WASHINGTON— Durante de la pandemia ha surgido una nueva crisis de salud pública, aunque todavía no se han creado modelos para medir su posible impacto.
Las implicaciones de las políticas de cierre no se han discutido con el mismo vigor que los riesgos relacionados con el virus del PCCh, comúnmente conocido como el nuevo coronavirus —aunque el número de muertes puede terminar siendo mayor que el del propio virus.
Las investigaciones muestran un claro vínculo entre los efectos de la cuarentena y las prácticas de permanencia en el hogar en la salud mental, según la Dra. Elinore McCance-Katz, subsecretaria de salud mental y abuso de sustancias de la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias (SAMHSA).
«La preservación de la salud de los estadounidenses y la salud de nuestros ciudadanos no puede ser medida por una sola métrica. La contención del virus no puede ser nuestra única meta», dijo McCance-Katz durante una reunión del gabinete de la administración Trump el 19 de mayo. Ellla es psiquiatra y tiene un doctorado en epidemiología de enfermedades infecciosas.
«Sabemos que cuanto mayor sea la duración de estas órdenes, mayor será la intensidad de los problemas de salud mental experimentados. También sabemos que estos síntomas persisten durante años, incluso una vez que se levanta la cuarentena», dijo.
«Para poner todo esto en perspectiva, creo que es importante señalar que, previo a la pandemia, perdíamos 120,000 vidas al año por sobredosis de drogas y suicidio. ¿Cuántas vidas más estamos dispuestos a sacrificar en nombre de la contención del virus?»
El número de llamadas a la Línea de Ayuda en caso de Desastres de SAMHSA aumentó un 1000% para el mes de abril, en comparación con abril de 2019. SAMHSA no pudo proporcionar el número de llamadas para la Línea Nacional de Prevención del Suicidio después de múltiples solicitudes.
«Como psiquiatra, yo diría que una vida perdida por un suicidio es tan importante como una vida perdida por coronavirus», dijo McCance-Katz. «Les pido que tengan en cuenta la salud en su totalidad, no solo un estrecho aspecto de la salud física».
Más de 90,000 personas han muerto a causa de COVID-19 hasta el 20 de mayo, según los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC).
Sin embargo, algunos estudios estiman que los efectos en la salud pública de las políticas de cierre podrían terminar generando un mayor número de muertes que el virus.
Un análisis del Well Being Trust revela que podrían ocurrir 75,000 «muertes por desesperación» adicionales debido a las medidas de confinamiento, incluso por suicidios, abuso de drogas y alcohol en los próximos años.
Las secuelas de la crisis económica de 2008 vieron un aumento de casi 5000 muertes por suicidio, según un estudio de 2014 publicado por el autor principal, Aaron Reeves, de la Universidad de Oxford.
Reeves dijo a Reuters en abril que «hay muchas posibilidades de que veamos el doble de suicidios en los próximos 24 meses de los que vimos durante la primera parte de la última recesión». Eso significaría 20,000 muertes adicionales por suicidio en Estados Unidos en los próximos dos años.
Se proyecta que más de 80,000 diagnósticos de cinco cánceres comunes se pasarán por alto o se retrasarán durante el período de tres meses que va desde principios de marzo hasta principios de junio, según el Instituto IQVIA para la Ciencia de Datos Humanos. Los retrasos en el diagnóstico pueden resultar en pronósticos más pobres y menos opciones de tratamiento.
El secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, dijo que las mamografías han bajado un 87% y las colonoscopias un 90%.
«Podríamos tener ya 300,000 o más casos de cáncer no diagnosticados como resultado de esta crisis», dijo Azar el 19 de mayo.
La gente también podría estar evitando los cuidados intensivos en los hospitales debido a los temores de la pandemia. Un informe de Epic Health Research Network muestra que las salas de emergencia de los hospitales han visto una disminución del 45% en los pacientes que sufren ataques cardíacos desde que se anunció la emergencia nacional del 13 de marzo. Las visitas a las salas de emergencia por ataques cerebrales han disminuido en un 38% durante el mismo tiempo, según el informe del 14 de mayo.
«Existe una creciente preocupación de que los pacientes con afecciones urgentes no buscan la atención que necesitan, por temor a la exposición a COVID-19», señaló el informe, pero se aclaró al indicar que aún no se sabe con certeza si la disminución de las cifras se debe al temor o si menos personas están experimentando ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
La policía responde llamadas de salud mental
Las oficinas de la policía también han recibido un aumento sin precedentes de llamadas relacionadas con la salud mental desde que comenzó el cierre a nivel nacional a mediados de marzo.
Los «crímenes de desesperación» y las llamadas relacionadas con la salud mental han aumentado significativamente en todo el país, dijo Dave Mahoney, el presidente entrante de la Asociación Nacional de Sheriffs y sheriff del Condado de Dane, Wisconsin.
«No solo el suicidio, sino también los pensamientos de desesperanza y de no salir de las dificultades que tienen: pérdida de trabajos e ingresos, y negocios. Tan solo en las familias con las que me he comunicado, el nivel de desesperación es extremadamente alto», dijo Mahoney.
La Oficina de Presupuesto del Congreso ha pronosticado una disminución del 38% en el PIB en el segundo trimestre, con 26 millones menos de personas empleadas que en el cuarto trimestre de 2019.
La oficina de Mahoney está recibiendo aproximadamente el doble de llamadas de servicio relacionadas con la salud mental desde que se pusieron en marcha las medidas de confinamiento.
«He estado en la aplicación de la ley por 41 años y he sido sheriff por 14 años, y de todos los desafíos que he enfrentado, nunca me había enfrentado a nada como la pandemia de COVID-19», dijo.
En el condado de Montgomery, Ohio, la oficina del sheriff ha visto un aumento del 117% en las llamadas al servicio de salud mental.
Las llamadas incluyen aquellas en las que alguien está sufriendo un colapso de salud mental, dijo el 15 de mayo el sheriff Rob Streck.
«Podría ser que un servicio social nos llamara y nos pidiera una «hoja rosa» para alguien porque tienen problemas con él. Sería una tentativa o un suicidio. Y, probablemente ni siquiera sean los números reales porque también se tiene los desórdenes y cosas así, que nunca se codifican como salud mental».
Una «hoja rosa» es la autorización otorgada a los agentes para internar involuntariamente a alguien en un centro de salud mental durante 72 horas. Sin embargo, en realidad, no funciona así, porque las camas de salud mental son muy limitadas, explicó Streck en una entrevista anterior. «Literalmente, una ‘hoja rosa’ hoy en día es buena para unas dos o cuatro horas», dijo.
«Nunca hemos visto un aumento como este. Quiero decir, obviamente, esto es muy estresante y un momento difícil para las personas que tienen una fuerte salud mental. Así que cuando añades todo esto a alguien que ya está sufriendo, se multiplica enormemente».
Violencia doméstica
Mahoney dijo que las llamadas por violencia doméstica han aumentado a nivel nacional. Su departamento en el condado de Dane ha visto un aumento del 150% en los informes durante el cierre.
«Tal vez es una consecuencia de estar confinado y de las frustraciones que eso conlleva», dijo. «Y entonces su salida son sus seres queridos, la gente con la que viven, ya sea el cónyuge o la pareja, o incluso los niños».
Streck dijo que las llamadas a su departamento relacionadas con la violencia doméstica han disminuido en un 29%, incluyendo tanto los arrestos como los informes. Dijo que los expertos le han dicho que creen que no es porque la violencia doméstica haya disminuido, sino que las víctimas están atrapadas en casa con el abusador y no pueden hacer la llamada.
Los estados también están viendo un descenso en la denuncia de maltrato infantil porque los niños no están en la escuela, según Azar. «No están viendo a los médicos y profesores que de otra manera informarían de los maltratos en el entorno doméstico, y por lo tanto no se abordan», dijo.
«Tenemos que volver a la vida normal. (…) La mentalidad correcta para la reapertura no se trata de equilibrar la salud con la economía. En realidad se trata de equilibrar la salud con la salud».
Los CDC no respondieron inmediatamente a una solicitud de comentarios de The Epoch Times sobre la estimación de muertes por las medidas de cierre, fuera de las de COVID-19.
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