Los trabajadores de Estados Unidos y a nivel mundial están registrando niveles significativamente más altos de dificultades financieras en comparación con el año pasado, ya que el enfriamiento de la economía y la alta inflación han dejado a un número cada vez mayor de personas sin dinero, que planean renunciar a sus trabajos en busca de empleos mejor remunerados.
Según el último estudio de PriceWaterhouse Coopers (PwC), a pesar del debilitamiento de la economía y de los crecientes niveles de estrés financiero, parece que la «Gran Renuncia» va a continuar.
Algo más de una cuarta parte (26%) de los trabajadores encuestados por PwC tiene previsto cambiar de empresa en los próximos 12 meses con la esperanza de encontrar un trabajo mejor remunerado, frente al 19% del año pasado.
Alrededor del 42% afirma que tiene previsto exigir aumentos salariales para compensar el aumento del costo de la vida, frente al 35% del año pasado.
«Con la actual incertidumbre económica, vemos una fuerza laboral global que quiere más salario y le da más sentido a su trabajo», dijo Bhushan Sethi, director mundial de la división de Personas y Organización de PwC, en una declaración.
Aunque las presiones inflacionistas han disminuido en los últimos meses, siguen estando muy por encima de los niveles anteriores a la pandemia, lo que presiona a los hogares y merma su bienestar económico.
Tiempos difíciles más generalizados
Los empleados de Estados Unidos y de otros países se sienten cada vez más desprovistos de dinero, ya que los retos inflacionistas y los vientos económicos en contra siguen afectando a los bolsillos de los trabajadores.
La encuesta «2023 Hopes and Fears Global Workforce Survey» (Encuesta sobre esperanzas y miedos 2023 de la fuerza laboral mundial) de PwC, en la que participaron 54,000 trabajadores de 46 países, mostró que un número cada vez mayor de hogares tiene dificultades para pagar las facturas todos los meses o no puede hacerlo la mayor parte del tiempo.
La proporción de trabajadores que afirmaron que su hogar no podía pagar las facturas la mayor parte del tiempo se duplicó, pasando del 2% el año pasado al 4% en 2023.
Al mismo tiempo, el porcentaje de trabajadores que afirman que su hogar puede pagar todas las facturas cada mes y aún le queda algo de dinero para ahorrar o para gastos discrecionales como las vacaciones cayó bruscamente del 47% al 38%.
Aproximadamente uno de cada cinco trabajadores tiene varios empleos, de los cuales el 69% afirma que lo hace para obtener ingresos adicionales y solo el 36% para adquirir nuevas competencias.
Retroalimentación negativa
Los trabajadores que tienen dificultades económicas también son menos capaces de afrontar retos futuros, como invertir en el desarrollo de nuevas competencias y adaptarse al auge de la inteligencia artificial (IA).
Los que tienen dificultades para pagar sus facturas son menos propensos (50%) a buscar activamente nuevas oportunidades de desarrollo de competencias que los que pueden pagar cómodamente sus facturas (62%).
Del mismo modo, los trabajadores económicamente seguros (57%) son más propensos a buscar feedback y mejorar su rendimiento en el trabajo que los trabajadores con dificultades económicas (45%).
Más de un tercio (37%) de los trabajadores con seguridad económica cree que la IA mejorará su productividad, mientras que solo el 24% de los trabajadores con dificultades económicas piensa lo mismo.
La división entre los que tienen conocimientos especializados y los que no los tienen es un problema cada vez mayor, lo que obstaculiza la productividad y la innovación de las empresas y agrava la presión financiera de los trabajadores.
«La mano de obra mundial está dividida en dos: los que tienen conocimientos valiosos y están preparados para seguir aprendiendo, y los que no», afirmó Bob Moritz, presidente mundial de PwC, en una declaración.
«A menudo, los que carecen de cualificaciones tienen menos seguridad económica y menos posibilidades de acceder a la formación en las competencias del futuro», añadió Moritz.
Las prácticas de contratación anticuadas están obstaculizando la confianza de los empleados en su capacidad para explorar nuevas oportunidades dentro de la plantilla de trabajadores, según la encuesta de PwC.
En un mercado laboral competitivo, las empresas no consiguen aprovechar el valioso talento debido a enfoques heredados de contratación y desarrollo que se centran en las cualificaciones más que en las competencias.
Un estudio reciente realizado por el Foro Económico Mundial en colaboración con PwC indica que la adopción de prácticas de contratación que den prioridad a las competencias podría permitir a más de 100 millones de personas de todo el mundo conseguir un empleo de mayor calidad.
El mercado laboral pierde fuerza
Los últimos datos del mercado laboral muestran que el crecimiento del empleo en Estados Unidos se aceleró en mayo, aunque la tasa de desempleo se disparó a un máximo de 7 meses, del 3.7 %, lo que sugiere que las condiciones se están relajando.
El último informe mensual sobre nóminas no agrícolas, publicado a principios de junio, mostró un aumento del desempleo desde su mínimo de 53 años del 3.4 % en abril.
«Las empresas estadounidenses siguen contratando de forma agresiva, probablemente para satisfacer la resistente demanda de los consumidores», según Sal Guatieri, economista jefe de BMO Capital Markets en Toronto.
«Sin embargo, las otras áreas de debilidad en este informe sugieren que el mercado laboral está perdiendo fuerza», añadió Guatieri.
En mayo se produjo un ligero descenso del crecimiento salarial, con una desaceleración de los ingresos medios por hora hasta el 4.3%, frente a la tasa anterior del 4.4%.
La tasa de actividad se mantuvo sin cambios en el 62,6%, lo que indica estabilidad en el número de personas que participan activamente en la población activa. Sin embargo, la media de horas semanales experimentó un ligero descenso, pasando de 34.4 horas a 34.3 horas.
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