Imágenes satelitales tomadas el jueves parecen mostrar que el gran convoy militar ruso que había estado avanzando lentamente hacia la capital ucraniana de Kiev se dispersó desplegándose en lugares cercanos.
El convoy, que se extendía hasta 40 millas, fue visto por última vez al noroeste de Kiev, cerca del aeropuerto de Antonov.
El 7 de marzo, el secretario de prensa de Estados Unidos, John Kirby, dijo que el convoy seguía estancado, pero señaló que el Pentágono no tiene una «visibilidad perfecta».
Las imágenes por satélite de la empresa estadounidense Maxar Technologies muestran que la línea de vehículos, tanques y artillería se dividió y se redistribuyó, mientras que las unidades blindadas se desplazaron para tomar posiciones en las ciudades de los alrededores.
Algunos de los vehículos se adentraron en los bosques, informó Maxar, añadiendo que las imágenes también muestran que partes del convoy que se encontraban más al norte se reposicionaron cerca de la ciudad de Lubyanka y su artillería fue remolcada en posición de disparo.
La amenaza inmediata para Kiev sigue sin estar clara.
El convoy se formó en Bielorrusia y ha estado avanzando lentamente hacia el sur, hacia Kiev, pero la semana pasada pareció detenerse por completo en medio de informes de escasez de alimentos y combustible.
«Es un convoy muy, muy largo. Ni siquiera sabemos si lo es del todo, no podemos decir eso, que es todo un convoy y no varios. Pero nuestra mejor evaluación es que sigue estancado», dijo Kirby durante una conferencia de prensa la semana pasada.
Kirby dijo que el Pentágono cree que el convoy se dirigía a Kiev para «reabastecerse».
«Cuando se observan las imágenes desde el aire, uno puede ver bastante y estos no parecen vehículos blindados sino más bien camiones de reabastecimiento. Eso no quiere decir que no haya vehículos de combate», dijo. «No tenemos una visibilidad perfecta sobre ello. Pero la evaluación es que estaba destinado en gran medida a ayudar al reabastecimiento y sigue atascado. Sigue atascado».
Funcionarios estadounidenses dijeron previamente que el gran convoy ruso había sido atacado por las tropas ucranianas con misiles antitanques, añadiendo que probablemente ralentizaron su progreso e incluso lo detuvieron en algunos lugares.
Kirby dijo que los militares rusos probablemente no previeron tales problemas ni el alcance de la resistencia ucraniana.
Pero el miércoles, el Instituto para el Estudio de la Guerra dijo que las fuerzas armadas rusas «seguían concentrándose en las afueras del este, noroeste y oeste de Kiev para un posible asalto a la capital ucraniana en las próximas 24-96 horas».
Mientras tanto el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, dijo que la mitad de la población de la ciudad ha huido y que la ciudad ha sido «transformada en una fortaleza», donde «cada calle, cada edificio, cada puesto de control ha sido fortificado».
El redespliegue del convoy se produjo poco después de que el alcalde de Mariupol, Vadym Boichenko, pidiera que se estableciera una zona de exclusión aérea sobre Ucrania, después de los informes que indican que un ataque aéreo ruso devastó un hospital de maternidad y dejó 17 heridos y algunos muertos durante lo que se suponía era un alto el fuego temporal en el área.
En un mensaje de vídeo publicado en Telegram, Boichenko pidió a la comunidad mundial que «cierre el cielo sobre Ucrania».
«Hoy pido ayuda a la comunidad mundial. Cierren el cielo sobre Ucrania. Nuestra voluntad no se ha quebrantado, nosotros lucharemos hasta el final», dijo Boichenko. «Tenemos soldados y oficiales motivados que defienden nuestra patria. Pero hoy necesitamos apoyo».
El presidente ruso, Vladimir Putin, lanzó una dura advertencia de que considerará a cualquier país que declare una zona de exclusión aérea sobre Ucrania como participante en el «conflicto armado».
Por su parte Dmitry Polyanskiy, primer representante permanente adjunto de Rusia ante las Naciones Unidas, señaló que los informes de que fuerzas armadas rusas habían bombardeado el hospital de maternidad de Mariupol eran «noticias falsas» y acusó a Ucrania de haber establecido el hospital como un lugar de combate.
A continuación el jueves, el ministerio de Defensa ruso afirmó que el edificio del hospital, «debido a su favorable ubicación táctica cerca del centro de la ciudad, fue reequipado para convertirlo en un bastión del Batallón Nacional Azov», un grupo insurgente con fuerte lealtad a la ideología neonazi que ha estado luchando contra las fuerzas armadas rusas o alineadas con Rusia. Se produjeron «dos explosiones separadas y escenificadas cerca del hospital», más concretamente, «una explosión subterránea y otra de menor potencia, dirigidas al edificio del hospital».
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