Costos del Tren Maya: turistificación y desplazamiento de comunidades del sureste de México

Por Cristina Sánchez Reyes - EFE
11 de diciembre de 2023 3:42 PM Actualizado: 11 de diciembre de 2023 3:52 PM

El Tren Maya, obra emblemática del presidente Andrés Manuel López Obrador, ha puesto en un dilema a las comunidades locales del sureste del país, las que si bien reconocen el desarrollo que traería a la región, tienen que convivir con sus costos como son la «turistificación» y el consiguiente desplazamiento de algunos de ellos.

En Bacalar, en Quintana Roo, conocido por su hermosa laguna multicolor, se construye el tramo 6 del Tren Maya, que tendrá una longitud de casi 256 kilómetros y unirá a esta ciudad con Tulum, en el Caribe mexicano.

Fotografía de archivo que muestra unos vagones sobre los rieles del Tren Maya, en Cancún, Quintana Roo, en el sureste de México. (EFE/Lourdes Cruz)

Costos del proyecto para las comunidades locales

“Este es un proyecto que se presentó como un proyecto de justicia social, es decir, donde se le va a hacer justicia a las comunidades, y las comunidades van a poder aprovechar los beneficios del desarrollo, pero eso tiene un costo”, aseguró a EFE María Luisa Villarreal asesora comunitaria y habitante de Bacalar, Quintana Roo, en un reciente recorrido por la zona.

Ese costo, coincide Aracely Domínguez, presidenta del Grupo Ecologista del Mayab (GEMA), implica cambios en el estilo de vida de las comunidades, así como la falta de transparencia en la firma de convenios, la ocupación de tierras y el incumplimiento en la obligación de las autoridades de pagar lo justo por las expropiaciones.

Fotografía de las obras del Tren Maya en los Tramos 5, 6 y 7, que comprenden las ciudades de Cancún, Playa del Carmen, Tulum y Chetumal, el 26 de septiembre de 2023, en Bacalar, Quintana Roo, en el sureste de México. En Bacalar se construye el tramo 6 del Tren Maya, con una longitud de casi 256 kilómetros para unirla con Tulum, en el Caribe mexicano. (EFE/ José Méndez)

Rechazo a las obras del tren

El Tren Maya contempla más de 1500 kilómetros de vías de ferrocarril para el transporte de carga, turistas y pasajeros locales en los cinco estados del sureste del país que busca enlazar: Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán.

“La mayor parte de las comunidades no quieren este tipo de desarrollo, no quieren más hoteles, centros comerciales, fraccionamientos en sus áreas. Se han expropiado más de 2700 hectáreas, la mayoría de ejidos, en algunos casos hay quejas de que no les han pagado o no les han dado lo suficiente o han incumplido con lo que les habían prometido”, advirtió Aracely Domínguez.

Sin embargo, para el presidente López Obrador el Tren Maya, cuya inauguración parcial está prevista para el siguiente 15 de diciembre, es el proyecto que traerá prosperidad a una de las zonas históricamente más olvidadas: el sureste.

Fotografía de las obras del Tren Maya en los Tramos 5, 6 y 7, que comprenden las ciudades de Cancún, Playa del Carmen, Tulum y Chetumal, el 26 de septiembre de 2023, en Bacalar, Quintana Roo, en el sureste de México. En Bacalar se construye el tramo 6 del Tren Maya, con una longitud de casi 256 kilómetros para unirla con Tulum, en el Caribe mexicano. (EFE/ José Méndez)

Sin regulación ‘es tierra de nadie’

Los más de 41,000 habitantes de esta localidad, ubicada en un paisaje hermoso, tienen una visión más compleja.

Aunque reconocen que en la última década han visto un crecimiento exponencial de visitantes, advierten que la llegada de esta mega obra no solo ha traído la promesa de progreso, sino también considerables problemas.

Uno de los principales es la vivienda. La mayoría de los habitantes tiene problemas para encontrar un lugar para residir pues la mayor parte de las construcciones son para turistas, lo que ha disparado los precios y ha hecho que una casa se vuelva inalcanzable para los pobladores locales.

La asesora comunitaria María Luisa Villareal habla sobre el impacto en la región de la construcción del Tren Maya, durante una entrevista con EFE el 26 de septiembre de 2023, en Bacalar, Quintana Roo, en el sureste de México. El Tren Maya, obra emblemática del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha puesto en un dilema a las comunidades locales del sureste, quienes si bien reconocen el desarrollo que traería a la región, tienen que convivir con sus costos como la «turistificación» y el consiguiente desplazamiento de la población local. (EFE/ José Méndez)

“Vivir en Bacalar es carísimo” comentó María Luisa Villareal. “Por ejemplo, un cuarto de renta en Bacalar te cuesta lo que te cuesta una casa completa rentada en Chetumal (la capital del estado). ¿Dónde va a vivir la población local?”, se pregunta la habitante de Bacalar.

Los habitantes trabajan a marchas forzadas para hacer ordenamientos comunitarios, pues hasta ahora Bacalar no cuenta con reglamentos ni programas de desarrollo urbano.

“Mientras no tengamos esos instrumentos, pues es tierra de nadie y sigue quedando a criterio de las autoridades locales”, destacó María Luisa Villarreal.

Fotografía de un letrero en las obras del Tren Maya en los Tramos 5, 6 y 7, que comprenden las ciudades de Cancún, Playa del Carmen, Tulum y Chetumal, el 26 de septiembre de 2023, en Bacalar, Quintana Roo, México. En Bacalar, conocida por su hermosa laguna multicolor, se construye el tramo 6 del Tren Maya, que tendrá una longitud de casi 256 kilómetros y unirá a esta ciudad con Tulum, en el Caribe mexicano. (EFE/ José Méndez)

Desplazamientos y riesgos para comunidades

A la población local le preocupa que la premura por concluir esta obra evitó que se pudiera planear adecuadamente el desplazamiento de los habitantes que ya tenía problemas previos de acceso a salud, servicios e infraestructura, entre otros.

Chozas de campesinos inundadas en Bacalar después de que el huracán Dean azotó la Península de Yucatán, el 21 de agosto de 2007, en su camino hacia el Golfo de México, arrancando árboles y derribando líneas eléctricas, que dejó en todo el Caribe nueve muertos. (OMAR TORRES/AFP vía Getty Images)

Aunado a ello, otro de los efectos negativos ha sido la deforestación de unas 200,000 hectáreas que ayudaban a mitigar las inundaciones en la zona, que al ser una cuenca recibe las lluvias que se generan en otras partes, como el vecino estado de Campeche.

“Somos la parte baja, somos una zona de pantanos conectados y no están visualizando eso (en la construcción de la obra)», señaló la asesora comunitaria de Bacalar.

Residentes de Bacalar retiran sus muebles cerca de la carretera principal de la Riviera Maya inundada el 21 de agosto de 2007 tras el paso del huracán Dean. (OMAR TORRES/AFP vía Getty Images)

A cuatro días de la inauguración del tramo Campeche Cancún del Tren Maya, el presidente López Obrador dijo en la conferencia matutina de este 11 de diciembre que están trabajando de manera conjunta las empresas y dependencias de gobierno como la SEDENA y para el rescate de zonas arqueológicas a su paso.  Mencionó “el efecto multiplicador de la obra” que “tiene que ver con todo el país”.


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