WASHINGTON—La Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley para reducir la influencia china en las universidades estadounidenses en el segundo día de la “Semana de China”, una semana que el liderazgo republicano de la Cámara designó para impulsar un paquete legislativo relacionado con China.
El 9 de septiembre, la Cámara aprobó 15 proyectos de ley destinados a mantener el liderazgo técnico de Estados Unidos y frenar la influencia maligna de China.
El proyecto de ley presentado por August Pfluger (R-Texas) impide que las escuelas que se asocien con los Institutos Confucio (IC), un programa de influencia china bajo la apariencia de enseñanza de idiomas, o que reciban financiación de China, obtengan subvenciones del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
La versión del proyecto de ley en el Senado se encuentra actualmente en el comité competente.
Las universidades que acogen Institutos Confucio ya tienen prohibido recibir financiación del Departamento de Defensa, y Pfluger dijo en la Cámara que el DHS debería seguir su ejemplo.
“O se da un paso en apoyo de la fortaleza de Estados Unidos y se hace frente al PCCh [Partido Comunista Chino], identificando con razón que quieren socavarnos en todos y cada uno de los ámbitos: militar, informativo, diplomático y económico, o se está del lado de la seguridad de otro”, afirmó Pfluger.
Los Institutos Confucio están financiados por el PCCh, que elige y paga los libros de texto y selecciona y paga a los ciudadanos chinos que vienen a Estados Unidos para enseñar lengua, cultura e historia chinas.
Un informe de 2018 de la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad Estados Unidos-China dijo que los institutos tenían “vínculos formales y de larga data” con el Departamento de Trabajo del Frente Unido del PCCh, una agencia responsable de coordinar sus operaciones de influencia.
Un informe de 2022 reveló que, aunque los institutos sufrieron un cierre masivo en Estados Unidos en 2020 y 2021 después de que el Departamento de Estado designara al Centro del Instituto Confucio en Estados Unidos (CIUS) como misión china en el extranjero, una parte significativa de ellos cambió su nombre bajo programas similares.
El representante Bennie Thompson (D-Miss.) y el representante Seth Magaziner (D-Ill.) hablaron en contra del proyecto de ley, diciendo que el lenguaje era demasiado amplio para prohibir todos los tipos de financiación del DHS, incluyendo la ayuda por desastres, para todas las universidades estadounidenses que reciben dinero de China.
En un comunicado emitido el 10 de septiembre, la Casa Blanca apoyó el espíritu del proyecto de ley, pero cuestionó el enfoque.
“La administración aprecia los esfuerzos del Congreso para garantizar que la financiación del DHS se ponga a disposición únicamente de socios que promuevan los intereses de Estados Unidos, la seguridad nacional y las normas democráticas”.
“Sin embargo, puede haber formas más apropiadas de evitar que la financiación del DHS se dirija a instituciones académicas vulnerables a la creciente influencia monetaria de la RPC”.
El proyecto de ley se aprobó por la tarde con una votación de 249-161, en la que la mayoría de los representantes votaron según las líneas partidistas. Treinta y seis demócratas votaron a favor.
La versión modificada redujo la definición de entidades chinas preocupantes a aquellas que ayudan a la persecución a los musulmanes uigures, trabajan contra las relaciones entre Estados Unidos y Taiwán o participan en el Programa de los Mil Talentos, una iniciativa china para atraer talentos con tecnología militar crítica.
Sólo el hecho de recibir financiación de estas entidades chinas preocupantes descalificará a una institución de enseñanza superior estadounidense para recibir financiación del DHS.
La versión enmendada también requiere que el Secretario de Seguridad Nacional informe al Congreso sobre cualquier universidad entre los beneficiarios de subvenciones del DHS que trabaje con un Instituto Confucio o una entidad china de interés.
Tras la aprobación de su proyecto de ley, Pfluger escribió en una declaración enviada por correo electrónico a The Epoch Times que el PCCh está utilizando los Institutos Confucio para “infiltrarse en los campus universitarios estadounidenses y dedicarse al espionaje, robar propiedad intelectual, intimidar a los disidentes chinos, promover la propaganda comunista y canalizar información sensible de vuelta al Ejército Popular de Liberación”.
“Este proyecto de ley protege a los estudiantes y a las universidades al tiempo que garantiza que los dólares estadounidenses bloquean la influencia maligna extranjera”, afirmó.
El proyecto de ley se aprobó poco después de que una destacada universidad estadounidense cortara lazos con el PCCh.
El 6 de septiembre, Georgia Tech anunció que no continuaría con su Instituto de Shenzhen (GTSI) en Shenzhen, ciudad del sur de China fronteriza con Hong Kong. Georgia Tech llegó a un acuerdo con la Universidad de Tianjin, una universidad pública de investigación de China, en 2016 para establecer el GTSI.
La universidad citó su “amplio papel en la seguridad nacional” y el hecho de que el Departamento de Comercio ha incluido a la Universidad de Tianjin en la lista negra desde diciembre de 2020 como razones para desconectar el instituto en China.
Los estudiantes actuales aún pueden graduarse a través del programa.
Hace varios meses, el representante John Moolenaar (R-Mich.), presidente de la comisión sobre China de la Cámara de Representantes, inició una investigación sobre la asociación de Georgia Tech con la Universidad de Tianjin.
Moolenaar celebró la decisión de Georgia Tech.
“Agradezco el compromiso productivo de Georgia Tech con la investigación del comité y espero seguir trabajando con Georgia Tech a medida que procedan con la rescisión”.
El congresista también hizo un llamado a otras universidades con vínculos similares para que consideren el impacto potencial sobre ellas.
“Tengo la esperanza de que otras instituciones estadounidenses de enseñanza superior que tienen acuerdos similares con instituciones chinas presten mucha atención a este asunto y reflexionen igualmente sobre el impacto que sus actividades en China están teniendo en la seguridad nacional de Estados Unidos a largo plazo”.
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