Un ciudadano afgano que ayudó a las tropas estadounidenses en su país de origen ha sido condenado por abusar de una niña de 3 años en un campamento de refugiados del Cuerpo de Marines en Virginia.
Mohammed Tariq, de 24 años, fue condenado por un jurado federal por cargos de contacto sexual abusivo, según anunció esta semana el Departamento de Justicia.
El 22 de septiembre, alrededor de las 21:10 horas, cuatro marines vieron a Tariq tocando sexualmente a la niña, según los documentos judiciales.
La niña intentó apartar a Tariq, pero éste la agarró del brazo y la obligó a quedarse donde estaba, lo que hizo que los marines intervinieran y detuvieran a Tariq.
El incidente tuvo lugar en Camp Upshur, en la Base del Cuerpo de Marines en Quántico.
La niña y Tariq no son parientes, según las autoridades, aunque tanto él como la niña, junto con su familia, fueron evacuados recientemente de Afganistán y llevados a Estados Unidos.
Las tropas estadounidenses y sus aliados evacuaron a más de 100,000 afganos antes de retirarse de Afganistán el año pasado.
Tariq se enfrenta a una pena de cadena perpetua. Será sentenciado el 26 de abril.
Los defensores públicos que representan al acusado no respondieron a una solicitud de comentarios.
Los abogados dijeron en una presentación anterior que su cliente «no comprende el inglés» y no puede «leer ni escribir en ningún idioma».
Pidieron a un juez que suprimiera las declaraciones hechas por Tariq porque, según alegaron, no tenía intención de renunciar a sus derechos Miranda, o derecho a permanecer en silencio.
«Si se dieron las advertencias Miranda, el Sr. Tariq no renunció a esos derechos de forma consciente e inteligente. Sin experiencia previa ni base para entender [sic] el sistema de justicia penal estadounidense, el Sr. Tariq no pudo renunciar consciente e inteligentemente a sus derechos Miranda, que le fueron traducidos por un intérprete de pastún», dijeron.
El gobierno se opuso a la moción, afirmando que el acusado fue informado de sus derechos y que, a través de un traductor, dijo en respuesta a las preguntas básicas de identificación que abusar de los niños pequeños «era parte de su cultura y que no había nada malo».
El tribunal denegó la moción de supresión y Tariq fue finalmente condenado.
«Este caso es un indicio del compromiso de las fuerzas policiales para garantizar la seguridad de los miembros inmigrantes y refugiados de nuestra comunidad», dijo en un comunicado Jessica Aber, la fiscal del Distrito Este de Virginia.
«Las personas que vienen a nuestro país buscando refugio de la tiranía y el terrorismo merecen vivir aquí con seguridad. Quiero dar las gracias a los marines y al FBI por su compromiso con la defensa de ese ideal. Es la resistencia y la valentía de la víctima y su familia al denunciar a este delincuente lo que es verdaderamente emblemático de las contribuciones que los refugiados e inmigrantes hacen a nuestro país”, agregó.
El caso fue investigado por el Grupo de Trabajo sobre Explotación Infantil y Trata de Personas del FBI y presentado en el marco del Proyecto Infancia Segura, un esfuerzo nacional para combatir la explotación sexual y el abuso de menores.
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