El gobernador de Connecticut ordenó a la Guardia Nacional reemplazar a los empleados estatales quienes serán puestos en licencia sin goce de sueldo a partir de la próxima semana debido a su incumplimiento de la orden de vacunación contra COVID-19.
El gobernador demócrata Ned Lamont, anunció el miércoles que ordenó a las agencias estatales de la rama ejecutiva que se preparen para colocar a sus empleados en licencia sin goce de sueldo entre el 5 y el 11 de octubre si no proporcionan comprobación de la aplicación de la vacuna COVID-19 o no cumplen con requisitos de la prueba semanal, según un comunicado.
Lamont instruyó al general de división Francis Evon de la Guardia Nacional de Connecticut que se preparara para el despliegue de la Guardia Nacional en caso de que las agencias estatales que «brindan servicios críticos de salud y seguridad» se quedaran sin personal. Si se despliegan, los miembros calificados de la Guardia Nacional de Connecticut complementarían las operaciones de esas agencias estatales con poco personal hasta que se contrate a los empleados de reemplazo o hasta que los empleados con licencia sin goce de sueldo cumplan con la orden de la vacunación.
Hasta el jueves, el 63 % de los aproximadamente 32,000 empleados estatales se han vacunado completamente, el 12 % se está sometiendo a un régimen de prueba semanal y el 12 % se encuentra en estatus de incumplimiento, según el comunicado.
Lamont pidió a los empleados estatales que cumplan con la orden por “respeto [a] sus compañeros de trabajo y a la población”, y que lideren con el ejemplo.
“A la mayoría de los empleados estatales les hemos brindado la opción de hacerse la prueba semanalmente en lugar de vacunarse, brindando más flexibilidad que nuestros estados vecinos”, dijo Lamont en el comunicado. “También hemos proporcionado a nuestros empleados un período de gracia de cumplimiento. No hay ninguna razón por la que no deban cumplir todos nuestros empleados. Sigo contando con los empleados estatales para dar el ejemplo y respetar a sus compañeros de trabajo y a la población cumpliendo con esta orden ejecutiva, que es la ley”.
La orden de vacunación contra COVID-19, que se promulgó en Connecticut a mediados de agosto, requiere que todos los empleados estatales y el personal de todos los centros de cuidado infantil y de escuelas de educación básica en todo el estado reciban al menos una dosis de la vacuna antes del 27 de septiembre.
La orden ejecutiva del gobernador (pdf) permitía exenciones médicas y religiosas de la vacunación que se otorgarían «individualmente, caso por caso». Los empleados exentos deben someterse a pruebas semanales obligatorias contra el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), que causa la enfermedad de COVID-19.
Sin embargo, los empleados de hospitales estatales y de cuidados paliativos no tienen la opción de estar exentos y someterse a pruebas en lugar de vacunarse.
La fecha límite original para que los trabajadores cumplieran con la orden se extendió una semana más hasta el 4 de octubre.
El mayor David Pytlik de la Guardia Nacional de Connecticut dijo a News 8 WTNH: «En este momento, no se nos ha pedido que apoyemos a alguna función en particular, pero continuaremos monitoreando y preparándonos según sea necesario».
La Guardia Nacional tiene diferentes tipos de unidades y sus miembros tienen diferentes tipos de conjuntos de habilidades.
Por lo general, la Guardia Nacional de Connecticut se enfoca en «proteger la vida, las extremidades, la vista y los bienes», pero durante la pandemia del virus del PCCh se reforzó para respaldar tareas críticas como la inspección de instalaciones de enfermería especializada, la distribución de alimentos y la entrega de equipos de protección personal, según el comunicado.
“Los últimos dos años nos han enseñado a ser flexibles y que pueden ser convocados a apoyar al estado de nuevas formas”, dijo la Guardia Nacional en su comunicado.
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