Honda no sería el sólido fabricante que en la actualidad es si en su historia no existiera el CR-V. Este SUV compacto lleva “sobre sus espaldas” el cometido de buena parte de las ventas de Honda desde su lanzamiento en 1997. El pasado año el fabricante Nipón movió 384,168 unidades del C-RV solo en Estados Unidos, lo que representa más del 26% de sus ventas totales.
Con credenciales tan fuertes, es de extrañar que el CR-V no contara con una versión híbrida hasta ahora. Honda trata de recuperar el tiempo perdido, y finalmente nos presenta este año su primer SUV movido por combustible y electricidad combinados, otro paso encauzado a cumplir el propósito de la compañía de producir dos tercios de sus autos en forma de híbridos para el 2030.
Desde afuera y por dentro
Las diferencias visuales entre el híbrido CR-V y su contraparte de gas son mínimas, y quizás solo el ojo entrenado las encuentre. Me imagino contemplando dos dibujos en las páginas de entretenimiento de un periódico, para “encontrar las 7 diferencias”. Mayormente hablamos de emblemas distintivos con el logotipo “Hybrid”, y en la parte posterior encontramos paragolpes que son únicos en estos modelos y ocultan el tubo de escape.
A pesar de la amplia tendencia de diseñar los SUV para que parezcan más robustos de lo que en realidad son, Honda no exagera mucho la figura del CR-V. El perfil vertical y el frente ofrecen remembranzas de una camioneta, pero muchas superficies curvas y los estirados faros delanteros evocan más la elegancia que posemos encontrar en sedanes.
El interior es elegante y espacioso, creando un ambiente fresco y confortable en el CR-V. Materiales de calidad y un diseño familiar se combinan para una apariencia contemporánea, con un grupo de instrumentos único que muestran el funcionamiento del sistema híbrido. Los detalles de imitación de madera proporcionan distinción, pero Honda podría hacer un mejor trabajo sustituyendo plásticos más duros de lo esperado. La integración de la pantalla del sistema de info-entretenimiento es estupenda, así como el cargador inalámbrico para los teléfonos y el inteligente diseño del descansabrazos.
EL espacio interior es el mismo del CR-V estándar, y con 105.9 pies cúbicos destaca en su clase. Para estirar las piernas en el asiento trasero hay 40.4 pulgadas disponibles, otra buena marca entre los SUV compactos.
Equipamiento y seguridad
Todas las versiones del Honda CR-V 2020 vienen con el conjunto completo de sistemas de conducción activa y de seguridad Honda Sensing, que incluyen el sistema de frenado de mitigación de colisión con advertencia de colisión frontal y capacidad de detección de peatones. El control de crucero adaptativo con seguimiento de baja velocidad y advertencia de salida de carril también vienen de forma estándar.
Un dispositivo de seguridad que está disponible en otros modelos de Honda lamentablemente no lo encontramos aquí. Se trata de la cámara de punto ciego LaneWatch, que montada en el espejo lateral muestra video tomado desde el espejo retrovisor derecho.
Una pantalla táctil de 7.0 pulgadas con Apple CarPlay y Android Auto está disponible, pero no la encontrará en los modelos base LX, que también vienen con una pantalla más pequeña, de solo 5 pulgadas.
Un grupo de instrumentos digitales tras el volante incluye información específica del sistema híbrido, como un medidor de flujo de potencia que le indica si el automóvil está utilizando su motor de gasolina o el motor eléctrico. Los gráficos para el cuadro de instrumentos son de alta calidad y fáciles de leer, algo que no se puede decir de los gráficos en la pantalla táctil principal del CR-V. A pesar de ser este un modelo completamente nuevo, hereda el info-entreteniminto del hermano no híbrido, que se ve y siente algo anticuado.
En la carretera
El propósito fundamental de comprar un auto híbrido es el ahorro de combustible. EL CR-V logra buenos números, pero no los mejores de su clase. 35 millas por galón en la ciudad y 40 en la autopista conjugan unas 38 millas por galón en manejo combinado, unos 6.19 litros cada 100 kilómetros. Durante nuestra prueba (que ocurrió en su mayoría dentro de la ciudad) el consumo real fue inferior al prometido por algo menos de 2 millas.
Para lograr estas cifras de consumo, el 2020 CR-V utiliza el mismo tren motor encontrado en el Honda Accord híbrido. Es un motor de cuatro cilindros de 2.0 litros unido a dos motores eléctricos que, combinados, producen 212 caballos de potencia, algo mejor que los 190 caballos del CR-V convencional. Uno de los motores eléctricos impulsa las ruedas y otro actúa como generador. La mayoría de las veces, el motor eléctrico es el único responsable de mover el automóvil, pues a velocidades bajas, el motor de gasolina puede apagarse por completo, convirtiendo efectivamente el CR-V híbrido en un EV o auto eléctrico por aproximadamente una milla. Al igual que el Toyota RAV4 híbrido, el CR-V tiene tracción total de serie, aunque cada uno utiliza un sistema diferente.
La devoción de Honda de construir autos de manejo preciso no ha quedado desterrada de este CR-V. Conducirlo es una experiencia agradable, con dirección directa, balanceo corporal controlado y potencia adecuada en la mayoría de las ocasiones. El motor de gas puede sentirse forzado, pero solo cuando pisas el acelerador a fondo. La comodidad de manejo es suave, y al igual que otros modelos híbridos del fabricante, posee dos paletas en el volante para controlar el frenado regenerativo. Este sistema no detendrá el vehículo por completo, pero se puede usar en el tráfico para evitar desgaste de los frenos y ayudar a recuperar más energía en la batería.
Todos los CR-V híbridos vienen dotados de tracción total o AWD, que Honda nombra “Real Time AWD with Intelligent Control System”. Este sistema es realmente bastante inteligente, y podría comprobarlo si en algún momento conduce el pequeño SUV sobre terrenos arenosos o resbaladizos.
Para escoger
Honda ofrece al 2020 CR-V en cuatro niveles de acabado, LX, EX, EX-L, y Touring. El LX es el más barato y por consecuencia más desprovisto de los cuatro. Su precio inicial es de $ 27,750. En el extremo opuesto queda el Touring como el de nuestra prueba, preciado en $ 35,950. Por ese precio se incluyen en la lista de equipos estándar un cargador de dispositivos inalámbricos, sistema de navegación, estéreo premium de nueve bocinas, una compuerta levadiza trasera de manos libres, sensores de estacionamiento, limpiaparabrisas con sensor de lluvia e, incluso, llantas de aleación más grandes.
El mejor equilibrio entre las características estándar y el costo lo encontramos en el CR-V EX, con precio inicial de $ 30,260. Por ese monto se incluye la pantalla más grande de 7 pulgadas, asientos delanteros ajustables y con calefacción, ventana en el techo, monitor de punto ciego y alerta de tráfico trasero cruzando, entre otras amenidades.
La competencia no es amplia y se limita principalmente al Ford Escape híbrido y el perpetuo adversario: Toyota RAV4. El Honda CR-V es más barato que el RAV4, pero este Toyota le aventaja en algunos indicadores como consumo y potencia del motor, por solo mencionar dos.
Concluyendo
No albergamos duda de que el Honda CR-V híbrido 2020 es un buen auto. Es práctico, cómodo y bien construido. Admiramos la innovación y el cuidado que Honda ha puesto en desarrollarlo, a pesar de algunos menoscabos, como la economía de combustible o el sistema de información y entretenimiento que pueden mejorar.
Aun cuando encomiamos a Honda por presentarnos finalmente la versión híbrida de su SUV ganador, me atrevería sugerir a quienes se interesen por este tipo de auto que echaran una mirada alrededor y pasaran algún tiempo examinando la opción que Toyota presenta. La comparación puede que sea bastante equilibrada, pero en la elección, quizá dictaminen los detalles.
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