Un número creciente de colegios y universidades de EE.UU. están rescindiendo sus mandatos de vacunación contra el COVID-19, ya que activistas y expertos señalan que las vacunas brindan poca protección contra la transmisión del virus.
El 9 de febrero, la Universidad de Emory, en Georgia, se convirtió en una de las últimas que eliminó los requisitos de vacunación contra el COVID-19 para la mayoría de sus empleados y todos los estudiantes, excepto los que estudian ciencias de la salud en la Facultad de Medicina o en la Facultad de Enfermería de la universidad.
Los cambios se derivan de las orientaciones de los expertos en salud de Emory, dijo el presidente de Emory, Gregory Fenves, en un mensaje a estudiantes y profesores.
La Universidad de Illinois, en Springfield, se encuentra entre las otras escuelas que rescindirán un mandato de vacunación en 2023.
“Las vacunas han sido y siguen siendo una herramienta eficaz para prevenir enfermedades graves, especialmente en aquellos con mayor riesgo de complicaciones. Sin embargo, la serie de vacunación primaria es significativamente menos efectiva para prevenir la transmisión de las subvariantes emergentes y prevalentes del virus. Por esta razón, ya no requerimos la serie de vacunas primarias anti-COVID”, dijo la escuela en una actualización en enero.
Más de 50 escuelas de educación superior han eliminado los mandatos durante el año académico 2022-2023, según No College Mandates, un grupo de padres, estudiantes, profesores y expertos que intentan convencer a las instituciones para que eliminen los requisitos de vacunación contra el COVID-19.
Otras universidades eliminaron los mandatos durante el verano.
“Algunas de esas universidades nos escribieron y nos dijeron: ‘Queremos que sepan que abandonamos nuestro mandato de vacunación’”, le dijo a The Epoch Times Lucia Sinatra, cofundadora del grupo.
Una mayor conciencia
Sinatra y los miembros del grupo han dicho que mandatos son poco éticos y peligrosos, y señalan que las vacunas no previenen la transmisión, lo que socava una razón clave enumerada por las escuelas, así como la creciente conciencia de los efectos secundarios de las vacunas como la miocarditis, una forma de inflamación del corazón que puede provocar la muerte.
Los jóvenes, en particular los hombres jóvenes, enfrentan el mayor riesgo de miocarditis después de la vacunación contra el COVID-19, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU.
Los mandatos en las universidades causan más casos de inflamación cardíaca de los que previenen, según una estimación de riesgo-beneficio publicada en 2022. La estimación fue publicada más tarde por el British Medical Journal luego de una revisión por pares.
«Nuestra estimación sugiere un daño neto esperado de los refuerzos en este grupo de edad de adultos jóvenes», escribieron Kevin Bardosh, profesor asistente afiliado de la Universidad de Washington experto en salud pública, y sus coautores.
Además del cálculo de riesgo-beneficio desfavorable, los autores calcularon que al menos 31,207 adultos jóvenes de 18 a 29 años necesitarían una vacuna de refuerzo para evitar solo una hospitalización por COVID-19 durante seis meses.
Altos funcionarios de varias escuelas, incluidas la Universidad de Tufts y la Universidad de Harvard, dijeron en una respuesta que «las hospitalizaciones evitadas no son el único marcador de morbilidad que es relevante para la población de estudiantes universitarios y dada la rareza de la enfermedad grave que requiere hospitalización en jóvenes, generalmente adultos muy sanos, la hospitalización no es una buena opción para un marcador de morbilidad relacionada al COVID-19”.
El riesgo de faltar a clases, enfermedades graves y el llamado COVID-19 prolongado también se tuvo en cuenta al imponer los mandatos, dijeron los funcionarios, y agregaron que son “cautelosos acerca de cambiar la política en reacción a un solo estudio, aunque estamos activamente revisando nueva información”.
No ofrecieron sus propios cálculos de análisis de riesgo-beneficio y las universidades no respondieron a las solicitudes de respuesta de las partes interesadas que han dado a conocer los riesgos de la vacunación.
Bardosh y sus coautores dijeron en su artículo que «la prevalencia ahora alta de infecciones previas, los datos sobre la falta de reducción de la transmisión sostenida por las vacunas actuales y la edad de mayor riesgo de mio/pericarditis en adultos jóvenes de 16 a 17 años, socavan los argumentos a favor de la vacunación obligatoria con dos dosis”.
“Es necesario para proteger a nuestra comunidad”
Harvard se encuentra entre las escuelas que comenzaron a exigir en 2022 una de las nuevas vacunas de refuerzo COVID-19 no probadas, además de una serie primaria.
Harvard dice que se necesitan «altos niveles de vacunación» para proteger a nuestra comunidad. Sin embargo, no se citan estudios ni otros datos.
Los reguladores de EE.UU. aprobaron los nuevos refuerzos en agosto de 2022 a pesar de la falta de datos clínicos. Seis meses después, esos datos aún no están disponibles. En un futuro cercano, se espera que Estados Unidos reemplace todas las vacunas originales con las inyecciones bivalentes no probadas.
Muchas universidades no brindan una justificación científica para sus mandatos, dijo Sinatra. Cuando los padres, los exalumnos y los estudiantes han pedido una justificación, las escuelas no proporcionan ninguna, dijo.
“En todo caso, recibimos respuestas repetitivas con un lenguaje similar de que esta es la mejor manera de proteger a nuestra comunidad, pero no hay justificación alguna ni compromiso”, dijo.
Mila Radetich, una estudiante universitaria, dijo que se sintió obligada a vacunarse cuando su escuela anunció un mandato a mediados del semestre de otoño de 2021. No quería que la echaran, así que recibió una dosis de la vacuna de Pfizer. Experimentó una serie de problemas, incluida la dificultad para caminar, y luego se le diagnosticó una lesión por la vacuna.
“Estoy discapacitada ahora y nunca tuve ninguna condición de salud preexistente antes de recibir la vacuna”, le dijo Radetich a The Epoch Times. “Yo era una atleta. No tuve ningún problema. Pero ahora lo tengo”.
Los ensayos clínicos a las vacunas no proporcionaron datos suficientes para concluir que protegían contra la transmisión, según la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA). Los datos observacionales han indicado cierto nivel de protección contra la transmisión, pero las vacunas han obtenido peores resultados contra la infección y la transmisión frente a las nuevas variantes. Además, algunas investigaciones han demostrado que los vacunados y los no vacunados tienen cargas virales similares, una forma de medir la transmisión potencial.
Radetich se había recuperado del COVID-19 antes de vacunarse. Muchos otros estudiantes también lo han hecho. Eso les proporciona una fuerte protección contra la enfermedad grave y cierto blindaje contra la reinfección.
Martin Kulldorff, profesor de medicina con licencia de la Facultad de Medicina de Harvard, quien ayudó a iniciar una nueva organización llamada Norfolk Group, dijo que nunca hubo ninguna razón para que las universidades implementaran mandatos de vacunación.
“Los mandatos cubrían a aquellos que tuvieron COVID, por lo que ya estaban protegidos, por lo que no hay absolutamente ninguna razón para ordenarles que se vacunen. Pero incluso para aquellos que no han tenido COVID, para los estudiantes de 20 años, tienen un riesgo extremadamente bajo”, le dijo Kulldorff a The Epoch Times. “Al mismo tiempo, hay reacciones adversas a algunas de estas vacunas, especialmente entre los hombres jóvenes, como la miocarditis. No sabemos el alcance total de eso, por lo que se está exigiendo algo que tiene un beneficio mínimo y un riesgo pequeño pero real en estos jóvenes”.
El senador Rand Paul (R-Ky.) cuestionó obligar a los estudiantes con inmunidad natural a vacunarse durante una audiencia reciente sobre la escasez de trabajadores de la salud.
“Aquí está el problema: Si excluye a todos los enfermeros que creen en la inmunología básica, incluirá a muchas personas inteligentes, personas que creen que pueden obtener inmunidad tanto con la vacunación como con la infección”, dijo Paul, quien además de congresista es médico.
Si bien algunas escuelas han rescindido por completo los mandatos, otras han mantenido el mandato de la serie primaria mientras eliminan los requisitos para los refuerzos.
“Ya no se exige el refuerzo bivalente (para ómicron), pero se recomienda encarecidamente”, dijo la Universidad de Tufts en un mensaje reciente.
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