El ejército estadounidense debe prepararse para enfrentarse a China e impedir que su régimen comunista reestructure el orden internacional a su imagen, dice un nuevo memorando del secretario de Defensa.
El secretario de Defensa Lloyd Austin escribió que la China comunista busca forzar a la comunidad internacional a someterse a sus demandas autoritarias y debe ser detenida.
«Una China cada vez más agresiva está intentando moldear el sistema internacional basado en normas para adaptarlo a sus preferencias autoritarias», escribió Austin en un mensaje del 2 de marzo a las Fuerzas Armadas estadounidenses. «Se trata de un desafío generacional, y el Departamento estará a la altura para enfrentarlo».
«Para ello, debemos adoptar la disuasión integrada, que nos encarga coordinar nuestros esfuerzos en todos los dominios de la lucha bélica, los teatros y el espectro del conflicto para crear dilemas nuevos y más complejos a nuestros adversarios».
La Estrategia de Defensa Nacional de Estados Unidos califica al régimen comunista chino como el «desafío que marca el ritmo» para Estados Unidos, y afirma que el régimen es la única potencia del planeta con la voluntad y la capacidad de remodelar el orden internacional basado en reglas.
Para ello, Austin escribió que el ejército estadounidense tendría que reforzar su postura en el Indo-Pacífico y trabajar con sus aliados para disuadir más adecuadamente la agresión comunista china en los mares de China Meridional y Oriental y contra Taiwán.
«Estamos reforzando nuestra postura de disuasión en el Indo-Pacífico desarrollando nuevos conceptos y capacidades, profundizando nuestras alianzas y asociaciones y ampliando nuestras actividades y operaciones», escribió Austin.
«Poner en práctica nuestra estrategia significa abordar el desafío de [China] que marca nuestro ritmo al mismo tiempo que nos enfrentamos a la aguda amenaza de la agresión rusa y gestionamos el riesgo de escalada a medida que la cruel guerra de Putin contra Ucrania entra en su segundo año».
Trabajar mano a mano con sus aliados y socios es una parte clave de la estrategia estadounidense para disuadir a China de emprender hostilidades contra Taiwán, que el régimen reclama como parte de su territorio. La isla democrática ha funcionado como una entidad separada durante siete décadas y nunca ha estado controlada por el Partido Comunista Chino.
Para contrarrestar las ambiciones de China en el Indo-Pacífico, Estados Unidos ha ampliado recientemente su acceso a las bases militares de Filipinas y ha aumentado las rotaciones de tropas y el entrenamiento tanto con Australia como con Japón.
Sin embargo, es probable que estas actividades solo sirvan para disuadir a corto plazo un intento de invasión de Taiwán por parte de China, y no son una solución permanente a las tensiones entre Estados Unidos y China, ni el fin de la estrategia estadounidense.
La «amenaza» que representa el régimen comunista chino sigue vigente, escribió Austin, y seguirá definiendo la estrategia estadounidense en los próximos años.
Por ello, escribió, las fuerzas estadounidenses seguirán preparándose y entrenándose para disuadir a la potencia autoritaria de hacer realidad su ambición de conquistar Taiwán o crear inestabilidad internacional.
«A medida que evolucione la amenaza [china], proporcionaremos a Taiwán capacidades de autodefensa acordes con la Ley de Relaciones con Taiwán», escribió Austin.
«Nuestro equipo está realizando importantes inversiones en la tríada nuclear, el espacio, el ciberespacio, los fuegos de largo alcance y las capacidades de próxima generación en aviones de combate y guerra submarina, al mismo tiempo que acelera el Mando y Control Conjunto de Todos los Dominios».
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