La noción de un ángel en un hombro y un demonio en el otro que influye en nuestro estado mental es común en la cultura popular. Curiosamente, una nueva investigación indica que este concepto no es del todo ficticio.
Sin embargo, los culpables no son pequeños seres invisibles que susurran en sus oídos, sino billones de organismos microscópicos que habitan en su intestino.
La creciente evidencia revela que los microbios intestinales ejercen una inmensa influencia sobre la función cerebral. Más específicamente, estos son los prebióticos, fibras dietéticas especializadas que nutren las bacterias intestinales beneficiosas, y los probióticos, microorganismos vivos a menudo denominados bacterias «buenas», que residen en el intestino.
Flora intestinal equilibrada clave para una mente sana
Mantener una microbiota intestinal equilibrada es fundamental para una mente sana.
La microbiota intestinal puede considerarse “la clave” para una vida sana y feliz, dijo a The Epoch Times el Dr. Ajeet Kumar, gastroenterólogo y proveedor de telesalud en iCliniq. Una “falta o desequilibrio” podría afectar severamente no solo la salud física sino también el estado mental.
La microbiota intestinal desequilibrada interrumpe el eje intestino-cerebro, lo que afecta la producción de neurotransmisores y la respuesta al estrés, y contribuye a problemas crónicos como ansiedad, depresión y deterioro cognitivo.
También hay evidencia de que ciertas sustancias pueden afectar negativamente a las bacterias intestinales, cambiando nuestra forma de pensar a largo plazo.
Un estudio de cohorte supervisó la salud de 14,542 enfermeras en Estados Unidos durante cuatro años. Encontró que las enfermeras que tomaron antibióticos durante más de dos meses obtuvieron puntajes más bajos en las pruebas cognitivas relacionadas con el aprendizaje, la memoria y la atención que las que no habían usado antibióticos. Aún más notable, la cognición de quienes usaron antibióticos seguía siendo deficiente a los siete años de seguimiento. Los investigadores plantean la hipótesis de que estos deterioros cognitivos pueden deberse a cambios en la microbiota inducidos por antibióticos. Específicamente, los antibióticos parecen reducir la diversidad microbiana y la resiliencia en el intestino, lo que puede afectar la comunicación del eje intestino-cerebro.
Beneficios mentales de una dieta psicobiótica
Los psicobióticos son microorganismos vivos que impactan positivamente en la salud mental cuando se consumen en cantidades adecuadas. La dieta se centra en alimentos ricos en probióticos, como alimentos fermentados, prebióticos y otros nutrientes relacionados con la mejora del estado de ánimo.
Estrés
A medida que se amplía la comprensión científica de la conexión intestino-cerebro, una nueva investigación indica que una dieta «psicobiótica» puede ser un tratamiento prometedor para trastornos del estado de ánimo como la depresión.
Un ensayo reciente aleatorizó a 45 participantes en un grupo de dieta psicobiótica o en un grupo de control. Se animó a los que seguían la dieta psicobiótica a comer más cereales integrales, frutas, verduras, alimentos fermentados y legumbres. También se les aconsejó que limitaran los dulces, la comida rápida y las bebidas azucaradas.
Después de cuatro semanas, el grupo de la dieta psicobiótica mostró una disminución del 32 por ciento en el estrés percibido, superando la reducción del 17 por ciento del grupo de control. Una mejor adherencia a la dieta se asoció con mejoras más significativas.
Los suplementos probióticos que contenían cepas de Bifidobacterium y Lactobacillus redujeron significativamente la angustia psicológica y los marcadores de estrés fisiológico en comparación con el placebo en un ensayo controlado aleatorio de adultos sanos.
Depresión
Los antidepresivos son el tratamiento típico de primera línea para el trastorno depresivo mayor (TDM). Sin embargo, casi el 70 por ciento de los pacientes no logra la remisión después del tratamiento inicial y hasta el 30 por ciento no responde en absoluto. Una nueva investigación indica que los probióticos pueden ayudar a restaurar la salud mental de los pacientes con MDD.
Investigaciones recientes (pdf), aún en preimpresión, revelan diferencias aparentes entre la microbiota intestinal de las personas con trastornos psicológicos y las que no los tienen. La microbiota es un «objetivo plausible para el tratamiento y la prevención de los síntomas depresivos», según los autores del estudio.
La nueva evidencia de un ensayo de ocho semanas que involucró a 50 participantes con MDD encontró que aquellos que usaron suplementos probióticos con 14 cepas de bacterias beneficiosas mostraron síntomas reducidos de depresión y ansiedad después de cuatro semanas.
«Este es el primer ensayo en una población occidental que demuestra la seguridad, la aceptabilidad y el potencial terapéutico de una intervención probiótica fácilmente disponible y escalable en pacientes con MDD», escribieron los autores del estudio, reconociendo que es necesario seguir investigando los probióticos como tratamiento complementario para las personas que luchan contra la depresión.
Procesar emociones
Un estudio aleatorizado y controlado de 2013 encontró que el consumo regular de probióticos podría influir en la actividad cerebral asociada con el control y el procesamiento de las emociones en mujeres sanas.
Los investigadores dividieron a 36 mujeres de entre 18 y 55 años en tres grupos. Un grupo comió yogur con probióticos dos veces al día durante cuatro semanas. Otro comió un producto lácteo como yogur sin probióticos. El tercer grupo no comió ninguno.
Los escáneres cerebrales realizados antes y después del experimento de cuatro semanas mostraron que solo el grupo de probióticos tenía conexiones mejoradas entre la sustancia gris periacueductal, una región del tronco encefálico que modula la respuesta al dolor y las áreas vinculadas a la cognición, la emoción y la sensación.
Qué comer en una dieta psicobiótica
Mantener una microbiota saludable implica múltiples estrategias.
El Dr. Kumar recomienda lo siguiente:
- – Comer alimentos fermentados como yogur, kombucha, miso y chucrut.
- – Comer alimentos prebióticos, incluidos plátanos, avena y espárragos, para promover el crecimiento de bacterias beneficiosas.
- – Lactancia materna durante al menos seis meses para desarrollar su microbiota intestinal.
- – Consumir alimentos ricos en fibra como garbanzos, lentejas y cereales integrales para promover la diversidad en los tipos de bacterias intestinales.
En una nota más sabrosa, los compuestos llamados polifenoles que se encuentran en los alimentos de origen vegetal, como el vino tinto y el chocolate amargo, también pueden nutrir una microbiota saludable. Los polifenoles impactan en la microbiota intestinal al impulsar la proliferación de bacterias beneficiosas.
Una dieta psicobiótica puede beneficiar la salud mental al apoyar la salud de la microbiota intestinal, pero es posible que no trate solo los trastornos mentales graves. Al adoptar un enfoque holístico centrado en las bacterias intestinales, puede notar mejoras en el estado de ánimo, la ansiedad y el bienestar general.
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