Un expolicía de Nueva York que compartió celda con Jeffrey Epstein en el momento de la muerte del famoso traficante sexual ha sido declarado culpable de asesinar a cuatro hombres y enterrarlos en su patio.
Nicholas Tartaglione, un policía retirado de 55 años que se volvió traficante de drogas, se enfrenta a cadena perpetua después de que el jueves un jurado lo declarara culpable de la muerte por estrangulamiento de un hombre y de los asesinatos tipo ejecución de otros tres.
Mientras esperaba su juicio, Tartaglione atrajo la atención de los medios de comunicación tras ser identificado como compañero de celda de Epstein en el Centro Correccional Metropolitano del bajo Manhattan. Un financiero bien conectado acusado de operar una red de tráfico sexual que involucraba a docenas de niñas, Epstein fue encontrado muerto en la mañana del 10 de agosto de 2019, apenas unos días después de que los funcionarios de la prisión lo retiraran de la vigilancia por suicidio.
Bruce Barket, el abogado de Tartaglione, afirmó entonces que su cliente y Epstein se llevaban bien y que ambos se quejaban de las condiciones de vida allí. Después de compartir celda con Epstein durante algún tiempo, Tartaglione fue trasladado fuera y nunca volvió, ni siquiera cuando Epstein fue puesto en vigilancia y luego retirado de la lista.
En el caso por el que fue condenado, los fiscales afirmaron que Tartaglione planeó los asesinatos tras sospechar que una de las víctimas, Martin Luna, le había robado más de 200,000 dólares.
Sin tener ni idea de lo que Tartaglione había planeado, Martin se presentó el 11 de abril de 2016 a una reunión en un bar del condado de Orange, Nueva York, acompañado de sus dos sobrinos —Miguel Luna y Urbano Santiago— así como de un amigo de la familia, Hector Gutierrez. En lo que los fiscales describieron como «puro terror», Tartaglione torturó a Martin y lo estranguló hasta la muerte con una brida mientras uno de sus sobrinos observaba.
Según los fiscales, Tartaglione y dos de sus socios llevaron a continuación a los sobrinos y al amigo de Martin a un «lugar boscoso remoto», los obligaron a arrodillarse y los mataron disparándoles en la nuca. A continuación, Tartaglione enterró los cadáveres de sus víctimas en una fosa excavada en un rancho que alquiló en Otisville, a unas 70 millas al norte de Manhattan, sólo para que fueran recuperados por la policía unos ocho meses después.
«Elogiamos a los fiscales e investigadores por su incansable búsqueda de la justicia en este caso durante los últimos siete años, y por garantizar que Nicholas Tartaglione se enfrente a cadena perpetua en una prisión federal por el asesinato despiadado de cuatro hombres», dijo el fiscal federal del distrito sur de Nueva York, Damian Williams.
«Sobre todo, damos las gracias a las familias de las víctimas por confiar en las fuerzas policiales para encontrar a sus seres queridos y velar por que se hiciera justicia».
Tres socios de Tartaglione han testificado contra él en su juicio por asesinato, según Associated Press. Un cuarto socio, que también era exoficial de policía, se había suicidado.
Por su parte, Bruce Barket declaró que su cliente está «profundamente decepcionado con el veredicto» y tiene intención de presentar una apelación solicitando a un tribunal superior que anule el veredicto de culpabilidad dictado contra él.
«El señor Tartaglione no dejará de luchar hasta que consiga su libertad», dijo en un comunicado. «Esto no terminó aquí, sólo pasa a la siguiente fase, los tribunales de apelación».
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