Un juez federal condenó el martes a prisión a dos exagentes del orden de Mississippi por torturar y abusar de dos hombres negros el año pasado, según el Departamento de Justicia (DOJ).
Hunter Elward, un exagente de la Oficina del Sheriff del Condado de Rankin (RCSO), de 31 años, recibió una sentencia de 20 años de cárcel, y Jeffrey Middleton, un exteniente de la RCSO de 46 años, fue sentenciado a 17 años y medio de prisión.
El Departamento de Justicia dijo en un comunicado de prensa que otros cuatro exagentes del orden—Brett McAlpin, Christian Dedmon, Daniel Opdyke y Joshua Hartfield— serán sentenciados esta semana.
Los seis acusados se declararon culpables en agosto pasado de múltiples delitos graves, incluida conspiración contra los derechos civiles, privación de derechos bajo apariencia de la ley, disparo de arma de fuego durante un delito violento, conspiración para obstruir la justicia y obstrucción de la justicia.
El fiscal general Merrick Garland denunció a los acusados por «su atroz ataque a ciudadanos que habían jurado proteger».
«El Departamento de Justicia responsabilizará a los funcionarios que violen los derechos constitucionales y, al hacerlo, traicionen la confianza del pueblo», afirmó Garland.
Los exagentes de la ley, todos ellos blancos, se referían a sí mismos como “el Escuadrón Goon” debido a su disposición a utilizar fuerza excesiva de forma clandestina, según documentos judiciales presentados en el caso.
Las dos víctimas, Michael Corey Jenkins y Eddie Terrell Parker, fueron agredidos mientras permanecían retenidos y esposados durante una terrible experiencia de dos horas que comenzó cuando los seis agentes invadieron la casa en la que se alojaban.
Los acusados irrumpieron en la casa en Braxton, Mississippi, sin previo aviso ni orden de registro el 24 de enero, luego de que la oficina del sheriff recibió un reporte de un vecino blanco de que habían visto «comportamiento sospechoso» por parte de los hombres negros que vivían allí.
Arrestaron al Sr. Jenkins y al Sr. Parker sin causa probable, les insultaron por motivos raciales, les propinaron puñetazos, patadas y 17 descargas eléctricas, les obligaron a ingerir líquidos y les agredieron.
Uno de los agentes también introdujo una pistola en la boca del Sr. Jenkins en un «simulacro de ejecución» que salió mal cuando apretó el gatillo, según mostraron los registros judiciales. La mandíbula del Sr. Jenkins quedó destrozada por el disparo.
En lugar de prestar asistencia médica al Sr. Jenkins, que se encontraba sangrando en el suelo, los agentes se reunieron fuera de la vivienda para idear una falsa historia encubierta y tomaron medidas para corroborarla.
Presuntamente dejaron un arma en el lugar, destruyeron videos de vigilancia, intentaron quemar la ropa de las víctimas y presentaron pruebas fraudulentas de drogas al laboratorio criminalístico. Los acusados también dieron declaraciones falsas a los investigadores.
Las víctimas presentaron una demanda federal de derechos civiles por valor de USD 400 millones contra el condado de Rankin en junio pasado.
«Los acusados en este caso torturaron e infligieron daños indescriptibles a sus víctimas, violaron flagrantemente los derechos civiles de los ciudadanos a quienes se suponía debían proteger y traicionaron vergonzosamente el juramento que hicieron como agentes del orden», dijo el Sr. Garland.
Mientras tanto, el fiscal general del estado de Mississippi, Lynn Fitch, se comprometió a hacer justicia a las víctimas y dijo que su oficina no tolerará tales abusos de poder.
«Este brutal ataque causó más que daño físico a estas dos víctimas individuales: cortó esa confianza vital con la gente», afirmó Fitch.
Reuters contribuyó a este artículo.
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