Víctor Alfonso Soto Aguilar y José Ramón Geraldo Romero fueron sentenciados en una corte federal a 71 y 60 meses en prisión, respectivamente, por un intento de contrabando humano de 14 ciudadanos mexicanos en una embarcación, que resultó en la muerte por ahogamiento de un pasajero de 43 años, informó el Departamento de Justicia de EE.UU. (DOJ).
La institución indicó en un comunicado que, de acuerdo con los registros judiciales, el 19 de mayo de 2021 Soto Aguilar y Geraldo Romero acordaron contrabandear a un grupo de ilegales en una embarcación desde Ensenada (México) a las costas de La Jolla, California, una distancia de unas 100 millas (160 kilómetros).
La tentativa tuvo problemas desde un principio. Debido a un problema con el motor, la pequeña embarcación (que iba significativamente sobrecargada) se quedó sin potencia en mar abierto. El grupo se vio obligado a pasar la noche en la lancha, sin alimentos ni agua suficientes.
Soto Aguilar y Geraldo Romero dejaron entonces a los pasajeros en una isla mientras reparaban la panga, tras lo cual los recogieron en la isla y continuaron su travesía hacia La Jolla.
En las primeras horas del 20 de mayo, la embarcación se acercó a las costas de La Jolla y, cuando estaba a unos ocho metros de la orilla, Soto Aguilar y Geraldo Romero -sin saber si los migrantes sabían nadar- les ordenaron a los pasajeros quitarse los chalecos salvavidas y saltar al agua, asegurándoles que las aguas eran poco profundas.
Doce pasajeros hicieron lo que les dijeron. Inmediatamente se vieron en apuros al tratar de mantenerse a flote y comenzaron a pedir auxilio desesperadamente. Los dos pasajeros que permanecieron en la panga arrojaron chalecos salvavidas a sus compañeros.
Soto Aguilar y Geraldo Romero vieron un cuerpo sin vida en el agua. Después de recuperar el cuerpo se alejaron a bordo de la embarcación del grupo que estaba en el agua en dirección a otra playa a unos 800 metros de distancia. Al llegar dejaron la panga y huyeron, pero fueron arrestados cerca de allí.
Mientras agentes de la ley aseguraban la escena, un ciudadano vio a un individuo flotando en el agua cerca de la panga. Los oficiales que lo sacaron del agua se percataron de que el individuo estaba inconsciente.
Un agente de la Patrulla Fronteriza le practicó resucitación cardiopulmonar pero el migrante fue declarado muerto en la escena. El fallecido fue más tarde identificado como Rogelio Pérez Gutiérrez, un ciudadano mexicano de 43 años.
En el sitio original de desembarco, elementos de la Patrulla Fronteriza, la Guardia Costera y los Salvavidas de San Diego detectaron a quienes estaban en dificultades en el agua. Los Salvavidas rescataron en total a 10 personas, de acuerdo con el comunicado.
En entrevistas posteriores, los pasajeros dijeron haber pagado entre 12,000 y 15,000 dólares para ser traídos a Estados Unidos. Asimismo, declararon que temieron por sus vidas durante la travesía por el océano.
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