Klaus Pflugbeil, canadiense residente en China, fue condenado el 16 de diciembre a 24 meses de prisión por vender secretos comerciales robados a una empresa estadounidense.
Pflugbeil fue acusado en marzo y se declaró culpable ante una corte federal de Nueva York en junio.
Él y su cómplice Yilong Shao, que permanece en libertad, trabajaron para un fabricante canadiense que vendía equipos de precisión a empresas de baterías. Esa empresa fue adquirida en 2019 por un importante fabricante estadounidense de vehículos eléctricos alimentados por baterías y sistemas de energía de baterías, al que Pflugbeil y Shao robaron.
La empresa estadounidense fue identificada como Tesla. Pflugbeil trabajó previamente con el fabricante canadiense Hibar System Ltd. en Canadá y China de 1995 a 2009 y posteriormente Hibar fue adquirida por Tesla.
Según las comunicaciones entre Pflugbeil y Shao a las que hacen referencia los documentos judiciales, Pflugbeil detalló los documentos y dibujos originales de tecnología patentada que robó a Tesla. En o alrededor de julio de 2020, Pflugbeil se unió a la compañía de Shao, que fabricaba y vendía el mismo equipo que su empleador original fabricaba y vendía.
«El acusado construyó un negocio en China para vender tecnología sensible que pertenece a una empresa estadounidense», dijo el fiscal federal Breon Peace para el distrito este de Nueva York. «Sus acciones fueron audaces —incluso anunciaba que vendía productos de la víctima— porque pensaba, erróneamente, que estaba fuera del alcance de los fiscales estadounidenses».
Pflugbeil publicitó estos productos en YouTube, a través de LinkedIn y mediante Google, donde los anuncios se mostraban decenas de miles de veces por semana. En los mensajes publicitarios directos, Pflugbeil afirmaba falsamente que sus productos no infringían patentes, derechos de autor u otra propiedad intelectual. Según el Departamento de Justicia (DOJ), Pflugbeil ganó más de 1.3 millones de dólares con los secretos comerciales robados.
Funcionarios del DOJ afirmaron que el caso afectaba la seguridad nacional, en referencia a la práctica del régimen comunista chino de eliminar a sus competidores en sectores de importancia estratégica.
El departamento declaró que esto posee el potencial de ayudar a «los fabricantes de automóviles chinos a inundar el mercado estadounidense y mundial». Ese dominio del mercado también «presenta un riesgo potencial para la seguridad nacional».
En septiembre, la administración Biden propuso prohibir el software y hardware de vehículos chinos por motivos de seguridad nacional, señalando que todos los automóviles nuevos son vehículos «conectados», que poseen la capacidad de capturar y transmitir grandes cantidades de datos sensibles.
«Al robar secretos comerciales de un fabricante estadounidense de vehículos eléctricos para utilizarlos en su propia empresa con sede en China, las acciones de Pflugbeil beneficiaron a la República Popular China en una industria crítica con implicaciones para la seguridad nacional», declaró el Fiscal General Adjunto para la Seguridad Nacional, Matthew G. Olsen.
«El Departamento de Justicia movilizará todos los recursos disponibles para impedir que nuestros adversarios avancen en sus ambiciones globales a costa de la seguridad nacional de Estados Unidos».
La detención de Pflugbeil se produjo luego que agentes encubiertos se pusieran en contacto con Shao en septiembre de 2023 en una feria comercial y posteriormente se conectaran con Pflugbeil a través del correo electrónico. Pflugbeil envió por correo electrónico a los agentes un documento de 66 páginas con detalles técnicos que contenían los secretos comerciales robados.
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