El último plan de gasto social del presidente Joe Biden de unos USD 2 billones agregará billones a la deuda nacional, empeorará la inflación y perjudicará a las empresas energéticas tradicionales. Estos fueron los argumentos de un grupo de académicos de políticas de la Fundación Heritage.
Durante una conferencia de prensa el 12 de noviembre, revisaron las políticas del plan «Reconstruir Mejor» («Build Back Better»).
La propuesta original de «Reconstruir Mejor» requería un gasto de USD 4 billones. Algunos progresistas dijeron que no era lo suficientemente grande, pero la oposición del senador Manchin (D-W.Va.) requirió que se redujera el precio de la propuesta.
Los expertos de la Fundación Heritage criticaron tanto el proyecto de ley de infraestructura de USD 1.2 billones de dólares recientemente aprobado como la última propuesta de gasto social y ambiental de USD 1.75 billones de dólares. Este último está pendiente en el Congreso.
“El marco recientemente publicado por la Casa Blanca”, dijo la Fundación Heritage en un comunicado, “vuelve a una forma probada y verdadera de ocultar el verdadero costo de la legislación: el truco presupuestario. Los progresistas afirman que el proyecto de ley es un compromiso cuando, en realidad, es un documento profundamente radical que expandiría masivamente el poder federal, promovería una variedad de causas de izquierda, frustraría la recuperación económica y desperdiciaría una enorme cantidad de dinero de los contribuyentes».
La Oficina de Prensa de la Casa Blanca no respondió a las solicitudes de comentarios.
Al mismo tiempo, una alta administración de Biden pronosticó recientemente que el último paquete sería aprobado por el Congreso, que podría abordar el tema la próxima semana. Aún así, los funcionarios de la Fundación Heritage dijeron que sería tóxico.
Katie Tubb, analista de energía, advirtió que gastar miles de millones de dólares propuestos para empresas de energía alternativa repetiría los errores de la administración Obama, que gastó miles de millones de dólares de los contribuyentes en garantías de préstamos para la compañía de energía solar Solyndra. Posteriormente, la empresa incumplió.
«No estoy segura de por qué esperamos que esto sea diferente esta vez», dijo.
Tubb sostuvo que gran parte del crecimiento económico de los últimos años provino de fuentes de energía tradicionales. Este plan de Biden, agregó, castigaría a esas industrias.
“¿Por qué es tan importante? Porque los estadounidenses obtienen el 80 por ciento de su energía de fuentes tradicionales como el carbón, el petróleo y el gas natural”, dijo.
Tubb argumentó, «estas son industrias legales en los Estados Unidos que contribuyen al bienestar de los Estados Unidos, sin embargo, no lo sabrías por la forma en que habla esta administración».
Tubb advierte que las políticas de «Reconstruir Mejor» entran en conflicto con la mayoría de los electores del presidente «porque, a medida que aumenta los precios de la energía, aumenta el costo de casi todos los productos y servicios».
También dijo que el plan perjudicaría a los estados con derecho al trabajo, estados en los que no se puede exigir a los trabajadores que se afilien a sindicatos.
Esta propuesta de gasto social original de Biden incluía USD 555,000 millones para programas ambientales y USD 400,000 millones para pagar el preescolar universal y limitar los costos de cuidado infantil al siete por ciento de los ingresos para la mayoría de las familias y USD 200,000 millones para expandir el crédito tributario por hijos para las familias que ganan hasta USD 150,000 de USD 2000 a USD 3000 por niño o USD 3600 para los menores de 6 años.
Varios funcionarios de la Fundación Heritage también se quejaron de que los cinco planes de infraestructura/estímulo que se aprobaron desde el brote de COVID el año pasado son demasiado. Y aunque uno o dos de estos paquetes podrían estar justificados, ahora son excesivos, dijeron. Están agregando demasiado a la deuda y afectarán los esfuerzos de algunas empresas del sector privado para recuperarse, especialmente en el sector energético, señalaron.
David Ditch, analista de política presupuestaria federal de la Fundación Heritage, dijo que el último plan de Biden es parte de una serie de planes de gasto desde el inicio de la pandemia que «ya han agregado USD 5 billones a la deuda nacional».
También sería la «mayor expansión» de los programas de asistencia social del gobierno en la historia, según Robert Rector, analista de la Fundación Heritage.
“El gasto deficitario tiene consecuencias porque tenemos consecuencias estructurales masivas que seguirán creciendo”, sostuvo Ditch.
“Tampoco hay forma de escapar al hecho de que «Reconstruir Mejor» aumentaría los déficits en los primeros cinco años. Es realmente importante comprender que todos los vientos económicos importantes que enfrentamos ahora se verían agravados por ‘Reconstruir Mejor'», según Ditch.
Rachel Greszler, otra analista de la Fundación Heritage, dijo que la mayoría de los programas de cuidado infantil de Biden desalientan el uso de programas de cuidado infantil religiosos o basados en la fe.
“Para calificar, tendrían que quitar la mayor parte de la fe a sus programas. Ninguno de ellos va a hacer eso porque la razón por la que los crearon fue para estar en línea con su fe».
También dijo que la propuesta beneficiará principalmente a las «familias de altos ingresos» urbanos a «expensas de más áreas rurales de bajos ingresos».
Aún así, un funcionario de la administración de Biden dijo el 11 de noviembre que la propuesta de USD 2 billones está en buena forma. La vicepresidenta Kamala Harris, en un discurso en Francia, predijo que el paquete «está listo para aprobarse pronto».
“Justo antes de viajar aquí”, agregó Harris, “nuestro Congreso aprobó una ley histórica para hacer una inversión histórica en la infraestructura de nuestra nación. Está a punto de aprobarse otro proyecto de ley que apoyará a las familias trabajadoras de nuestra nación y nos ayudará a cumplir con nuestro compromiso climático».
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