Un estudio reciente publicado en la revista The Lancet Infectious Diseases revela que el uso de metformina, un medicamento para la diabetes ampliamente disponible y de bajo costo, reduce el riesgo de desarrollar COVID largo en un 41 por ciento.
Mientras tanto, la ivermectina, otro medicamento que ha sido objeto de gran debate y escrutinio, no mostró ningún impacto significativo en la incidencia de COVID largo.
Profundización en el estudio
La Universidad de Minnesota dirigió un estudio a gran escala controlado con placebo denominado COVID-OUT. El objetivo del estudio era determinar si la administración de metformina, ivermectina o fluvoxamina durante las primeras fases del tratamiento ambulatorio con COVID-19 podía disminuir la probabilidad de desarrollar COVID prolongado.
Este amplio ensayo de fase 3 abarcó seis centros de Estados Unidos. Los investigadores trabajaron con un importante grupo de participantes formado por más de 1100 adultos de 30 años o más con sobrepeso u obesidad. Ninguno de estos individuos se había infectado previamente con COVID-19, y alrededor de la mitad había recibido una vacuna contra esta enfermedad. Todos los participantes experimentaron síntomas de COVID-19 durante menos de una semana y dieron positivo en la prueba del virus en los tres días anteriores a su inclusión en el estudio.
Una vez diagnosticados, los participantes fueron divididos aleatoriamente en diferentes combinaciones de tratamiento. Algunos recibieron metformina combinada con ivermectina o fluvoxamina. Otros recibieron metformina emparejada con un placebo; el resto recibió ivermectina o fluvoxamina junto con un placebo. Por último, un grupo recibió dos placebos.
El estudio reveló que el 6.3 por ciento de los participantes que recibieron metformina desarrollaron COVID largo en el periodo de seguimiento de diez meses, en comparación con el 10.4 por ciento de los que recibieron placebo.
Esencialmente, un tratamiento de metformina de dos semanas redujo la incidencia de COVID largo en un 41 por ciento. Curiosamente, el inicio de la metformina en los tres días siguientes a la aparición de los síntomas dio lugar a una reducción aún mayor del riesgo de COVID prolongado.
Revelando el poder de la metformina
La metformina es un medicamento común y rentable que se prescribe tradicionalmente para controlar los niveles elevados de azúcar en sangre en personas con diabetes de tipo 2. Las personas sin seguro médico pueden comprar un comprimido de 500 mg de metformina —la misma dosis utilizada en el estudio— por unos 33 centavos.
«No solo demostramos que la metformina, un tratamiento barato y seguro, puede prevenir el desarrollo de COVID largo en muchas personas, sino que validamos que el COVID largo es una enfermedad real en el sentido de que un tratamiento de 14 días puede reducir el riesgo de síntomas de COVID largo y el diagnóstico de un médico a lo largo de muchos meses», dijo John Buse, MD, Ph.D., coautor y decano asociado senior de investigación clínica en la Facultad de Medicina de la UNC, en un comunicado de prensa.
El efecto protector de la metformina se mantuvo en varios grupos demográficos y en múltiples cepas víricas, incluida la variante ómicron. Los resultados se hacen eco de hallazgos anteriores según los cuales la metformina puede reducir la gravedad de COVID-19 y mejorar resultados como las visitas a urgencias, las hospitalizaciones y las muertes.
Los autores del estudio reconocen que no se conocen del todo los mecanismos por los que la metformina ayuda a prevenir el COVID prolongado, aunque plantean algunas teorías. Estudios anteriores demuestran que la metformina puede inhibir la replicación del virus SARS-CoV-2 bloqueando la producción de proteínas víricas. El fármaco también ayuda a reducir la inflamación perjudicial y el estrés oxidativo, factores que empeoran los síntomas de COVID-19.
La ivermectina se queda corta
En este ensayo, los investigadores también probaron los posibles efectos de otros dos fármacos, la ivermectina y la fluvoxamina, en el COVID prolongado. La fluvoxamina, un antidepresivo utilizado habitualmente para tratar el trastorno obsesivo-compulsivo, había mostrado cierto potencial en estudios anteriores para reducir la gravedad de COVID.
La ivermectina, por su parte, es un fármaco que suele utilizarse contra los parásitos y que se mostró prometedor en las primeras fases de COVID. Sin embargo, otras investigaciones han indicado que puede no ser tan eficaz para el tratamiento del COVID.
El 7.7 por ciento de los que recibieron ivermectina desarrollaron COVID prolongado, frente al 8.1 por ciento de los que recibieron un placebo similar.
«Ni la ivermectina ni la fluvoxamina tuvieron un efecto significativo sobre la incidencia del COVID largo», informaron los autores del estudio.
Este hallazgo es digno de mención dada la atención mundial que ha recibido la ivermectina como posible tratamiento de COVID-19. Aunque algunos esperaban que la ivermectina pudiera ofrecer un doble beneficio al tratar el COVID-19 agudo y prevenir el COVID largo, los resultados de este estudio sugieren lo contrario.
La batalla en constante evolución contra el COVID prolongado
El desafío persistente del COVID prolongado sigue ejerciendo presión sobre los sistemas sanitarios de todo el mundo, mientras nos enfrentamos a las persistentes secuelas de la pandemia de COVID-19. El COVID prolongado, o secuelas posagudas de la infección por SARS-CoV-2 (PASC), es un término genérico que engloba una amplia gama de síntomas que continúan durante semanas, meses o incluso años tras la recuperación inicial del virus.
Solo en los EE.UU., según datos recientes de los CDC, aproximadamente el 15 por ciento de las personas que contrajeron COVID-19 presentan síntomas de COVID prolongado, lo que subraya la magnitud de esta crisis. Además, las mujeres parecen verse afectadas casi el doble que los hombres.
El COVID prolongado se caracteriza por cientos de síntomas, entre los que se incluyen problemas cognitivos o «niebla cerebral», disnea, molestias en el pecho, trastornos del sueño, fiebre, complicaciones gastrointestinales, ansiedad y depresión. Un estudio publicado recientemente reveló que la fatiga es uno de los síntomas más graves que experimentan los pacientes, hasta el punto de disminuir su calidad de vida a niveles comparables a los de las personas diagnosticadas de cáncer o ictus.
El COVID largo se ha observado en casos graves y leves de COVID-19 y puede afectar a las personas independientemente de su edad, sus condiciones de salud subyacentes o la gravedad de su infección inicial.
En particular, el COVID prolongado también tiene importantes repercusiones sociales y económicas. Numerosos pacientes luchan por reincorporarse al trabajo y a las actividades cotidianas. La demanda adicional de atención y apoyo continuos supone una carga intensa para los sistemas sanitarios, lo que subraya las repercusiones duraderas de la enfermedad.
Limitaciones e implicaciones
La investigación se centró en personas mayores de 30 años con sobrepeso, lo que deja sin respuesta preguntas sobre los efectos de la metformina en poblaciones más jóvenes o con menos sobrepeso. Además, el grupo de participantes era mayoritariamente de raza blanca, por lo que la representación de otras comunidades raciales y étnicas era limitada.
La investigación se centró en las primeras infecciones por COVID-19. Por lo tanto, no está claro si la metformina sería igualmente protectora contra el COVID largo en individuos que hubieran contraído el virus con anterioridad. El estudio no implica que la metformina sea un tratamiento eficaz contra el COVID largo, sino que hace hincapié en su potencial como medida preventiva.
A pesar de estas limitaciones, el estudio tiene implicaciones significativas. Si estudios posteriores pueden validar estos resultados, la metformina podría presentar una estrategia segura, económica y ampliamente disponible para contrarrestar los efectos duraderos de COVID-19. No obstante, la necesidad de una investigación más exhaustiva sigue siendo primordial.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.
