Más de medio millón de personas se han visto desplazadas en Haití a medida que la situación de seguridad del país se deteriora rápidamente y aumenta la violencia armada, según la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU.
Un informe publicado el 18 de junio por la organización señala que unas 578,074 personas han sido desplazadas principalmente al huir de la capital del país, Puerto Príncipe, para buscar refugio en provincias que carecen de recursos para mantenerlas.
La cifra ha aumentado un 60% desde que un informe de marzo de la organización constatara 362,551 desplazados internos en Haití, que ya había sido devastado por un terremoto en 2021.
Alrededor del 54 por ciento de los desplazados internos son mujeres y el 52 por ciento son niños, según el último informe.
“El número de desplazados internos durante este año ya es casi el mismo que el número de desplazados internos durante todo 2023, lo que indica un deterioro creciente de la situación de seguridad durante la primera parte de 2024”, afirma el informe.
Mientras tanto, el país está luchando contra la inseguridad alimentaria aguda, según el informe. La organización determinó que de marzo a junio de 2024, todas las zonas del país se encuentran en la Fase 3 (Crisis) o en la Fase 4 (Emergencia), indicando «la gravedad de la situación de la seguridad alimentaria en el país».
El gobierno de Estados Unidos emitió una advertencia de nivel 4 para Haití en marzo de 2020 debido a lo que llamó la situación «impredecible y peligrosa» en el país.
Sin embargo, a medida que empeoraba la situación de seguridad, el Departamento de Estado de EE. UU. anunció en marzo de este año que comenzaría a evacuar a los estadounidenses que seguían varados en la nación caribeña después de que pandillas armadas atacaran el Aeropuerto Internacional Toussaint Louverture, junto con el cercano puerto marítimo, e incendiaran comisarías de policía.
El primer ministro interino promete hacer frente al aumento de la delincuencia
Las pandillas armadas también atacaron las dos mayores prisiones del país, facilitando la fuga de miles de reclusos, y tomaron el control de al menos el 80% de Puerto Príncipe y de las principales carreteras que conducen al resto del país.
El violento incidente –que estalló mientras el entonces primer Ministro Ariel Henry se encontraba en Nairobi, Kenia, abogando por el despliegue de una fuerza policial respaldada por la ONU en el país del este de África– llevó al gobierno a declarar el estado de emergencia el 3 de marzo.
Henry, que había sido muy criticado, dimitió poco después.
Fue sustituido por un primer ministro interino, Garry Conille, exdirector regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), que había sido primer ministro de Haití entre octubre de 2011 y mayo de 2012 bajo la administración del presidente Michel Martelly. Prestó juramento a principios de junio.
El Sr. Conille se ha comprometido a garantizar que las facciones políticas y los intereses individuales de los diversos grupos se dejen de lado por el «mejor interés de la nación».
El gobierno recién formado está a la espera de que Kenia y otros países desplieguen una fuerza policial respaldada por la ONU.
Mientras tanto, la violencia sigue aumentando tanto dentro como fuera de la capital haitiana, y la semana pasada bandas armadas atacaron comunidades, incluidas familias, en Terre-Neuve y Gros-Morne, en el departamento haitiano de Artibonite, según múltiples reportes locales.
En ese ataque murieron diez personas, entre ellas una mujer embarazada, según múltiples reportes.
Con información de The Associated Press.
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