La última misión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a Wuhan que buscaba rastrear los orígenes de la pandemia de COVID-19 vuelve a los titulares. Pero no por las razones correctas.
El propósito aparente de la búsqueda estuvo contaminado desde el principio, como lo reveló un artículo del 17 de marzo de 2021 en The Wall Street Journal. El artículo mostraba que el Partido Comunista Chino (PCCh) se aseguró los derechos de veto sobre a quién se le permitiría viajar a Wuhan para llevar a cabo la supuesta investigación.
Con el pleno poder del PCCh para elegir quién debería estar en el equipo, Peter Daszak fue el único estadounidense invitado a formar parte de la investigación de la OMS. Daszak es el presidente de EcoHealth Alliance, una organización sin fines de lucro financiada por el gobierno, que, supuestamente, se dedica a la investigación para prevenir pandemias.
No parece una coincidencia que Daszak haya sido elegido para este esfuerzo. De hecho, dadas sus probables motivaciones, puede haber sido la mejor esperanza del PCCh para encubrir los orígenes del virus.
Para entender por qué, debemos retroceder y observar la estrecha afiliación de Daszak con el Instituto de Virología de Wuhan (WIV), que se remonta a, al menos, el 2013, cuando fue coautor de un estudio sobre el coronavirus de murciélagos con el director del laboratorio, Shi Zhengli.
Daszak fue coautor de otros artículos con Shi en 2017 y 2018.
Pero no es solo la colaboración de Daszak con Shi lo que plantea preguntas, sino también en qué estaban colaborando. La investigación de 2013 logró con éxito que virus mortales se acoplaran a los receptores de células humanas.
Los virus habían sido aislados de murciélagos procedentes de la provincia de Yunnan, ubicada en China, pero a más de 1000 millas de Wuhan. No está claro si los virus fueron extraídos y devueltos a Wuhan o si los propios murciélagos fueron devueltos a Wuhan.
Imágenes registradas de noticias en la cadena estatal china, CCTV, en abril de 2018, sugieren que los murciélagos pueden haber sido llevados al laboratorio.
El propio Daszak se opuso a esa sugerencia en un tuit de noviembre de 2020. Por razones desconocidas, Daszak posteriormente eliminó su tuit. Cuando se le preguntó sobre la eliminación, Daszak, en lugar de proporcionar una explicación, bloqueó en Twitter a quien lo había cuestionado.
El trabajo realizado por Shi y Daszak no fue ningún secreto. El hecho de que aislaran un virus mortal de un murciélago fue celebrado en los círculos de investigación:
“Recientemente, el equipo dirigido por el Dr. Zhengli Shi, del Instituto de Virología de Wuhan, perteneciente a la Academia China de Ciencias, y por el Dr. Peter Daszak, de Ecohealth Alliance, identificó SL-CoV en murciélagos de herradura chinos que eran 95 por ciento idénticos al SARS-CoV humano y eran capaz de utilizar el receptor de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2) humana para el acoplamiento y la entrada a la celula. Sorprendentemente, aislaron el primer SL-CoV, de un murciélago vivo, que se replica en células humanas y afines», afirma un resumen de un artículo titulado “Los murciélagos como reservorios animales del coronavirus del SARS: hipótesis probada después de 10 años de búsqueda de virus”.
Pero no todo el mundo estaba emocionado por lo que estaban haciendo Daszak y Shi. En 2015, Shi había creado «un virus quimérico que expresa el pico del coronavirus de murciélago SHC014 en una columna vertebral del SARS-CoV adaptada a ratones». En términos sencillos, había generado artificialmente una versión híbrida de un coronavirus de murciélago en su laboratorio. Esta investigación se produjo a raíz del estudio de 2013 que Shi había realizado con Daszak, en el que el virus había sido aislado por primera vez en un laboratorio. Eso llevó a Nature, la revista semanal internacional de ciencia, a publicar un artículo de 2015 titulado «Virus artificial de murciélago genera un debate sobre investigaciones arriesgadas».
El tipo de experimentos que estaban realizando Daszak y Shi se denominan investigaciones de ganancia de función, un término que se refiere a la investigación que tiene como objetivo aumentar la virulencia y la letalidad de los virus, algo que plantea aún más preguntas ahora, dado lo que sucedió con la actual pandemia.
Daszak es citado en el artículo de Nature de 2015 como defensor de este tipo de experimentos porque ayudarían a identificar un «virus de un candidato a patógeno emergente que se pudiera convertir en un peligro claro y presente». Pero otros no estuvieron de acuerdo. Según el profesor de la Universidad de Rutgers, Richard Ebright, citado en el mismo artículo, «el único impacto de este trabajo es la creación, en un laboratorio, de un nuevo riesgo no natural».
Esencialmente, la cuestión puede reducirse a esto: ¿Merece la pena aislar virus de la naturaleza y experimentar con ellos en el laboratorio para ir un paso por delante en caso de que el virus pueda seguir un día el mismo camino de forma natural o el riesgo de que algo salga mal es demasiado alto?
No fueron solo los científicos que escribieron en Nature los que encontraron que el riesgo era demasiado alto. La administración Obama también determinó que estos experimentos de ganancia de función eran demasiado riesgosos y los suspendió en Estados Unidos en 2014.
Si bien la investigación en sí misma estaba causando gran preocupación, también lo era la forma en que se llevaban a cabo los experimentos en el Instituto de Virología de Wuhan. En enero de 2018, la embajada de Estados Unidos en Beijing envió personal de sus secciones de medio ambiente, ciencia y salud al instituto para investigar informes de bioseguridad inadecuada. Curiosamente, el cable diplomático enviado por la embajada a Washington, que fue obtenido por The Washington Post, decía: “Durante las interacciones con los científicos en el laboratorio de WIV, notaron que el nuevo laboratorio tiene una grave escasez de técnicos e investigadores debidamente capacitados, necesarios para operar con seguridad este laboratorio de alta contención».
El propio Daszak advirtió, en un artículo que escribió en 2015 con más científicos y que fue publicado en Nature, sobre el riesgo de brechas en el laboratorio que permitieran la salida de virus. En ese momento, dijo: “Entre todas las interfaces y huéspedes de alto riesgo, solo los virus transmitidos a humanos por contacto con animales salvajes en comercios de vida silvestre y en laboratorios, como [varios virus], tenían más probabilidades de tener un alcance geográfico más amplio».
El colaborador de Daszak, Shi, director de WIV, también publicó un artículo en 2010 que describe cómo una fuga de laboratorio en la provincia de Yunnan había provocado un brote de hantavirus.
Pero ese no fue el final. Después de que la administración Obama prohibiera los experimentos de ganancia de función, Daszak hizo un subcontrato con el Instituto de Virología de Wuhan para continuar con las investigaciones.
El proyecto que Daszak subcontrató a WIV, titulado «Comprensión del riesgo de aparición del coronavirus de murciélago», fue financiado por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas del Dr. Anthony Fauci (NIAID). No está claro cuánto de los USD 3.7 millones en subvenciones del gobierno de EE.UU., que Fauci le dio a Daszak, finalmente terminaron en el WIV, pero el resultado de la investigación del proyecto de Daszak incluye muchos artículos que involucran experimentos con murciélagos en el WIV.
Daszak publicitó sus hazañas, incluso tuiteando en noviembre de 2019 que «hemos hecho grandes progresos con los CoVs relacionados con el SARS de los murciélagos… identificando los que se unen a las células humanas, usando virus recombinantes/ratones humanizados».
En una entrevista de diciembre de 2019 con el canal de YouTube MicrobeTV, Daszak se jactó de que podía «manipular [los coronavirus] en el laboratorio con bastante facilidad». También explicó cómo los coronavirus podían «entrar en las células humanas en el laboratorio» y que había comenzado experimentos con quimeras (organismos híbridos compuestos de material genético de más de un organismo) combinando coronavirus con otros virus.
Poco después de su entrevista en diciembre de 2019, las noticias de un brote de coronavirus de murciélagos en Wuhan comenzaron a filtrarse. A pesar de su conocimiento de los experimentos de coronavirus anteriores a 2020, en el Instituto de Virología de Wuhan, Daszak se convirtió en una fuerza impulsora para enfocar la atención de la comunidad científica y de los medios de comunicación hacía orígenes naturales.
En una declaración publicada en la revista médica The Lancet, el 18 de febrero de 2020, Daszak y otros afirmaron que los científicos habían «concluido abrumadoramente que este coronavirus se originó en la vida silvestre, al igual que muchos otros patógenos emergentes».
En retrospectiva, la última parte de esta oración parece particularmente artificial. Al igual que la siguiente parte de su declaración: «Las teorías de la conspiración no hacen más que crear miedo, rumores y prejuicios que ponen en peligro nuestra colaboración global en la lucha contra este virus».
Como han revelado posteriores solicitudes de libertad de información, Daszak no solo redactó esta declaración, sino que persuadió a otros científicos para que la firmaran y trató de «evitar que pareciera una declaración política».
Daszak quería además publicarla de forma que no se vinculara a sus colaboraciones para maximizar la idea de que provenía de «una voz independiente».
The Lancet no reveló que cuatro de los firmantes de la declaración trabajaban para Daszak en EcoHealth Alliance. En lugar de retirar la declaración, o al menos agregar una nota de conflicto de intereses, The Lancet anunció el 23 de noviembre de 2020 que había nombrado a Daszak como jefe de su propio grupo de trabajo para encontrar los orígenes del virus. La mitad de su grupo de trabajo está compuesto por firmantes de la declaración de febrero de 2020.
También en febrero de 2020, Daszak publicó un artículo en el New York Times en el que criticaba preventivamente las «campañas de desinformación y los teóricos de la conspiración» del virus y, al mismo tiempo, pronunciaba que «las pandemias generalmente comienzan como virus en animales que saltan a las personas cuando hacemos contacto con ellos”. También afirmó que “sabemos más o menos dónde se originan y qué es lo que las provoca”, en un momento en que no sabíamos casi nada sobre los orígenes de este virus.
El insulto final se produjo cuando Daszak fue nombrado miembro del equipo de la OMS, equipo que se suponía debía descubrir el origen del virus. Incluso antes de partir hacia China, Daszak ya había determinado que la teoría de la fuga de laboratorio era una «teoría de la conspiración» y dijo que era «pura tontería».
Desde su regreso de China, Daszak ha estado presionando aún más para desviar la teoría de las fugas de laboratorio. Recientemente le dijo a NPR que su «equipo encontró nueva evidencia de que estas granjas estaban abasteciendo a los proveedores en el mercado mayorista de mariscos de Huanan, en Wuhan, donde ocurrió un brote temprano de COVID-19».
NPR no rechazó esta falsedad, cuando incluso la OMS admitió después de su viaje a Wuhan que «todas las muestras relacionadas con los productos animales o con animales eran todas negativas».
En una transmisión en vivo del 10 de marzo, organizada por Chatham House, se le preguntó a Daszak por qué el Instituto de Virología de Wuhan había eliminado una base de datos de más de 16,000 secuencias de virus y por qué la OMS no había exigido ver las secuencias. Respondió por sus colaboradores en el Instituto de Virología de Wuhan afirmando que no había nada relevante en la base de datos.
Es imposible pensar en una persona que pudiera estar menos calificada para investigar los orígenes del virus que Peter Daszak. Daszak trabajó directamente con el Instituto de Virología de Wuhan en la investigación arriesgada del virus de los murciélagos. Daszak se jactó de haber creado virus de murciélago manipulados genéticamente. Daszak publicó artículos con el Instituto de Virología de Wuhan. Daszak proporcionó fondos para el Instituto de Virología de Wuhan. Daszak parece ser un amigo del director del instituto, y escribió en un tuit el 7 de noviembre de 2020, «esperando ese momento especial cuando tocamos el baiju y el karaoke con Zhengli & Linfa». Daszak descartó una fuga de laboratorio inmediatamente antes de que se conocieran los hechos.
¿Cómo puede alguien, por fuera del PCCh, pensar que es buena idea poner a Daszak a cargo de investigar los orígenes del virus? El viejo dicho de poner al zorro a cargo del gallinero puede aplicarse muy bien a lo ocurrido. Mientras Peter Daszak se esté investigando a sí mismo, nunca descubriremos qué sucedió realmente en el Instituto de Virología de Wuhan.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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