WASHINGTON-A medida que el número de unidades familiares de Centroamérica disminuye, debido a las nuevas políticas que entran en vigor en la frontera entre Estados Unidos y México, las organizaciones de contrabando buscan nuevos negocios en otros lugares.
«Vieron que estábamos haciendo progresos para detener el flujo de inmigración ilegal de los países del Triángulo del Norte—realmente sacando miles de millones de dólares de sus bolsillos—y cambiaron de opinión», dijo Mark Morgan, comisionado en funciones de Aduanas y Protección de la Frontera (CBP), durante un evento con el Centro de Estudios de Inmigración el 20 de diciembre.
Dijo que los cárteles y las organizaciones de contrabando están cambiando hacia el apoyo de la migración de países más lejanos, así como de los ciudadanos mexicanos.
«Me refiero a indios, africanos, haitianos… la lista sigue y sigue y sigue», dijo Morgan.
Muchos africanos vuelan a Sudamérica, antes de abrirse camino hacia el norte a través de Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y finalmente México.
Sector Del Río
Del Río, Texas, es un punto de entrada popular para los africanos y haitianos que cruzan ilegalmente hacia Estados Unidos.
Durante la primera semana de diciembre, los agentes en Del Río detuvieron a 56 inmigrantes ilegales de países africanos que incluyen Angola, República Democrática del Congo, Congo, Guinea y Sierra Leona.
Por contexto, solo ocho angoleños y 11 congoleños cruzaron toda la frontera sur a lo largo de los 12 años que van de 2007 a 2018, según los datos de aprehensión del CBP.
Solo en los dos primeros meses del año fiscal 2020, que comenzó el 1 de octubre, los agentes de Del Rio han atrapado a unos 300 inmigrantes ilegales de 11 países de África, lo que representa alrededor de nueve por ciento del total. También han arrestado a casi 500 ciudadanos haitianos, más que el número de extranjeros de Guatemala o El Salvador.
Casi el 70 por ciento de los individuos que han cruzado a Del Río en lo que va del año fiscal son de unos 38 países además de México.
«Creo que hay alguna ONG, tal vez un mensajes por redes sociales, que están sucediendo al sur de aquí y que dirigen parte de este tráfico hacia nosotros», dijo el jefe del sector de Del Río, Raúl Ortiz, en una entrevista anterior.
Señaló que algunos grupos trataron inicialmente de cruzar la frontera más al sur, cerca de Laredo, pero que probablemente fueron redirigidos por los cárteles.
«Y luego, por supuesto, una vez que la gente entra aquí, no toma mucho tiempo para que tomen el teléfono y llamen a la gente que conocen—que están en Brasil, Ecuador y algunos de esos otros países—para decir, ‘Oye, acabamos de cruzar por el sector de Del Río; fue un proceso relativamente fácil'», comentó Ortiz.
Morgan dijo que las cifras que provienen de países distintos a México y América Central son «bastante manejables», pero «tenemos que salir adelante».
Los Protocolos de Protección al Migrante, también conocidos como «Permanecer en México», es un acuerdo entre Estados Unidos y México que permite enviar a los inmigrantes ilegales de vuelta a México para esperar los procedimientos del tribunal de inmigración.
Hasta el momento, México solo acepta a los extranjeros de habla hispana, pero Morgan dijo que se están llevando a cabo conversaciones con el fin de ampliar el programa para incluir otros idiomas.
«Confiamos en que aceptarán eso», dijo. Más conversaciones con los países del Triángulo del Norte—El Salvador, Guatemala y Honduras—están abriendo la posibilidad de que esos países acepten también a solicitantes de asilo de otros países.
Escapes
Aparte de los arrestados por la Patrulla Fronteriza, muchos otros evaden la detención y entran sin ser detectados en Estados Unidos.
Morgan estima que por lo menos 150,000 personas de este tipo entraron a hurtadillas a Estados Unidos a lo largo de las 2000 millas (3218 km) de la frontera sur en el año fiscal 2019.
«Creo que eso es conservador. Creo que es más alto», dijo.
El método para llegar a la cifra de 150,000 no es muy científico ni complicado, señaló.
«Les daré un ejemplo: Un agente de la Patrulla Fronteriza puede ir a un área donde no hay un sistema de paredes, no hay tecnología, y ven huellas en el suelo al otro lado de la frontera, y pueden contar físicamente las huellas, o ven huellas de neumáticos».
El agente entonces registrará esos números como «escapes».
Morgan dijo que la mayoría de las familias y los niños no acompañados que cruzan la frontera ilegalmente buscarán a la Patrulla Fronteriza y se entregarán.
Sin embargo, los que se escapan son «los que corren. ¿Por qué huyen? Esos no son los buenos», dijo.
«No todas las personas que intentan entrar ilegalmente a este país son buenas personas (…) Hemos atrapado a pedófilos, violadores, asesinos».
«Mucha gente dirá: ‘Bueno, esos números son pequeños’. Bueno, ¿cuántos son aceptables? ¿Cuántos violadores, asesinos y pedófilos son aceptables? ¿Cuántos pandilleros? ¿Cuántos miembros de la MS-13 son aceptables para que permitamos entrar a este país?
«Desde mi perspectiva… la respuesta es fácil. Es cero».
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