Análisis de noticias
Más de 180 misiles iraníes llovieron desde los cielos de Israel el 1 de octubre en el segundo ataque a gran escala del régimen islamista este año.
Los dirigentes israelíes prometieron responder a la histórica escalada con represalias, una medida que podría amenazar con impulsar aún más la serie de conflictos regionales hacia una guerra que podría extenderse por todo el Medio Oriente.
Desde los intensos operativos israelíes contra Hamás y Hezbolá, tras la descarga de misiles iraníes, los debates estratégicos se volcaron hacia el llamado «eje de la resistencia», una confederación de grupos terroristas entrenados y equipados por el ejército iraní.
Este eje ya lanzó cientos de misiles balísticos contra Israel, mató a tropas estadounidenses destacadas en Siria, aterrorizó al norte de Israel con ataques diarios con cohetes y morteros e interrumpió una ruta marítima que mueve un billón de dólares.
Pero, ¿qué es exactamente el eje de la resistencia?
El título fue adoptado por primera vez por los medios de comunicación estatales iraníes en 2004, como herramienta de propaganda para apoyar la violencia insurgente contra las tropas estadounidenses en Irak.
Desde entonces, el título se ha convertido en una especie de sobrenombre oficial, con varios líderes y grupos regionales que se identifican activamente con el término como parte de un esfuerzo por mantener el islamismo de línea dura, el antisemitismo y el antiamericanismo en la corriente principal del Medio Oriente.
El eje incluye ahora a los grupos terroristas Hamás en Gaza, Hezbolá en Líbano y los Hutíes en Yemen, así como a milicias insurgentes en Irak, fuerzas gubernamentales en Siria y el propio Irán.
Las potencias del Eje comparten a menudo armas y financiación mientras trabajan conjuntamente en la destrucción de Israel, de una manera que les ha permitido superar incluso las distinciones entre sunitas y chiitas y el faccionalismo regional.
Dicho esto, el grupo dista mucho de ser una unidad cohesionada, y los grupos individuales actúan a menudo según sus propios planes sin consultarse entre sí.
La mejor prueba de ello fue la aparente falta de previsión de Irán del ataque contra Israel el 7 de octubre de 2023.
Un informe de 2024 del Director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos concluyó que «los líderes iraníes no organizaron ni tenían conocimiento previo del ataque de Hamás contra Israel».
Israel invirtió en defensas considerables y su alianza con Estados Unidos le ha garantizado que está suficientemente equipado para rechazar los continuos ataques de los miembros del eje contra su patria.
Israel también participa en invasiones terrestres tanto en Gaza como en Líbano, y ha llevado a cabo ataques aéreos contra objetivos en Yemen y Siria. Esas operaciones israelíes quedan fuera del alcance de este artículo. Aquí nos centramos únicamente en la dinámica y la historia del Eje.
Irán
Desde su fundación revolucionaria en 1979, la República Islámica de Irán se ha manifestado en contra de Estados Unidos e Israel.
El ayatolá Alí Jamenei, líder supremo no electo de la nación desde 1989, ha tratado de fomentar ese antagonismo mediante el apoyo abierto a la violencia del eje tras el 7 de octubre de 2023. Bajo su mandato, el ministerio de Asuntos Exteriores de Irán describió los atentados del 7 de octubre como parte de la «lucha legítima» contra Israel.
Aunque el régimen no parece haber tenido ningún aviso previo sobre los atentados, lleva años equipando a las otras potencias con misiles, entrenamiento y financiación, actuando como centro de coordinación del terrorismo islamista en toda la región.
De hecho, las autoridades de Teherán están mejor preparadas que la mayoría para mantener el flujo de dinero y armas hacia los grupos proxy del Medio Oriente, debido a los lucrativos acuerdos armamentísticos del régimen con Rusia y al comercio de petróleo con el Partido Comunista Chino (PCCh).
Es más, el régimen se salió de su esquema habitual para apoyar directamente la guerra de Hamás y Hezbolá contra Israel, disparando casi 300 misiles balísticos y drones contra Israel el pasado mes de abril y otros 180 misiles el 1 de octubre.
Aunque Teherán mantiene una fuerza de unos 610,000 militares activos y otros 350,000 en reserva, sigue dependiendo de sus elementos de guerra no convencional y de sus capacidades asimétricas debido a la falta de una fuerza aérea y unidades navales modernas.
Por lo tanto, su programa de aviones no tripulados y misiles ha sido durante mucho tiempo una especie de joya de la corona, y el régimen mantiene misiles de largo alcance capaces de alcanzar Jerusalén y Tel Aviv.
Un informe de la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos describió el arsenal de misiles de Irán como «el mayor y más diverso» del Medio Oriente, compuesto por más de 10,000 misiles.
Entre ese arsenal se encuentra el avión no tripulado Shahed 136, con un alcance de 1600 millas, que el ejército ruso ha utilizado ampliamente en Ucrania desde su invasión a gran escala en 2022.
El Shahab-3 de medio alcance, basado en un diseño norcoreano y con un alcance de unas 800 millas, forma la columna vertebral de la fuerza. Ahora se está ampliando con tecnologías más avanzadas.
Entre esas capacidades avanzadas se encuentra el nuevo Fattah-2, que Irán describió como un arma hipersónica capaz de eludir algunos sistemas de defensa antimisiles.
Aunque las afirmaciones hipersónicas no han sido validadas por el momento, el aparente uso del Fattah-2 por parte de Irán durante el ataque del régimen a Israel el 1 de octubre, demostró un aumento en la eficacia, ya que 32 misiles parecieron haber logrado burlar el sistema de defensa israelí Cúpula de Hierro e impactaron en el suelo dentro y alrededor de una base aérea israelí.
Para ello, Estados Unidos se apresuró a suministrar a Israel un sistema interceptor de misiles THAAD y tropas para operarlo, ya que el sistema de fabricación estadounidense es más adecuado para interceptar misiles de gran altitud que la Cúpula de Hierro, sistema que está diseñado principalmente para proteger contra cohetes de baja altitud.
Hamás
El ala militar de Hamás, las Brigadas al-Qassam, fue la que dirigió el ataque del 7 de octubre de 2023 contra Israel, en el que los terroristas cruzaron la frontera y asesinaron a unos 1200 israelíes, entre ellos casi 800 civiles, y capturaron a unos 250 más.
Fundada en 1987, como rama de los Hermanos Musulmanes, Hamás tomó el control de la Franja de Gaza en 2007, expulsando del poder a su rival, Al Fatah. Desde entonces ha librado numerosas batallas con Israel, incluida una breve pero costosa guerra en 2014.
Durante el atentado terrorista del 7 de octubre, el grupo también oscureció las torres de vigilancia israelíes y disparó unos 5000 cohetes contra Israel el mismo día.
Se calcula que Hamás contaba con entre 20,000 y 25,000 combatientes al comienzo de la guerra, aunque la posterior invasión israelí de Gaza ha mermado considerablemente al grupo. Su líder, Yahya Sinwar, murió a manos de las fuerzas israelíes el 16 de octubre.
Israel afirma que abatió a unos 12,000 miembros de Hamás desde que comenzó el conflicto, pero estas cifras siguen sin verificarse.
Aunque gran parte del equipo militar de Hamás consiste en armas pequeñas y lanzacohetes de hombro, el grupo creó una red muy evolucionada de túneles que se extienden cientos de kilómetros por debajo de la infraestructura civil en toda Gaza.
Sus armas pequeñas son principalmente armas fabricadas por Irán, China, Rusia y Corea del Norte, lo que pone de relieve otro problema clave para Israel y la comunidad internacional: Las continuas relaciones de Hamás con varias potencias mundiales de alto nivel.
Aunque Estados Unidos y muchos de sus aliados consideran al grupo una organización terrorista, esa distinción es decididamente confusa. El ala política de Hamás, por ejemplo, no está designada como grupo terrorista por algunas naciones. Otros, en cambio, reconocen a Hamás como la autoridad política legítima de Gaza. Entre esos países se encuentran China, Rusia, Qatar, Egipto, Arabia Saudí y Turquía.
Hezbolá
Hezbolá comenzó a surgir en Líbano en 1982, y a mediados de la década de los 80 se fusionó en una sola entidad a partir de varios grupos islamistas radicales diferentes.
Con el apoyo de Irán, lleva cuatro décadas cometiendo atentados terroristas contra las fuerzas israelíes y estadounidenses, y en la actualidad actúa como un Estado en la sombra, sin el control del gobierno oficial libanés.
Hezbolá cuenta con el mayor ejército no estatal del mundo. Su entonces líder, Sayyed Hassan Nasralá, abatido recientemente por Israel, afirmó en 2021 que el grupo contaba con 100,000 combatientes. La mayoría de las estimaciones situaron el arsenal del grupo de unos 150,000 cohetes, al inicio del actual conflicto con Israel.
Al igual que Hamás, Hezbolá desarrolló habilidad para combatir desde los túneles y excavaciones, en el campo en el sur de Líbano, donde lanza ataques regulares contra civiles israelíes. Asimismo, al igual que Hamás, Hezbolá libró una breve guerra contra Israel en 2006.
Desde el 8 de octubre de 2023, Hezbolá lanzó a diario descargas de cohetes contra el norte de Israel en apoyo a Hamás, afirmando que no cesará sus operaciones hasta que Israel retire sus tropas de Gaza.
El arsenal de Hezbolá es principalmente de fabricación iraní y entra en Líbano a través de la frontera septentrional con Siria, donde el gobierno autoritario del presidente Bashar al-Assad se ha mostrado encantado de pasar por alto este tipo de operaciones.
Aunque amplio, el arsenal del grupo se compone en su inmensa mayoría de generaciones anteriores de cohetes iraníes de corto alcance y escasa precisión. Sin embargo, a pesar de sus aparentes debilidades, los modelos más antiguos de cohetes iraníes no guiados, como el Fateh-110, han demostrado ser más que capaces de sembrar el terror entre la población civil del norte de Israel.
A partir de septiembre de este año, Hezbolá empezó a desplegar los Fadi-1 y Fadi-2, cohetes de corto alcance con mayor carga útil.
Asimismo, el grupo parece estar desarrollando el uso de pequeños drones como el Hudhud-1, una unidad fabricada en Yemen que solo mide un metro de diámetro. Este avión no tripulado puede realizar tanto operaciones de vigilancia como ataques con munición merodeadora, conocidos como drones kamikaze.
Los Hutíes
Surgidos en Yemen durante la década de 1990, los hutíes saltaron a la fama al denunciar al gobierno local como un peón de Arabia Saudita y Estados Unidos, e involucrarse en el territorio en una brutal guerra civil desde 2014 hasta 2022.
Al igual que Hamás, el grupo adoptó una ideología y un eslogan que propugnan los objetivos de destruir a Israel por completo: «Dios es grande, muerte a Estados Unidos, muerte a Israel, malditos sean los judíos y victoria del Islam».
A partir de noviembre de 2023, los hutíes declararon su apoyo a la guerra contra Israel y participaron en cientos de ataques con cohetes y una serie de secuestros con el objetivo de interrumpir el transporte comercial internacional a través del Mar Rojo, por el que normalmente pasaban mercancías por valor de un billón de dólares al año.
Los hutíes lanzaron su primer ataque con misiles de largo alcance contra Israel en octubre de 2023, y el 14 de septiembre de 2024, misiles hutíes aterrizaron por primera vez en el centro de Israel.
Con unos 20,000 combatientes en Yemen, los hutíes son quizás los más aguerridos y tecnológicamente más avanzados entre los miembros del eje no estatal. Están equipados con miles de misiles de largo alcance y drones fabricados en Irán o basados en diseños iraníes.
Entre el arsenal del grupo se encuentran los drones Samad y Waid-2, con un alcance de 1100 y 1600 millas respectivamente. Los misiles de crucero de la serie Quds, basados en diseños iraníes y con un alcance máximo de más de 1240 millas, han sido fundamentales para el éxito del grupo.
Al igual que Irán, los hutíes afirmaron en septiembre haber apuntado a Israel con un misil hipersónico que penetró con éxito en los sistemas de defensa antiaérea del asediado país.
Las autoridades israelíes afirmaron que el misil parecía supersónico y no hipersónico, ya que no cambió de trayectoria en pleno vuelo, como cabría esperar de un misil hipersónico avanzado. Según las autoridades israelíes, nueve personas resultaron heridas en el ataque.7
Milicias iraquíes y fuerzas gubernamentales sirias
Las milicias activas en Irak, respaldadas por Irán, y las fuerzas gubernamentales de Assad, en Siria, permanecen en gran medida al margen del conflicto actual.
Con la excepción de un ataque en enero en el que murieron tres militares estadounidenses estacionados cerca de la frontera con Siria, los grupos iraquíes no han participado en combates directos, sino que se han centrado en cuestiones locales en medio de la agitación en Irak.
Del mismo modo, Assad se ha centrado en consolidar su poder y en seguir luchando contra los grupos rebeldes prodemocráticos que en 2011 se alzaron contra el gobierno, con el respaldo de Estados Unidos.
A la vez, el gobierno sirio hace caso omiso de las operaciones de contrabando iraníes que trasladan misiles y otras armas de Siria al Líbano, las que han sido un onjetivo de las fuerzas israelíes.
Capacidad defensiva de Israel
Libra por libra, Israel es uno de los países mejor armados del mundo, además de contar con el respaldo financiero y militar directo de Estados Unidos y otros aliados.
Además de un arsenal de misiles balísticos y de crucero de largo alcance y de aviones, Israel cuenta con docenas de aviones furtivos de última generación F-35, capaces de volar sin ser detectados a territorios hostiles a miles de kilómetros de distancia para lanzar ataques de precisión.
Israel también se cobija bajo uno de los sistemas de defensa antimisiles multicapa más avanzados del mundo, construido con la ayuda de Estados Unidos.
La primera capa, Cúpula de Hierro, está diseñada para derribar proyectiles de corto alcance, como los cohetes de Hamás, hasta 45 millas. Israel dice que tiene una tasa de éxito de más del 90%.
La segunda capa, la Honda de David, dispara interceptores, por valor de un millón de dólares cada uno, hasta 185 millas, y se ha utilizado principalmente para derribar cohetes de Hezbolá disparados desde el sur del Líbano y dirigidos a Jerusalén o Tel Aviv.
El sistema Arrow es la tercera capa. Diseñado para interceptar misiles balísticos de largo alcance, como los que Irán disparó contra Israel el 1 de octubre, tiene un alcance de 1490 millas. También se ha utilizado para derribar misiles de los rebeldes hutíes en Yemen.
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