Los extranjeros que llegaron a Buenos Aires desde países de riesgo, como los europeos y Estados Unidos, reciben estos días visitas de la Policía para ver si cumplen la cuarentena por coronavirus de Wuhan, mientras que ya hay casos de argentinos denunciados por saltarse la cuarentena obligatoria al regresar al país.
La Policía de la capital argentina inició durante el fin de semana una serie de controles diarios en los principales hoteles porteños de cuatro y cinco estrellas para ver si los turistas cumplen la norma gubernamental de cumplir aislamiento obligatorio en caso que vengan de uno de los considerados como países de riesgo.
En un comunicado, las fuerzas de seguridad recordaron que el incumplimiento de la cuarentena conlleva penas de prisión de seis meses a dos años.
Denuncias entre familiares
Cerca de 270 turistas extranjeros han optado por abandonar el país a consejo de la Dirección Nacional de Migraciones, en vez de cumplir la cuarentena en su hotel.
Mientras, el país afronta también otro tipo de violación de las normas: la de los argentinos que regresan de las decretadas como zonas de riesgo y pretenden salir a la calle.
Durante el fin de semana, causó revuelo en el país el caso de un hombre que debía estar en cuarentena y que golpeó en repetidas ocasiones al vigilante de seguridad del edificio en el que se encontraba confinado, que trataba de impedirle salir.
La Policía de la ciudad de Buenos Aires informó este lunes de otra situación particular, la de un padre que denunció a su propia hija, una joven de 25 años que había regresado de Estados Unidos.
Ahora, la joven está en su casa con un efectivo policial en la puerta del domicilio para vigilarla de manera constante.
El padre denunció a su hija después de que ella apareciese en la carnicería familiar, que ha tenido que ser clausurada y sus empleados puestos en cuarentena preventiva.
Bares multados
Por otro lado, los agentes policiales detuvieron a una encargada en un bar en un barrio concurrido de la capital por negarse a cerrar un bar lleno de gente que, además, había convertido en discoteca, en la madrugada del domingo al lunes.
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, anunció este domingo que su Gobierno ha decidido cerrar las fronteras del país y suspender las clases durante 15 días para evitar la propagación del coronavirus.
Argentina sumó este domingo once nuevos casos de covid-19, por lo que el total ascendió a 56 infectados, dos de los cuales murieron.
«Lo que tenemos que lograr es minimizar la circulación del virus. Son todos casos importados y tenemos que lograr que tarde lo más posible en convertirse en un virus autóctono», subrayó el presidente, quien aseguró que su objetivo ahora es «ganar tiempo».
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