La tasa de mortalidad materna en Estados Unidos se ha más que duplicado en dos décadas, según un nuevo estudio publicado el 3 de julio en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA).
Las muertes maternas son las que se producen durante el embarazo o hasta un año después.
El estudio encontró un estimado de 1210 muertes maternas en 2019, en comparación con 505 en 1999. La mayoría de las muertes ocurrieron entre mujeres negras, mientras que los mayores aumentos en las muertes se encontraron en madres indígenas americanas y nativas de Alaska.
«La mortalidad materna es una crisis en Estados Unidos. Estas tasas han ido en aumento durante las últimas décadas y se vieron exacerbadas por la pandemia», afirmó la Dra. Allison Bryant, autora del estudio y directora médica principal de equidad sanitaria del Mass General Brigham.
Los investigadores analizaron las muertes maternas entre 1999 y 2019 –pero no el pico pandémico– por cada estado y cinco grupos raciales y étnicos.
Durante años, Estados Unidos ha tenido una de las tasas de mortalidad materna más altas de cualquier país del mundo industrializado. Además, las muertes maternas en Estados Unidos han aumentado de forma constante, mientras que en otros países de ingresos altos, como Australia, Japón y los Países Bajos, han disminuido.
La Dra. Elizabeth Cherot, directora médica y sanitaria de la organización sin ánimo de lucro March of Dimes, explicó a NPR que estos otros países ricos, con tasas de mortalidad materna más bajas, abordan el problema de forma diferente.
«Envuelven los servicios en torno a las madres recientes. Les dan [apoyo para] todo: salud mental, cardiovascular, diabetes, salud pélvica. Estas cosas se consideran estándar», pero no se ofrecen universalmente a las personas después del parto en Estados Unidos.
La Dra. Karen Joynt Maddox, investigadora de servicios y políticas sanitarias de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en St. Louis, que no participó en el estudio, señaló que, en comparación con otros países ricos, Estados Unidos no invierte lo suficiente en servicios sociales, atención primaria y salud mental.
Muchas muertes relacionadas con el embarazo pueden evitarse si las madres reciben atención durante y después de la gestación. Las enfermedades mentales, las hemorragias, las afecciones cardiacas, las infecciones y las embolias trombóticas representan la mayoría de las muertes relacionadas con el embarazo.
«La mayoría de las muertes que revisamos y otros lugares han revisado … eran prevenibles», dijo el Dr. William Greenfield, director médico de salud familiar en el Departamento de Salud de Arkansas.
El 30 por ciento de las muertes relacionadas con el embarazo ocurrieron entre 43 y 365 días después del parto, según los Comités de Revisión de Mortalidad Materna (MMRC) en 36 estados (2017 a 2019).
Alrededor del 23 por ciento de las muertes relacionadas con el embarazo ocurrieron entre siete y 42 días después del parto, mientras que el 12 por ciento tuvieron lugar entre uno y seis días. Otro 13 por ciento de las muertes ocurrieron el día del parto. El 21 por ciento restante se produjo durante el embarazo.
En los últimos años, los legisladores republicanos y demócratas han reconocido la elevada tasa de mortalidad materna entre las mujeres, lo que ha llevado a más estados a aprobar medidas legislativas para ampliar la cobertura posparto de Medicaid de 60 días a 12 meses.
«El año que sigue al parto es muy vulnerable para la embarazada», explica a KFF Health News Annie Glover, investigadora científica del Instituto Rural para Familias Inclusivas de la Universidad de Montana.
Más de 4 de cada 10 nacimientos en Estados Unidos están cubiertos por Medicaid, según los CDC (pdf).
Medicaid proporciona cobertura sanitaria a más de 86 millones de adultos, niños, mujeres embarazadas, ancianos y personas con discapacidad con bajos ingresos. El plan está administrado por los estados y financiado por éstos y el gobierno federal.
Con información de Jana Pruet y The Associated Press.
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