El 23 de enero, un jurado condenó a cuatro miembros de los Oath Keepers por conspiración sediciosa en la irrupción del Capitolio de EE. UU. el 6 de enero de 2021.
Joseph Hackett, de Sarasota, Florida; Roberto Minuta, de Prosper, Texas; David Moerschel, de Punta Gorda, Florida; y Edward Vallejo, de Phoenix, fueron declarados culpables de conspiración sediciosa y otros delitos relacionados con la irrupción.
La conspiración sediciosa se define en la legislación federal como la conspiración de dos o más personas para «derrocar o destruir por la fuerza al gobierno de Estados Unidos, o declararle la guerra, u oponerse por la fuerza a su autoridad, o impedir, obstaculizar o retrasar por la fuerza la ejecución de cualquier ley de Estados Unidos, o apoderarse, tomar o poseer por la fuerza cualquier propiedad de Estados Unidos en contra de su autoridad».
El cargo conlleva hasta 20 años de prisión.
Los Oath Keepers son un grupo formado principalmente por miembros de las fuerzas policiales y del ejército retirados y activos.
Las condenas se producen unos dos meses después de que Stewart Rhodes, fundador del grupo, fuera declarado culpable, junto con el coacusado Kelly Meggs, de conspiración sediciosa relacionada con el 6 de enero. Tres personas juzgadas con ellos fueron absueltas del cargo. Otros cuatro acusados, entre ellos tres Oath Keepers, se han declarado culpables de conspiración sediciosa.
Hackett, Minuta, Moerschel y Vallejo, también fueron declarados culpables de otros dos cargos de conspiración, así como de obstrucción de un procedimiento oficial: La certificación de las elecciones de 2020 por el Congreso. Minuta, Hackett y Moerschel fueron absueltos de cargos menores.
El juez no fijó inmediatamente una fecha para la sentencia. El juez denegó la petición de los fiscales de encerrar a los hombres mientras esperan la sentencia, al considerar que no existía riesgo de fuga. Se ordenó que permanecieran en arresto domiciliario con vigilancia electrónica.
Los fiscales habían afirmado que los Oath Keepers conspiraron para obstruir e impedir la certificación de los votos electorales planeando interrumpir la sesión del Congreso, utilizando mensajes y las redes sociales para animar a la gente a viajar a Washington, y finalmente yendo a Washington y entrando en el Capitolio tras «atacar las barricadas exteriores, a la Policía del Capitolio y a otros agentes de la ley».
«Nuestra democracia estaba siendo atacada, pero para los acusados era todo aquello para lo que se habían entrenado y un momento para celebrar», dijo el fiscal Louis Manzo a los miembros del jurado en su alegato final.
Los abogados defensores dijeron que los mensajes que intercambiaron sus clientes eran fanfarronadas y que los Oath Keepers viajaron a Washington para proporcionar seguridad en eventos. Señalaron la falta de pruebas de que los Oath Keepers tuvieran un plan explícito para irrumpir en el Capitolio antes del 6 de enero y dijeron a los jurados que quienes irrumpieron en el Capitolio actuaron espontáneamente.
Los fiscales «omitieron pruebas y escogieron lo que querían», dijo William Lee Shipley, abogado de Minuta.
Los fiscales argumentaron que, si bien no hay pruebas que expliquen específicamente un plan para atacar el Capitolio, los Oath Keepers vieron el motín como un medio para un fin y entraron en acción en una oportunidad aparente para ayudar a mantener a Trump en el poder.
Comunicaciones de Hackett y otros planearon la obstrucción y Hackett y Moerschel eran parte de la llamada formación de pila que los Oath Keepers utilizaron para hacerse camino hacia el Capitolio y entrar en el edificio después de que un grupo rompió un conjunto de puertas allí, según documentos judiciales.
Se dice que Minuta entró más tarde por la fuerza en el edificio con otra «pila» a través de las mismas puertas, armado con espray para osos y con equipo táctico.
Vallejo no entró en el Capitolio, pero se coordinó con otros miembros, según los fiscales.
La fiscalía estadounidense ha perseguido enérgicamente a las personas implicadas en la irrupción, y hasta el 6 de enero había casi 1000 acusados de delitos. Aproximadamente 50 han sido acusados de conspiración sediciosa u otro tipo de conspiración, como conspiración para obstruir un procedimiento del Congreso.
La irrupción interrumpió una sesión conjunta del Congreso convocada para certificar los votos electorales de las elecciones presidenciales de 2020, provocando la evacuación de los miembros, así como del entonces vicepresidente Mike Pence.
Con información de The Associated Press.
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