La República Checa, el más pequeño de los países económicamente prósperos de Europa Central, ha aceptado ocho solicitantes de asilo provenientes de China. Son cristianos que llegaron a la República Checa desde febrero a mayo de 2016.
Aunque la República Checa y China han estado afianzando relaciones políticas y comerciales desde 2014, el Ministerio del Interior confirmó oficialmente que aceptará a ocho cristianos, citando como base a la violación del régimen chino a los derechos humanos.
Este es el segundo gran golpe a las relaciones chino-checas luego de que el consejero chino del presidente checo Milos Zeman llegara a los titulares por una controvertida situación. Jie Jieming, el jefe del conglomerado de energía chino CEFC, quien se convirtió en consejero oficial del presidente en 2015, está ahora acusado de delitos económicos en China.
La prensa estatal china ha desestimado la situación, diciendo que los creyentes fugitivos de China son tan solo «inmigrantes ilegales que se hacen pasar por cristianos». El profesor asociado Zdeněk Vojtíšek, de la Universidad Charles, dijo que la República Popular China, como estado ateo, carga contra las religiones y los movimientos religiosos incluyendo el cristianismo. «Se sabe ampliamente que los devotos de varias iglesias son víctimas de una feroz persecución, que incluye prisión, tortura e incluso la muerte».
El caso atrajo la atención precisamente porque la República Checa, al otorgar el asilo a cristianos de China, ha declarado abiertamente que el régimen chino está violando derechos humanos y persiguiendo a creyentes, lo cual es un hecho bien documentado pero un secreto guardado bajo la presión económica y política del régimen chino.
La sinóloga Olga Lomova de la Universidad Charles le cuenta a Aktualne.cz, en relación a la situación en China, que «el Partido Comunista Chino percibe al cristianismo como una ideología en competencia y ve amenazado su monopolio de poder».
El inusual largo periodo de tiempo que se tomaron las autoridades para examinar a los solicitantes, junto con el número de solicitudes de asilo denegadas, indica que la decisión de la República Checa de otorgar el asilo no fue fácil. La decisión llevó dos años. Las autoridades checas recibieron un total de 90 solicitudes, de las cuales solo ocho fueron aceptadas.
Debido a la creciente cooperación entre la República Checa y China, el turismo entre los dos países ha comenzado a aumentar.
«Si aceptamos este grupo, daremos la señal de que China no está respetando los derechos humanos y la libertad religiosa. Esto haría que las relaciones chino-checas se enfríen mucho, y eso es lo que nuestro gobierno teme», comentó Kateřina Procházková de la Radio Checa y Transmisora Checa, al principio del proceso.
Los 82 solicitantes que no fueron aceptados apelaron el fallo con una acción administrativa. Ellos aún permanecen en el país y los abogados están protegiendo su anonimato. Revelar su identidad pondría en peligro a sus parientes en China, quien según los abogados, están expuestos a la persecución del régimen.
Uno de los motivos que las autoridades checas esgrimieron para rechazar los asilos fue que los solicitantes no demostraron con suficiencia ser genuinamente perseguidos en China. Aún más, algunos de ellos fueron considerados por las autoridades como simples migrantes económicos que buscaban una mejor vida. Otra razón fue la supuesta sospecha del servicio secreto checo, el BIS, de que algunos de los solicitantes podrían ser agentes espías de la inteligencia china.
«Hemos sido vigilados, ya que el gobierno chino está contra la religión, así que nuestras actividades fueron reportadas a las autoridades. Yo crecí en tal ambiente. Ellos me arrestaron dos veces. Me soltaron para que me fuera», le contó uno de los solicitantes de asilo denegado a la televisión checa. «En China, la opresión contra los creyentes va en aumento, y recientemente han demolido una iglesia, aún siendo una de las legales [autorizadas por el régimen]».
«Así que si regreso a China, seguramente me arrestarán, torturarán y me condenarán. No voy a sobrevivir», agregó.
Entre los refugiados aceptados hay miembros de la iglesia cristiana Rayo del Este, que se menciona en el libro «El Matadero» del periodista de investigación Ethan Gutmann. Según Gutmann, los detenidos de Rayo del Este son uno de los grupos víctimas de la sustracción forzada de órganos en los hospitales militares chinos. Acusaciones similares han sido repetidamente negadas por el régimen chino.
La República Checa es un país post comunista que derrocó el régimen comunista en 1989 con protestas pacíficas contra bastones y escudos policiales, ganándose el nombre de «Revolución de Terciopelo» o «Revolución Suave» en eslovaco.
Ahora miembro de la Unión Europea, la República Checa paradójicamente combina una fuerte lucha histórica por los derechos humanos con una cooperación económica y política creciente con China.
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