo les agradecería mucho que me facilitaran los ‘registros’ que ustedes están utilizando para hacer estas falsas afirmaciones», escribió la asociación, sin recibir respuesta.

De hecho, los espectáculos tuvieron mucho éxito, generaron suficiente dinero para cubrir los gastos de la misma temporada y no hubo subvenciones públicas de por medio, explicó a The Epoch Times, ofreciendo como prueba un extracto bancario de 2018 de la organización sin ánimo de lucro.

Los periodistas del New York Times no incluyeron ninguna parte de su declaración en su artículo.

Ellos afirmaron que los practicantes de Falun Gong ayudan con los espectáculos de Shen Yun porque lo ven con «fervor religioso» y como un medio para salvar a la gente de un «apocalipsis venidero».

Bailarinas de Shen Yun actúan en el escenario durante un espectáculo. (Cortesía de Shen Yun)

The Epoch Times habló con media docena de practicantes de Falun Gong que anteriormente han colaborado en la organización de espectáculos de Shen Yun. Todos en general descartaron la posibilidad de hablar de un apocalipsis.

En cambio, identificaron tres razones para apoyar el espectáculo. Ellos comparten la pasión por la cultura tradicional china y creen que su resurgimiento, tras haber sido diezmada por el PCCh, es una causa digna.

Ellos también consideran que el espectáculo eleva el espíritu del público.

«Aporta esperanza y ayuda a la gente aencontrar el punto más tierno de su corazón, la bondad en su corazón», dijo Audrey Lamb, que lleva cuatro años presentando espectáculos de Shen Yun en San Antonio.

«Beneficia a la sociedad, beneficia a la humanidad, y eso es algo muy significativo, así que estoy orgullosa de poder formar parte de ello».

Por último, ellos consideraron el espectáculo una potente vía para crear conciencia sobre la represión en China.

«Esa es la razón por la que lo apoyamos», dijo Rachlin. «No por algún ‘catastrofismo’».

Retratar a Falun Gong como una creencia catastrofista es un viejo truco propagandístico utilizado por el PCCh en los primeros años de la persecución. Esto ya fue desmentido en repetidas ocasiones.

«Es (…) inquietante ver que algunos de los temas del artículo reflejan, con sorprendente similitud, la propaganda del PCCh contra Shen Yun y Falun Gong», dijo Shen Yun en su declaración.

«Hace veinticinco años, Beijing formuló tales narrativas para despojarnos de nuestras libertades, deshumanizarnos y silenciarnos, y poner a la gente en nuestra contra con el fin de facilitar una campaña nacional de violencia y asesinatos», dijo la compañía.

«La reaparición de estos mismos temas en las páginas del Times debería suscitar una grave preocupación en la organización del Times y, desde luego, entre sus lectores».

Los reporteros del New York Times alegaron además que una empleada de Shen Yun utilizó todos sus ahorros para pagar equipos y algunos artículos de lujo para Shen Yun y su personal y después murió de cáncer, al carecer de fondos para cubrir el tratamiento.

La empresa dijo que la empleada «fue instada por sus colegas de Shen Yun a frenar sus gastos innecesarios y a veces suntuosos» y que su «falta de cuidado por su salud también fue objeto de preocupación por parte de su entorno».

«Tras negarse repetidamente a ser atendida, un miembro del personal de Shen Yun exigió finalmente que la llevaran al hospital y la trasladadaron ellos mismos», dice el comunicado.

«Toda la historia es desgarradora, y sus hijos tienen nuestras mayores condolencias, ya que entendemos el dolor severo que han soportado. Dicho esto, las acciones y decisiones [de la mujer] fueron suyas, por supuesto, y llevadas a cabo a pesar de las repetidas y a veces acaloradas amonestaciones del personal de Shen Yun».

La apertura del telón de Shen Yun Performing Arts en el David H. Koch Theater del Lincoln Center de Nueva York el 11 de enero de 2015. (Larry Dye/The Epoch Times)

Dirigir una organización de artes escénicas sin ánimo de lucro

El New York Times trata de presentar a Shen Yun como una empresa que gana dinero gracias a donaciones, subvenciones y ahorro de costos. Pero un examen de sus finanzas revela un panorama muy diferente: en 2023, menos del 18% de sus ingresos procedieron de subvenciones y contribuciones en 2023.

Según los documentos, su éxito financiero se debe sobre todo a la venta de entradas.

«Como muchas empresas de nueva creación, al principio recurrimos a la heroicidad personal, incluido un equipo de voluntarios que trabajaban sobre todo por las noches y los fines de semana para construir nuestro sueño (…) A medida que fuimos creciendo, aumentamos los salarios y los servicios de nuestro personal», afirmó la empresa.

La compañía describió los costos de funcionamiento como una «responsabilidad considerable dado el enfoque integral que ofrecemos a nuestra gente».

La empresa afirma que ofrece alojamiento y comida gratuitos a muchos de sus empleados.

«También ayudamos a financiar las escuelas Fei Tian que comparten nuestro campus, que ofrecen becas completas a todos los estudiantes, las que incluyen alojamiento y comida y están valoradas en unos 50,000 dólares al año».

A medida que la compañía se expandió y sus espectáculos ganaron popularidad, sus ingresos también aumentaron, hasta alcanzar unos 50 millones de dólares en 2023.

The New York Times cuestionó por qué Shen Yun guarda su dinero en un banco, sin gastarlo ni invertirlo. Pero en el artículo no explicó por qué sería nefasto que la compañía mantuviera reservas de efectivo en su banco. Tampoco alegó que se estuviera haciendo un mal uso de las reservas de efectivo.

«Nosotros queremos garantizar un alto nivel de preparación financiera», afirmó Shen Yun en su declaración.

«De hecho, fuimos capaces de mantener a toda nuestra gente durante la pandemia de COVID-19, incluso sin rendir durante un año y medio y tenemos toda la intención de ser capaces de hacerlo de nuevo si es necesario».

La empresa subrayó que necesita gestionar sus finanzas con una perspectiva a largo plazo.

«La obsesión del [New York] Times por las reservas de efectivo de nuestra compañía parece fuera de lugar, tal vez debido en parte a la ignorancia de lo que realmente supone dirigir una organización como Shen Yun», declaró la compañía.

«A diferencia de la inmensa mayoría de las compañías de artes escénicas del mundo, no tenemos patrocinadores corporativos, ni ayudas públicas periódicas, ni un programa activo de donaciones de nuestros miembros. Sobrevivimos a la antigua usanza: por el valor que nuestro producto aporta a los consumidores».

El artículo acusó a Shen Yun de «saltarse las normas» para obtener una mayor parte de los fondos de ayuda a la pandemia COVID-19 para las dos temporadas en las que los cierres y restricciones impuestos por el gobierno le impidieron actuar.

Shen Yun calificó las acusaciones de «muy engañosas».

Retratar a Shen Yun como una máquina de hacer dinero le pareció irracional a Rachlin.

«Si quieres ganar dinero, hay muchas otras formas de hacerlo», señaló.

En los espectáculos es muy difícil llegar a fin de mes con la venta de entradas. Las compañías solo suelen ganar lo suficiente para cubrir la mitad de sus gastos, según SMU DataArts, una empresa de investigación de la industria del arte.

Shen Yun Performing Arts actúa en San Francisco en enero de 2022. (Minghui)

Shen Yun se lanzó en 2006 enfrentándose a enormes dificultades. No tenía nombre conocido, ni escenario propio, ni apoyo gubernamental, ni donantes corporativos o filantrópicos.

La compañía también adoptó una estrategia de producción extremadamente compleja, con trajes hechos a la medida, un telón de fondo animado y una orquesta en vivo. Además, optó por crear coreografías, vestuarios, telones de fondo y composiciones musicales totalmente nuevos cada temporada. Shen Yun comenzó en Nueva York, una ciudad sobresaturada de puestas en escena de espectáculos.

A Lamb le parecía extraño que The New York Times ensombreciera Shen Yun porque gente como ella se ofreciera como voluntaria.

«Ahora la gente sólo vive por dinero», dijo a The Epoch Times. «Nosotros tenemos nuestro lado espiritual, y perseguimos algo por encima de la vida cotidiana, algo intangible».

The New York Times intentó insinuar repetidamente, sin pruebas, que el fundador de Falun Gong, el Sr. Li Hongzhi, se había beneficiado económicamente de Shen Yun.

El Sr. Li, a quien los practicantes de Falun Gong suelen referirse como Shifu —que significa Maestro— introdujo Falun Gong al público en 1992 a través de una serie de seminarios por toda China. Las principales enseñanzas del Sr. Li se publicaron entonces en un libro, «Zhuan Falun».

El libro se convirtió en un best-seller nacional en China, antes de ser prohibido por el PCCh, que confiscó los libros e incluso llevó a cabo quemas públicas.

El Sr. Li ha dado en ocasiones charlas en conferencias organizadas por practicantes de Falun Gong, principalmente en Norteamérica. Varias recopilaciones de las mismas se han publicado también como libros.

«El Sr. Li no recibe ningún ingreso de las empresas afiliadas a Falun Gong, incluyendo Shen Yun, que es una organización sin fines de lucro», dijo la FDIC en un comunicado del 30 de diciembre.

«Además todos los libros y videos instructivos de Falun Gong están disponibles en línea de forma gratuita en más de 40 idiomas y todas las conferencias de Falun Gong son gratuitas. Está claro que el beneficio económico nunca ha sido su motivación».


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