Aunque las autoridades sanitarias afirmaron que los síntomas del COVID-19 fueron relativamente constantes a lo largo de los años, un estudio reciente reveló los síntomas más comunes de la infección vírica, ya que, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU., la variante más reciente, la JN.1, experimentó un repunte en los últimos días.
Los CDC, en una actualización de principios de este mes, dijeron que no está claro si los síntomas asociados con la variante JN.1 son marcadamente diferentes de los anteriores.
«En general, los síntomas de COVID-19 tienden a ser similares en todas las variantes», señaló la agencia. «Los tipos de síntomas y su gravedad suelen depender más de la inmunidad y el estado general de salud de la persona que de la variante que causa la infección».
¿Nuevos síntomas?
Según los datos de una encuesta reciente realizada por las autoridades sanitarias del Reino Unido, donde se están propagando múltiples cepas de COVID-19, los problemas para dormir y el insomnio parecen haberse convertido en síntomas más frecuentes entre los casos. En comparación, una encuesta realizada hace más de un año en Escocia no menciona los problemas para dormir ni el insomnio como síntomas.
Los datos muestran que aproximadamente el 10,8 por ciento de los residentes en el Reino Unido encuestados declararon tener problemas al intentar dormir. El mismo conjunto de datos muestra que el 10,5 por ciento de los encuestados citó la preocupación o la ansiedad como síntoma COVID-19.
En particular, un signo revelador de una infección por COVID-19 era la pérdida del gusto o del olfato. Sin embargo, este síntoma sólo fue señalado por el 2 por ciento de los encuestados. La encuesta escocesa del año pasado mostró que alrededor del 11 por ciento de los encuestados declararon pérdida del gusto o del olfato.
Mientras tanto, sólo el 2,4 por ciento declaró tener fiebre asociada a COVID-19, según la encuesta.
El síntoma más común del COVID-19 era la secreción nasal, con un 31,1 por ciento, mientras que la tos ocupaba el segundo lugar de la lista, con un 22,9 por ciento, según los datos. Alrededor del 20 por ciento de los encuestados declararon dolor de cabeza, casi el 20 por ciento debilidad o cansancio, el 15,8 por ciento dolor muscular y el 13,2 por ciento dolor de garganta.
La encuesta británica no mencionaba la variante JN.1. Y la diferencia de esos síntomas también depende de si esas personas dieron positivo específicamente en las pruebas de COVID-19 u otras infecciones como la gripe y el VRS.
«La tos, el dolor de garganta, los estornudos, la fatiga y el dolor de cabeza se encontraban entre los síntomas más frecuentes de cada una de las tres infecciones, lo que sugiere que discriminar entre el SARS-CoV-2, la gripe y el VRS basándose únicamente en los síntomas puede resultar difícil», escribieron los responsables británicos en un preimpreso. Esos síntomas coinciden con otros estudios de variantes anteriores del COVID-19 a lo largo de la pandemia.
Un estudio de los CDC publicado en mayo como preimpresión reveló que los síntomas comunes entre quienes contrajeron la variante BA.5 anterior parecían ser notablemente diferentes. Alrededor del 77 por ciento declaró tos, el 48 por ciento fiebre, el 22 por ciento dificultad para respirar y el 20 por ciento cambios en el gusto o el olfato.
Aumento de JN.1
El 22 de diciembre, los CDC informaron en una actualización de que JN.1 sigue «causando una proporción cada vez mayor de infecciones y es ahora la variante que más circula en los Estados Unidos», añadiendo que ahora representa entre el 39 por ciento y el 50 por ciento de todas las variantes de COVID-19. JN.1 representaba aproximadamente entre el 15 y el 29 por ciento hace dos semanas, señaló.
«EL CONTINUO CRECIMIENTO DE JN. 1 sugiere que la variante es o bien más transmisible o bien mejor para evadir nuestros sistemas inmunitarios que otras variantes circulantes. Es demasiado pronto para saber si JN.1 causará un aumento de las infecciones o las hospitalizaciones, o en qué medida», señalaron los CDC, y añadieron: «También estamos observando un aumento de las infecciones causadas por JN.1 en viajeros, aguas residuales y la mayoría de las regiones del mundo».
Varios días antes de la actualización, la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la ONU incluyó la subvariante JN.1 de COVID-19 en la lista de «variantes de interés», pero señaló que hay pocas pruebas que sugieran que plantea un riesgo más grave para la salud que otras variantes recientes.
Según la OMS, la variante «puede provocar un aumento de los casos de SRAS-CoV-2 en medio de una oleada de infecciones de otras infecciones víricas y bacterianas, especialmente en los países que entran en la estación invernal», en referencia al virus causante del COVID-19.
«Mientras observamos el aumento de la variante JN.1, es importante señalar que, aunque puede estar extendiéndose más ampliamente, actualmente no hay pruebas significativas que sugieran que sea más grave o que suponga un riesgo sustancial para la salud pública», declaró la semana pasada a ABC News el Dr. John Brownstein, director de innovación del Hospital Infantil de Boston.
La noticia llega cuando varios hospitales de Massachusetts, Nueva York, California, Illinois, Delaware y Washington, entre otros, optaron por reimplantar las mascarillas obligatorias. Mientras que algunos hospitales sólo obligan a llevar mascarilla al personal, otros exigirán que los pacientes y los visitantes también lleven la cara cubierta.
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