Las principales organizaciones de miembros de la prensa están pidiendo investigaciones penales contra las personas que amenazaron o atacaron a periodistas durante las protestas en el Capitolio de EE. UU.
Los presidentes del Club Nacional de Prensa y del Instituto de Periodismo del Club Nacional de Prensa dijeron en un comunicado el lunes por la noche que varios reporteros que estaban adentro del edificio del Capitolio o cubriendo los eventos en sus instalaciones el miércoles pasado fueron «amenazados verbalmente, atacados físicamente o fueron dañados sus equipos».
Muchos de esos periodistas cubrían la sesión conjunta del Congreso en ese momento, donde los legisladores contaban los votos electorales. Esos periodistas se vieron obligados a esconderse o huir por su seguridad, según el comunicado, cuando los alborotadores y algunos manifestantes irrumpieron en el edificio del Capitolio. También se escribieron amenazas violentas en la puerta del edificio del Capitolio, agregaron.
“Los periodistas son testigos y rara vez en la historia de nuestro país el trabajo de los periodistas ha sido más importante que el 6 de enero de 2021, al documentar la insurrección letal que casi derroca a nuestro gobierno”, dijeron el presidente del Club Nacional de Prensa, Michael Freedman, y la presidenta del Instituto de Periodismo del Club Nacional de Prensa, Angela Greiling Keane, en un comunicado.
“Son importantes los cronistas de la democracia. La libertad de prensa es un principio clave de la democracia estadounidense y las democracias en todo el mundo. La capacidad de los periodistas para hacer su trabajo y operar sin obstáculos por amenazas y violencia está protegida por la Primera Enmienda de la Constitución de EE. UU. Cualquier intento de interferir con ese derecho debe ser investigado y los infractores deben ser procesados”.
Los disturbios civiles y los actos de violencia en el Capitolio de EE. UU. empañaron las protestas pacíficas del 6 de enero. Un grupo de agitadores y algunos manifestantes que ondeaban banderas estadounidenses y de Trump irrumpieron ilegalmente en el edificio del Capitolio mientras los legisladores contaban los votos electorales en una sesión conjunta del Congreso. Los enfrentamientos en la zona ese día dejaron cinco muertos y decenas de policías heridos.
Michael Sherwin, el fiscal de EE. UU. interino para el Distrito de Columbia anunció el 7 de enero que 55 personas habían sido arrestadas y acusadas en Washington, y las cortes federales en relación con la violencia que interrumpió a los legisladores y al vicepresidente Mike Pence mientras debatían si contar o no los votos electorales para Arizona. Desde entonces, decenas más han sido acusados en cortes estatales y federales.
El jefe interino de la Policía del Capitolio de Estados Unidos (USCP), Yogananda Pittman, anunció el lunes por la noche que varios agentes de la Policía del Capitolio fueron suspendidos luego de una revisión de video y otros materiales de fuente abierta sobre la irrupción al Capitolio del miércoles pasado.
El representante Tim Ryan (D-Ohio), que preside el Subcomité de Asignaciones del Poder Legislativo, dijo a los periodistas el lunes que el USCP está tomando medidas enérgicas contra todas las personas involucradas «que potencialmente facilitaron, en un nivel grande o pequeño de alguna manera”, en el ataque a los terrenos del Capitolio. Las investigaciones de la USCP están en curso aún.
Los medios corporativos, legisladores, exfuncionarios y otros críticos culpan al presidente Donald Trump por el incidente del miércoles, y algunos piden su proceso de destitución. Ese mismo día, el presidente se dirigió a una multitud en Washington D.C., donde reiteró sus acusaciones sobre irregularidades electorales y fraude, y su insatisfacción con los medios y varios legisladores. A las 12:16 p.m., alentó a los manifestantes a “hacer oír sus voces de manera pacífica y patriótica” en la protesta planeada frente al Capitolio.
Mientras miles de manifestantes se trasladaron a su manifestación al Capitolio de EE. UU., se reportaron pequeños focos de violencia durante los enfrentamientos entre la policía y los medios de comunicación, mientras que la gran mayoría de los manifestantes se mantuvo en paz. A las 2:15 p.m., un pequeño subgrupo comenzó a hacer disturbios, rompiendo ventanas en un intento de ingresar al edificio del Capitolio mientras que otros manifestantes intentaban detenerlos. Poco después, a las 2:38 p.m., Trump comenzó a postear en Twitter, instando a los manifestantes a «mantenerse en paz». Continuó sus peticiones por la paz y respeto por las fuerzas del orden durante toda la tarde, hasta que ya no pudo hacerlo luego de que Twitter restringiera y suspendiera su cuenta.
Los alborotadores terminaron irrumpiendo el edificio del Capitolio, y otros manifestantes los siguieron adentro. Desde entonces, Trump ha condenado el «atroz ataque» por parte de los intrusos en el Capitolio, diciendo que «los manifestantes que se infiltraron en el Capitolio han profanado la sede de la democracia estadounidense».
“Para aquellos que participaron en actos de violencia y destrucción, ustedes no representan a nuestro país. Y para aquellos que violaron la ley, ustedes pagarán”, dijo.
Los eventos ocurridos el 6 de enero, han desencadenado un esfuerzo por parte de las grandes empresas de tecnología para aumentar su vigilancia del contenido que, según ellas afirman, podría provocar un daño potencial fuera de línea. Gran parte de sus acciones de ejecución se han dirigido contra el presidente Donald Trump, sus partidarios, los conservadores y los seguidores de QAnon.
Twitter eliminó permanentemente la cuenta de Trump de su plataforma y justificó su censura diciendo que el presidente había violado su «Política de glorificación de la violencia».
Mientras tanto, Facebook, Apple, Google y Amazon se encuentran entre las empresas que han tomado medidas para suspender sus servicios para ciertos usuarios, citando violaciones a las políticas de la empresa.
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